Dos mujeres que trabajaban en la Universidad Tecnológica de Guadalajara (UTEG), campus Olímpica, fueron asesinadas por un hombre que entró al plantel armado con un machete y un cuchillo. El sujeto también lesionó a otro hombre.
Tras cometer el crimen, el hombre de 20 años de edad, subió al techo del centro universitario y fue detenido por la Policía Municipal de Guadalajara, quien fue alertada mediante llamados de auxilio al 911.
“Tenemos un detenido por parte del equipo táctico de la Comisaría, por agredir y causarle la muerte con un hacha y cuchillo a dos mujeres. Seguimos ampliando la investigación. Ya estamos en coordinación con Fiscalía en el lugar”, informó la Policía de Guadalajara.
Los hechos ocurrieron en Avenida Olímpica y Boulevard Marcelino García Barragán, en Guadalajara, Jalisco. El hombre lesionado fue trasladado a la clínica 14 del IMSS.
Tras los hechos, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, sostuvo que horas antes del doble feminicidio en Guadalajara, el sujeto abandonó un motel en donde presuntamente asesinó a otra mujer.
“Este desquiciado ya fue detenido, está a disposición de las autoridades y no voy a descansar hasta que pague las consecuencias. No logro entender lo podrido que puede estar nuestro tejido social para llegar a tragedias así de crudas, de dolorosas e inexplicables”, compartió en sus redes sociales.
El mandatario agregó que el ataque en la Universidad también dejó a un hombre herido, empleado administrativo, quien ya es atendido.
Jalisco vive una crisis de inseguridad ya que es la entidad con el mayor número de personas desaparecidas y la quinta con más asesinatos.
En 2023, registró mil 955 homicidios dolosos de las cuales 962 fueron con arma de fuego, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Además asesinaron a 24 policías según el recuento de la organización Causa en Común.
La violencia registrada en la entidad también alcanzó a la contienda electoral. El 1 de febrero se reportó el homicidio del precandidato a la alcaldía de Mascota, Jalisco, por el Partido Verde Jaime Vera.
Desde 2022, el doctor Baksheiev se desplaza por la primera línea de combate en “el transbordador femenino”, su bien equipada clínica móvil
En una aldea rural cercana a la línea del frente ucraniano, un grupo de mujeres hace fila en silencio ante una ambulancia púrpura y blanca. Esperan ser atendidas por un médico que tiene la cabeza rapada y teñida del azul y el amarillo de la bandera de Ucrania.
Para muchas de ellas, es la primera vez que ven a un médico desde que empezó la guerra hace más de tres años.
Desde 2022, el doctor Serhii Baksheiev, de 53 años, ha realizado más de 1.000 reconocimientos ginecológicos a mujeres en todas las zonas del frente en su clínica móvil equipada, bautizada como “El transbordador femenino”, que incluye una llamativa silla de examen de un rosa vibrante.
“Esta es una misión humanitaria de voluntariado. Es para personas que necesitan ayuda, en lugares donde no hay médicos ni hospitales, y es completamente gratuita”, dice él.
La guerra con Rusia ha puesto una enorme presión sobre el sistema de salud de Ucrania, con más de 1.940 ataques a instalaciones médicas desde la invasión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que representa la cifra más alta registrada en cualquier crisis humanitaria hasta la fecha, y con un aumento significativo de esos ataques desde diciembre de 2023.
Cuando comenzó la guerra, el doctor Baksheiev, quien es obstetra y ginecólogo, pasaba sus días en un búnker en Kiev ayudando a traer bebés al mundo mientras caían bombas sobre la ciudad.
La idea de una clínica móvil, cuenta, surgió después de misiones médicas de voluntariado en el frente, donde se dio cuenta de la falta de instalaciones, ya que los centros médicos y hospitales habían sido completamente destruidos.
“Fuimos a Járkiv y Cherníhiv, que estaban muy dañadas, y lo más difícil era no poder brindar servicios ginecológicos porque no había herramientas ni equipo, todo estaba destruido”, dice.
Baksheiev y su equipo tenían que usar cualquier cosa disponible como mesa de examen, incluso sofás viejos, lo que significaba que él tenía que arrodillarse para realizar los exámenes.
Hoy, al caminar alrededor del vehículo eléctrico, queda claro que el doctor Baksheiev está increíblemente orgulloso de sus capacidades: ha sido equipado con todo lo que él y su equipo podrían necesitar en estas zonas remotas, incluyendo una máquina de ultrasonido y equipo médico para realizar cirugías menores.
Durante una misión de dos días, el equipo puede realizar hasta 80 colposcopias, un procedimiento en el que se examinan el cuello uterino y la vulva en busca de signos de tejido canceroso o precanceroso.
Este trabajo -a menudo llevado a cabo en secreto- es crucial para las personas que viven en estas zonas rurales y remotas cercanas al frente de batalla.
Cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud Pública de Ucrania y vistas por la BBC muestran que las tasas de detección de cáncer de ovario y de cuello uterino han disminuido en un 17% y un 10%, respectivamente, desde 2020.
Y cuando médicos como el doctor Baksheiev logran llegar a esas zonas para realizar exámenes, están encontrando una incidencia de tumores malignos superior al promedio.
En promedio, hasta el 4 % de todas las mujeres examinadas son diagnosticadas con tumores malignos, según FRIDA Ucrania, la organización médica para la que el doctor Baksheiev trabaja como voluntario.
La doctora Ulana Suprún, quien fue ministra de Salud de Ucrania entre 2016 y 2019, advierte sobre la “bomba de tiempo” que representan los efectos en la salud a medida que la guerra se prolonga.
“En la comunidad de salud pública definitivamente hay mucha preocupación sobre lo que va a ocurrir mientras continúe la guerra”, afirma.
“No solo en términos de salud física, sino también de salud mental, porque hay un estrés constante, un trauma psicológico constante que se está produciendo”.
Suprún señala que el gobierno ha logrado reconstruir parcial o totalmente hasta 964 instalaciones médicas que fueron dañadas por Rusia.
“Están trabajando estrechamente con la OMS y con otras organizaciones internacionales para tratar de elaborar un plan sobre cómo podemos reconstruir el sistema de salud que existía antes de la invasión rusa”, añade.
A pesar de haber recibido un diagnóstico de cáncer él mismo en septiembre de 2024, el doctor Baksheiev continúa trabajando como voluntario y brindando atención médica a mujeres en todo el país.
“Aparte del examen médico, también las escuchas, porque muchas pacientes tienen historias sobre cómo los rusos atacaron sus aldeas”, comenta.
“Así que no solo somos médicos, también somos los terapeutas de estas pacientes”.
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