Después de casi tres años y decenas de audiencias, Diego Urik, feminicida de Jessica González Villaseñor, fue sentenciado a 50 años de cárcel.
Para determinar la sentencia, el juez Ariel Montoya Romero determinó que el acusado incurrió en actos de cosificación de la víctima. Además de la sentencia, Urik deberá pagar 1 millón 981 mil pesos por concepto de reparación de daño.
El juez también determinó que se deberá pagar 12 sesiones de tratamiento psicológico a los padres y hermanos de Jessica.
Aunque Diego Urik solicitó no estar presente para recibir la sentencia, el juez rechazó la petición y solicitó al imputado que estuviera durante el proceso.
Verónica Villaseñor, madre de Jessica, aseguró que los 50 años son pocos, pero agradeció a todas las personas que ayudaron a que el caso se viralizara.
“La crueldad con la que lo hizo se vio más que clara y el juez lo tomó en cuenta, pero se me hizo poco, no esperábamos más, pero sé que incluso a él (Diego) se le hizo poco”, dijo la madre de la víctima a Mi Morelia.
Respecto a la reparación del daño, la señora Verónica dijo que para ella es una estupidez pues nada le va regresar a su hija.
“¿Qué me van a reparar? O que me diga cómo lo va pagar, ni siquiera lo va pagar, no es una reparación del daño, eso es algo estúpido, ni siquiera se ve comprometido a pagar absolutamente nada”, dijo.
El 25 de septiembre de 2020, autoridades de Michoacán encontraron el cuerpo de Jessica González, de 21 años, tras cuatro días de búsqueda.
Las autoridades informaron que al momento del hallazgo, Jessica tenía cerca de 72 horas de haber sido asesinada, y que su cuerpo presentaba señas de violencia.
El hecho causó gran indignación en la población de Morelia. El sábado 26 de septiembre se realizó una manifestación frente a la fuente de Las Tarascas hacia el Palacio de Gobierno para exigir justicia por la joven.
La necropsia de ley determinó que Jessica murió por multiples contuciones, además se comprobó que fue víctima de violación.
Se cree que es el embrión que ha permanecido congelado durante más tiempo antes de dar lugar a un nacimiento con vida.
Ha sido bautizado por la prensa como “el bebé más viejo del mundo”
Un bebé varón nació en Ohio de un embrión que llevaba más de 30 años congelado, lo cual establece un nuevo récord mundial.
Lindsey y Tim Pierce, de 35 y 34 años, le dieron la bienvenida a su hijo Thaddeus Daniel Pierce, el pasado sábado.
Lindsey le dijo a la revista MIT Technology Review que su familia pensaba que “fue algo como sacado de una película de ciencia ficción”.
Se cree que es el embrión que más tiempo ha permanecido congelado antes de dar lugar a un nacimiento con vida. El récord anterior lo ostentaban unos gemelos que nacieron en 2022 a partir de embriones congelados en 1992.
Los Pierce intentaron tener un hijo durante siete años antes de decidir adoptar el embrión que Linda Archerd, de 62 años, concibió en 1994 con su entonces marido mediante fecundación in vitro.
En aquel momento, Archerd congeló cuatro embriones. Uno se convirtió en su hija, que ahora tiene 30 años, y los otros tres quedaron almacenados.
A pesar de separarse de su marido, no quería deshacerse de los embriones, donarlos para investigación ni entregarlos a otra familia de forma anónima.
Para ella era importante estar presente en la vida del bebé, ya que sería pariente de su hija adulta.
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Archerd pagó miles de dólares al año por el almacenamiento hasta que encontró una agencia cristiana que busca padres que quieran adoptar embriones congelados, Nightlight Christian Adoptions. Muchas de estas agencias consideran que sus programas salvan vidas.
El programa al que recurrió Archerd permite a los donantes de embriones elegir una pareja, lo que significa que pueden especificar sus preferencias religiosas, raciales y de nacionalidad.
Archerd prefería una pareja cristiana caucásica casada que viviera en Estados Unidos, ya que no quería “salir del país”, según le explicó a MIT Technology Review.
Finalmente, encontró a los Pierce.
La clínica de fecundación in vitro de Tennessee en la que la pareja se sometió al procedimiento, Rejoice Fertility, afirma que su objetivo es transferir cualquier embrión que reciba, independientemente de su edad o condiciones.
Lindsey Pierce afirma que ella y su marido no se propusieron “batir ningún récord”, sino que simplemente “querían tener un bebé”.
Archerd le dijo a MIT Technology Review que aún no ha conocido al bebé en persona, pero que ya le ve un parecido con su hija.
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