
Para entender mejor
El pasado 9 de febrero tres jóvenes desaparecieron en la Zona Real de Zapopan, Jalisco: Enrique Esparza Ochoa, de 21 años; Raúl Alejandro Barajas Orduñez, de 27, y Jonathan Omar Vázquez Escamilla, de 31.
Las autoridades ya emitieron las fichas de búsqueda, y familiares y amigos de Enrique y Raúl Alejandro se manifestaron en la Glorieta de las y los Desaparecidos en exigencia de su localización.
De acuerdo con las familias, los jóvenes no se conocían entre sí pero hay similitudes entre sus casos ya que uno de ellos dijo que apoyaría a un amigo en una mudanza, y otro había comentado que en su lugar de trabajo también habría una mudanza.
Al tener conocimiento de los hechos, la Fiscalía del Estado comenzó las indagatorias de gabinete y en campo, para establecer líneas de investigación que permitan dar con su localización.
Enrique, estudiante de Arquitectura y Diseño de Interiores, fue visto por última vez en la colonia Providencia, cuando fue a pedirle prestado el automóvil a su mamá para ayudarle a un amigo, de acuerdo con Milenio.
La señora Laura Ochoa señala que fue a las siete de la tarde cuando su hijo llegó por las llaves al lugar donde tiene su taller. “Iba a hacer tareas (…) y no regresó a la casa”, señala.
“Ahora que estuve haciendo la declaración por lo menos había 20 personas más que yo. Es impresionante, sé que se quedan cortos con todo el personal”, declaró en entrevista con UDG TV.
Por su parte Raúl Barajas, padre de Raúl Alejandro, señala que el último contacto que se tuvo con él fue cuando estaba en el estudio de grabación donde trabaja, ubicado en la Plaza Real Center de Zapopan.
El padre del joven contó que al acudir a la Fiscalía del Estado le dijeron que la carpeta de su hijo y la de Enrique “son muy similares por la hora desaparición y el lugar”.
También dijo que él tenía conocimiento que en el estudio donde trabajaba Enrique harían una mudanza, lo que coincide con lo dicho por la señora Laura Ochoa.
En entrevista con Radio Universidad de Guadalajara, Raúl Barajas contó que cuando acudieron al estudio a preguntar por su hijo una persona le informó que había ocurrido “un asalto y se llevaron a varias personas”, sin dar más información ni identificarse.
Raúl Alejandro es músico, se dedica a hacer composiciones y arreglos musicales. Su familia señala que su rutina estaba centrada en su casa, su trabajo y pasar tiempo con su novia.
Ayer por la tarde, la Comisión de Búsqueda de Personas de Jalisco emitió una ficha por la desaparición de Jonathan Omar Vázquez Escamilla, quien también fue visto por última vez el 9 de febrero en las inmediaciones de la Plaza Real Center.
Vázquez Escamilla, quien es barbero, también laboraba en el local donde trabajaba Raúl Alejandro, de acuerdo con Mural.
Hasta el momento se desconoce el paradero de los tres jóvenes y sus familias exigen su aparición con vida.
La entidad padece una crisis de desapariciones.
En cinco años, la cifra pasó de 2 mil 800 desaparecidos a más de 15 mil, y con ello Jalisco se ubica como el estado con mayor registro de desaparición, en números absolutos, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.
Este registro, a decir de especialistas, incluso se queda corto para reflejar la dimensión real de esta problemática.

La violencia digital está aumentando y millones de mujeres y niñas sufren abusos en línea cada año, lo que las está alejando de internet.
La violencia digital es una de las formas de abuso que más se está incrementando y está alejando a las mujeres de internet. Desde el acoso y el troleo hasta las deepfakes y el doxing, millones de mujeres y niñas sufren hostigamiento virtual cada año.
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías digitales, alrededor de seis mil millones de personas utilizan internet en todo el mundo, y 280 millones más hombres que mujeres estuvieron conectados este año.
Las mujeres, las niñas y las personas no conformes con su género tienen más probabilidades de ser víctimas de violencia y sufrir consecuencias más graves y duraderas debido a su género, según la ONU.
Estudios en todo el mundo muestran que hasta el 58 % de las mujeres y niñas han sido víctimas de violencia en línea, según la organización de la ONU para las Mujeres.
El troleo consiste en publicar mensajes intencionalmente provocativos u ofensivos en línea para molestar a alguien, provocar una reacción o causar problemas.
Según el Centro para la Lucha contra el Odio Digital (CCDH), una ONG británico-estadounidense que busca frenar la propagación del discurso de odio y la desinformación en internet, existen dos tipos principales de troles:
Existen muchas razones por las que las personas pueden trolear en línea, y la diferencia varía de un trol a otro.
Los troles suelen disfrutar molestando a quienes atacan, por lo que si su víctima responde, esto solo los anima a continuar.
El troleo puede causar altos niveles de ansiedad y baja autoestima en la víctima.
El doxing se refiere a la divulgación de información privada sobre personas en internet, generalmente con malas intenciones.
Puede tener consecuencias en la vida real, como acoso, amenazas e incluso violencia física.
En 2021, J.K. Rowling, autora de Harry Potter, declaró haber sido víctima de doxing después de que una fotografía tomada fuera de su casa, que revelaba su dirección, circulara en línea.
Sin embargo, la policía declaró que no se tomarían medidas contra los activistas que la señalaron.
Desde abril de 2022, Facebook e Instagram (propiedad de Meta) prohíben compartir la dirección particular de una persona, incluso si aparece en registros públicos o noticias.
Los usuarios pueden seguir compartiendo su propia dirección, pero otros no pueden compartirla.
Este cambio se realizó siguiendo las recomendaciones de la Junta de Supervisión de Meta para fortalecer la protección de la privacidad y reducir los riesgos del doxing.
Los deepfakes son videos, imágenes o clips de audio creados con inteligencia artificial para que parezcan reales.
Pueden usarse para diversión o incluso para investigación científica, pero a veces se emplean para suplantar la identidad de políticos o líderes mundiales con el fin de engañar deliberadamente al público.
También se utilizan cada vez más para crear videos o imágenes pornográficas de famosos o de gente común.
Una encuesta reciente de la policía en Reino Unido reveló que “una de cada cuatro personas considera que no hay nada de malo en crear y compartir deepfakes sexuales, o se siente neutral al respecto, incluso cuando la persona representada no ha dado su consentimiento”.
Compartir o amenazar con compartir imágenes íntimas sin consentimiento es un delito penal en Reino Unido, que ahora se incluye en la Ley de Seguridad en Línea de 2023. Esto abarca las imágenes fabricadas o manipuladas, incluidas los deepfakes.
Muchos otros países, como Australia e Irlanda, cuentan con leyes similares para proteger a las personas del abuso con imágenes íntimas.
Los niños y jóvenes pueden ser objetivos de manipulación y grooming en línea.
Los agresores pueden usar plataformas en internet para establecer una relación de confianza con el menor y abusar de él.
Este abuso puede ocurrir en línea o el agresor puede concertar una cita con el niño o niña en persona con la intención de abusar de ellos.
El abuso también puede ocurrir cuando otros graban, suben o comparten contenido dañino en línea.
Ya sea que el abuso ocurra en internet o fuera de éste, puede tener un impacto duradero en el bienestar general del niño, provocando ansiedad, autolesiones, trastornos alimenticios, pensamientos suicidas o incluso suicidio.
El ciberacoso, o acoso en línea, se produce cuando alguien se enfrenta a un comportamiento acosador en redes sociales, aplicaciones de mensajería, juegos en línea y otros lugares de internet.
El acoso puede ocurrir tanto en línea como fuera de ella al mismo tiempo, y en ocasiones la persona que lo realiza es conocida de la víctima.
También es común sufrir acoso por parte de personas que no conoces en persona, pero que conoces de comunidades en línea, juegos o redes sociales. El abusador también puede ser anónimo.
Estos son algunos consejos para reducir el riesgo de ser víctima de abuso en línea, según la ONU.
Para prevenir eficazmente la violencia en línea facilitada por la tecnología, es fundamental comprender su especificidad y su impacto en las mujeres y las niñas, afirma la ONU.
Un estudio de ONU Mujeres de 2021 en la región de los Estados árabes reveló que el 60% de las mujeres usuarias de internet habían estado expuestas a violencia en línea ese año.
Un estudio europeo reveló que las mujeres tienen 27 veces más probabilidades de sufrir acoso en línea que los hombres, y otro análisis reveló que el 92% de las mujeres reportaron que la violencia en línea afecta negativamente su bienestar.
Las mujeres en la vida pública, como políticas, periodistas y defensoras de los derechos humanos, son especialmente blanco de ataques, y los riesgos son aún mayores para las mujeres negras, las personas LGBTQI+ y las mujeres con discapacidad, según la ONU.
La organización lanzó hasta el 10 de diciembre una campaña para erradicar la violencia digital contra todas las mujeres y niñas.
La campaña insta a los gobiernos a proteger la información personal y a penalizar la violencia digital, y pide a las grandes empresas tecnológicas eliminar el contenido dañino.
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