Maximiliano Serrano Pérez, exsecretario de Seguridad de Acapulco, Guerrero, fue detenido el pasado 26 de junio por autoridades federales en Ahome, Sinaloa.
El también capitán es señalado de estar presuntamente relacionado con la desaparición de dos marinos que asignó al resguardo del senador José Narro Céspedes, de Morena, para un viaje a Ciudad de México (CDMX).
De acuerdo con el Registro Nacional de Detenciones, Serrano Pérez fue puesto a disposición de un juez federal en la sede de la Fiscalía General de la República (FGR) en Sinaloa.
El extitular de la Secretaría de Seguridad de Acapulco dejó el cargo días después de que se diera a conocer la desaparición de los elementos de la Secretaría de Marina que asignó para la protección del legislador en marzo de 2022.
La investigación del caso fue atraída por la FGR, que aún no concluye sus indagatorias. Las familias de los marinos han realizado manifestaciones para exigir justicia y respuestas.
El 2 de marzo de 2022 el senador Narro solicitó a Abelina López, alcaldesa de Acapulco, personal de seguridad para que laborara como su escolta durante tres días en CDMX.
Un día después de la petición, la presidenta municipal pidió al capitán Maximiliano Serrano Pérez atender el tema. Fueron asignados el marino Óscar Manuel González Andrade y el marino retirado Victoriano Rodríguez Zurita, “para que dieran cumplimiento a la encomienda de la presidenta municipal”.
Los marinos se presentaron ante el senador el domingo 5 de marzo de 2022, cuando Narro estaba en una comida en la plaza comercial Oasis Coyoacán, en CDMX.
Según el exsecretario de Seguridad, cuando los marinos llegaron al restaurante el senador Narro les dijo que ya no era necesaria su presencia y puso a su disposición un vehñiculo para que regresaran, lo cual Narro ha rechazado.
Un día después de, Serrano contactó al senador para preguntar por el paradero del personal y éste presuntamente le dijo que él mismo instruyó que descansaran y regresaran hasta el lunes a Acapulco.
Ese mismo día, Serrano Pérez reportó a sus superiores de la Marina la desaparición de ambos elementos, indicando que se había perdido la señal de los teléfonos celulares de ambos.
Investigadores localizaron “el sistema solar perfecto”, uno sin las colisiones violentas que hicieron del nuestro una mezcolanza de planetas de tamaños diferentes.
Este sistema se encuentra a 100 años luz de distancia y tiene seis planetas prácticamente del mismo tamaño. Apenas han cambiado desde su formación hace unos 12 mil millones de años.
Estas condiciones estables hacen que sea ideal aprender cómo se formaron estos mundos y si albergan vida.
La investigación fue publicada en la revista Nature.
La creación de nuestro propio sistema solar fue un proceso violento. Los planetas chocaban entre sí mientras se formaban, distorsionando órbitas y dejando a gigantes como Júpiter y Saturno junto a mundos relativamente pequeños como el nuestro.
Las cosas no pueden ser más diferentes en el sistema solar HD110067, como lo llamaron los astrónomos.
Allí no solo los planetas tienen un tamaño similar. También giran sincronizados, a diferencia de la sincronización inconexa de los planetas de nuestro sistema solar.
En el tiempo que le toma al planeta más interno dar tres vueltas alrededor de la estrella, el siguiente planeta lo hace dos veces, y así sucesivamente hasta el cuarto planeta del sistema.
A partir de ahí las cosas cambian a un patrón 4:3 de velocidades orbitales relativas para los dos últimos planetas.
Esta intrincada coreografía planetaria es tan precisa que los investigadores crearon una pieza musical cíclica, similar a una composición al estilo de Philip Glass (compositor estadounidense), con notas y ritmos correspondientes a cada planeta y sus períodos orbitales.
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Rafael Luque, de la Universidad de Chicago, lideró esta investigación de HD110067, descrito como “el sistema solar perfecto”.
“Es ideal para estudiar cómo fueron creados los planetas, porque este sistema solar no tuvo los caóticos inicios del nuestro y desde su formación no ha sido perturbado”, comenta Luque.
Marina Lafarga-Magro, de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, dice que este sistema es “bello y único”.
“Es muy emocionante ver algo que nadie ha visto antes”, le dijo Lafarga-Macro a la BBC.
Los astrónomos han descubierto miles de sistemas solares en los últimos 30 años, pero ninguno de ellos permite estudiar cómo se formaron los planetas de esta forma.
El tamaño casi idéntico de los planetas y la naturaleza tranquila del sistema son como oro para los astrónomos porque hacen que sea mucho más fácil compararlos y contrastarlos. Eso ayudará a tener una idea de cómo se formaron por primera vez y cómo evolucionaron.
El sistema también tiene una estrella brillante que facilitará la búsqueda de signos de vida en las atmósferas de los planetas.
Los seis nuevos planetas son lo que los astrónomos llaman “subneptunos“, que son más grandes que la Tierra y más pequeños que el planeta Neptuno (que es cuatro veces más ancho que la Tierra).
Los seis planetas recién descubiertos tienen entre dos y tres veces el tamaño de la Tierra.
El interés en los nuevos hallazgos ha aumentado desde el descubrimiento en septiembre de que un planeta subneptuno, llamado K2-18b, en otro sistema estelar, tiene una atmósfera con indicios de un gas que en la Tierra es producido por organismos vivos.
Es algo que astrónomos llaman firma biológica.
Aunque nuestro sistema solar no tiene planetas subneptunos, se cree que este tipo es el más común de planetas en la galaxia.
Pero sorprendentemente los astrónomos saben muy poco sobre estos mundos.
No saben si están compuestos mayoritariamente de rocas, gas o agua, o si tienen condiciones para la vida.
Averiguar estos detalles es uno “de los asuntos cruciales de nuestro campo”, según Luque, quien añade que descubrir HD110067 le da a su equipo la oportunidad perfecta para responder a esta pregunta con relativa rapidez.
“Podría ser cosa de menos de 10 años”, le dijo Luque a la BBC.
“Conocemos los planetas, dónde están; necesitamos algo más de tiempo, pero pasará”.
Si la próxima ronda de observaciones del equipo indica que los subneptunos también pueden albergar vida, ello aumenta mucho el número de planetas habitables y, por tanto, las posibilidades de detectar indicios de vida en otro mundo más pronto que tarde.
La carrera ahora se enfoca en detectar biomarcadores en alguno de los seis nuevos subneptunos o en las decenas de otros descubiertos por otros equipos rivales.
Con la generación de nuevos telescopios con capacidades mejoradas y otros en camino, muchos astrónomos creen que quizás no haya que esperar mucho para ese momento.
Los planetas fueron detectados utilizando el satélite de estudio de exoplanetas en tránsito (TESS) de la NASA y el satélite de caracterización de exoplanetas (Cheops) de la ESA.
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