Mario Alberto Cardona Pérez, representante legal de la empresa de calzado “El Oso”, acusó que el desalojo de las instalaciones ubicadas en la colonia Portales Sur, en la Ciudad de México, en realidad se trató de un presunto “robo” que dejó pérdidas por alrededor de 29 millones de pesos.
En entrevista con Azucena Uresti, el abogado señaló que los más de 150 civiles que intervinieron en la diligencia como cargadores presuntamente tomaron 2 millones de pesos en efectivo, equipos de cómputo y telefonía, artículos personales de los empleados, así como productos terminados, sin que hasta la fecha las autoridades hayan reportado a dónde fueron llevados.
De acuerdo con el abogado, lo único que tienen en sus manos es un documento que acredita un desalojo en un local de 3 x 5 metros cuadrados.
“Se lleva a cabo un robo disfrazado de diligencia de desalojo, la consecuencia fue robo de dinero producto de la venta del mes hasta el 17 de enero, telefonía, equipo de cómputo, artículos personas de las y los empleados. Hubo varios vehículos que se llevaron cajas que contenían artículos, fue una diligencia desaseada. No tenemos nada, dejaron algunas cosas afuera, otras unidades llegaron y se empezaron a llevar material, como si fuera rapiña”, acusó.
Según indicó el abogado, tampoco hay claridad en cuanto a las autoridades que estuvieron a cargo del procedimiento. Si bien la alcaldía Benito Juárez se deslindó de los actos, no está claro si los presuntos elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que acudieron al lugar en realidad pertenecían a esta institución, puesto que no acreditaron su identidad ni portaban los uniformes correspondientes.
“No tenemos información de que algún elemento de la Secretaría de Seguridad plenamente identificado haya estado en la diligencia”, apuntó y dijo que hasta la fecha la dependencia no se ha pronunciado al respecto.
A esto añadió que el actuario adscrito al Juzgado Décimo Primero Civil de la Ciudad de México que estuvo a cargo de la diligencia no se identificó y la ejecutó con sólo 12 presuntos elementos de seguridad lo que provocó que la situación se saliera de control.
“Había personas adultas mayores, con capacidades diferentes, además en la trifulca hubo empleados lesionados”, señaló.
Ante esta situación, el abogado informó que ya se presentaron las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para poder establecer quiénes participaron en el desalojo, dar con los responsables y recuperar el patrimonio robado a la empresa.
El desalojo tuvo lugar el pasado 17 de enero en las instalaciones de la empresa “El Oso” ubicadas en la colonia Portales Sur, en la alcaldía Benito Juárez.
De acuerdo con Cardona Pérez, esto ocurrió con motivo de la terminación de los contratos de arrendamiento de la empresa, aunque este asunto aún se encontraba en revisión ante el Tribunal Colegiado en Materia Civil de la Ciudad de México.
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En videos que circularon en redes sociales, se puede observar cómo luego de que las instalaciones fueron desalojadas, decenas de personas se llevaron los productos que se encontraban en la fábrica.
Pese a los señalamientos del abogado, al día siguiente de estos hechos la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina informó que su personal había brindado acompañamiento y seguridad perimetral al actuario del Poder Judicial que contaba con la notificación de desalojo del inmueble, supuestamente garantizando “la integridad física de los ciudadanos y las autoridades del juzgado”.
Tras el desalojo de su fábrica, la empresa lanzó un comunicado donde señaló que “no se van a rendir” y continuarán con su legado de más de 100 años de historia.
México es el primer socio comercial de EU y más del 80 % de sus exportaciones van al mercado estadounidense. Se cree que los efectos podrían incluso provocar una recesión.
Después de muchas amenazas, finalmente llegó el día.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó establecer aranceles generales del 25 % a México y Canadá y del 10% a China este sábado a través de una orden ejecutiva.
Un arancel universal, es decir, a todos los productos de un país, es considerado por los expertos en comercio internacional como una medida muy dura, especialmente cuando está dirigida a sus mayores socios comerciales.
Los únicos productos que quedaron sujetos a un arancel reducido del 10 % fueron las importaciones energéticas provenientes de Canadá.
“Este arancel permanecerá vigente hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país”, informó la Casa Blanca en un comunicado.
A las pocas horas, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que implementará medidas arancelarias y no arancelarias, en defensa de los intereses de su país.
Y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, informó que Canadá impondrá aranceles del 25 % sobre productos estadounidenses por un valor de 155 mil millones de dólares canadienses (unos US$100.000 millones), en represalia a los introducidos por Donald Trump.
En los días previos al anuncio, en México había cierto escepticismo sobre la aplicación de un arancel del 25 % sobre todos los productos.
Parecía más factible que el gobierno de Estados Unidos escogiera algunos productos específicos, en vez de imponer un arancel universal.
Pero no fue así.
“Esto va a provocar una recesión en México“, dijo Valeria Moy, directora general del Centro de Investigación en Política Pública, IMCO, en México, en diálogo con BBC Mundo.
“Suena absurdo, suena como una locura”, agregó, refiriéndose a que el mandatario estaría dispuesto a quitar los aranceles solo cuando se resuelvan los problemas de migración y drogas.
México, el principal socio comercial de EU, envía más del 80 % de sus exportaciones al mercado estadounidense.
Es por eso que un 25 % de aranceles parece ser un golpe duro para una economía que le vende a su vecino desde autos y semiconductores, hasta petróleo y aguacates.
Analistas y empresarios han advertido que un arancel universal no solo afectará las exportaciones, sino también, el crecimiento económico, el empleo, las inversiones, las remesas y el peso mexicano.
¿Cómo funcionan los aranceles? Los aranceles no son otra cosa más que un impuesto a los productos importados. Los paga el importador del país que aplica el arancel, en este caso, el importador estadounidense, cuando llega el producto extranjero a la aduana.
Como el importador tiene que pagar un precio más alto, habitualmente traspasa una parte de ese costo extra, o todo el costo adicional, a los consumidores estadounidenses.
Pero Trump sostiene exactamente lo contrario, cuando argumenta que los aranceles van a “enriquecer a los estadounidenses” porque van a generar ingresos adicionales para el gobierno y van a aumentar la capacidad manufacturera del país, creando nuevos empleos y crecimiento económico.
La mayor parte de los economistas aseguran que los aranceles afectarán a los países a los que se les impone el gravamen, pero también a Estados Unidos.
“Creo que es muy absurdo poner aranceles a tus tres mayores socios comerciales, especialmente a Canadá y México”, comentó Kimberly Clausing, investigadora senior del Instituto Peterson de Economía Internacional y profesora de Derecho y Política Tributaria en la Universidad de California, Los Ángeles.
“No solo estás dañando a los consumidores, sino también a los trabajadores y a los productores estadounidenses”, le dijo a BBC Mundo.
La manufactura automotriz y la electrónica ocupan los primeros lugares en las exportaciones con mayor valor comercial que hizo México a Estados Unidos en 2023, según cifras de la Secretaría de Economía de México (SE).
El monto de esas exportaciones llega a unos US$200 mil millones. Eso es casi la mitad (46 %) del valor de todo lo que vendió México a Estados Unidos.
Partes de vehículos, autos, camiones, pantallas, equipos médicos, computadores, refrigeradores, y una infinidad de bienes manufacturados que viajan constantemente hacia el país vecino, se verán profundamente afectados.
También recibirán un duro golpe el sector energético, el acero y el aluminio, los semiconductores y los productos farmacéuticos, así como las frutas y verduras, los muebles, los productos de la industria panificadora o la cerveza y el tequila.
“Las empresas y los consumidores de las tres economías sufriremos consecuencias de no revertirse esta medida”, le dijo a BBC Mundo Pedro Casas, vicepresidente y director general de la American Chamber of Commerce Mexico, AmCham.
Entre ellas, explicó, está el aumento de los costos para los productores y exportadores, la pérdida de empleo, inflación y “menor poder adquisitivo de nuestras familias”.
Un análisis de la consultora internacional Standard and Poor’s no ve un panorama muy optimista.
La aplicación de aranceles del 25 %, “empujaría a la economía mexicana a una recesión”, señaló esta semana en un informe.
Los aranceles ponen en juego un sistema de libre comercio de 30 años que ha construido una economía entre los tres países norteamericanos altamente integrada, con autopartes que a veces cruzan las fronteras varias veces antes del ensamblaje final.
Si cada producto que forma parte de la manufactura de un bien final es gravado con un arancel cada vez que cruza la aduana, la cadena de suministro se encarece demasiado, poniendo en riesgo el futuro de muchas fábricas a los dos lados de la frontera.
Las inversiones estadounidenses en el sector manufacturero mexicano han crecido notablemente desde el primer mandato de Trump, beneficiándose de una mano de obra más barata y del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá, T-MEC, que entró en vigor en julio de 2020 y reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).
Estos aranceles, dicen los expertos, pueden poner en juego la continuidad de ese tratado mientras no se resuelvan las diferencias.
El verdadero impacto en las tres economías de América del Norte será más posible de ponderar, en la medida que avance el tiempo.
Si los aranceles se imponen durante unas semanas y luego Trump decide suspenderlos, se configura un escenario muy diferente al que se dará si persisten durante un año completo.
De todos modos, incluso aunque estuvieran vigentes por unos meses, existen empresas a los dos lados de la frontera que difícilmente podrían resistirlos.
Y, por otro lado, la suspensión de inversiones en México por temor a la incertidumbre, también podría dejar una herida bastante dolorosa.
El nuevo escenario comercial significa un desafío para el Plan México, presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum con la idea de fortalecer la industria nacional y atraer inversiones en el largo plazo.
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