Familias de la colonia La Poza en Acapulco afectadas por el huracán Otis recibieron enseres domésticos de parte del gobierno federal pero algunos artículos como el refrigerador, la licuadora y el ventilador no podrán utilizarlos a la brevedad porque en sus casas siguen sin suministro de luz eléctrica.
“No tenemos luz, agua y comida. Hay un comedor, pero mucha gente ni va”, dice María Nogueda, vecina de La Poza, quien hizo fila para recibir sus enseres domésticos.
Las familias de La Poza, colonia ubicada por el aeropuerto internacional Benito Juárez, en Acapulco, empezaron a llegar a la calle El Pino, desde las siete de la mañana, para recibir su refrigerador, estufa, colchón, licuadora, ventilador y vajilla, parte de los apoyos que entrega desde hace una semana el gobierno federal a los afectados por Otis.
Con el papelito del censo en la mano que les entregó un servidor de la nación de la Secretaría del Bienestar las mujeres se formaron en la fila y como muchas de ellas se percataron de que la espera sería larga se llevaron un banquito o una silla para descansar mientras llegaba su turno.
Varios camiones del Ejército llegaron con la carga de los electrodomésticos.
“A ver, hoy solamente vamos a entregar los paquetes (enseres domésticos) a los de la colonia La Poza y a los rezagados y los demás que estén aquí se les avisará el día les tocará su turno”, le gritó a la gente un militar que iba acompañado por varios servidores de la nación.
En la estrecha calle había una fila de unas 300 personas y a las 11 de la mañana los militares dijeron que solamente entregarían 40 paquetes.
Mujeres de las colonias Las Delicias, Alfredo B. Buenfil y de la comunidad de Barra Vieja llegaron desde las siete de la mañana para recibir sus enseres domésticos, pero se fueron con las manos vacías después de esperar tres horas bajo el sol.
“Oiga, no es justo. Yo aquí traigo mi censo y me citaron para hoy”, le dice una señora de la colonia Las Delicias a una mujer del grupo de los servidores de la nación.
Casi a las 12 del día termina la entrega de 40 paquetes de electrodomésticos a los afectados por Otis de la colonia La Poza donde viven tres mil familias, según María Nogueda.
A los que sí se les entregó su refrigerador, estufa, licuadora, colchón y vajilla tuvieron que alquilar un diablito o una camioneta para llevarlos a su casa.
El alquiler de un diablito para llevar el refrigerador y la estufa era de cien pesos.
Algunos hombres que acompañaron a su esposa o a su mamá para recoger el paquete de artículos electrodomésticos cargaron en hombros el colchón, refrigerador o estufa.
Aunque otras familias afectadas alquilaron una camioneta para que les llevaran su mobiliario.
Un joven de la colonia Arroyo Seco, ubicada al otro extremo de Acapulco, acudió a la colonia La Poza para ayudar a su mamá con el traslado de sus enseres domésticos.
“Allá en mi colonia de Arroyo Seco nos fue muy mal aunque apenas hace tres días nos llegó la luz, pero seguimos con muchas carencias como el agua”, dijo el joven.
María Nogueda llegó desde las siete de la mañana y trajo su silla en espera de que la nombraran para que recogiera el apoyo.
La gente calculó que los cinco artículos tienen un costo de alrededor de 12 mil pesos.
“Seguro esos refris y estufas el gobierno las compró en Elektra o Aurrerá porque los dueños de esas empresas son amigos del presidente Andrés Manuel López Obrador”, dijo uno de los afectados por el huracán Otis.
Lee aquí completa la nota de Ampaola, Periodismo transgresor.
El papa Francisco decidió desalojar de su residencia en el Vaticano al cardenal estadounidense Raymond Leo Burke y retirarle su salario.
Bourke es uno de los principales “tradicionalistas” de la Santa Sede y desde hace tiempo ha sido abiertamente crítico de las gestiones del Papa para reformar la Iglesia católica.
El Papa aún no ha hecho efectivo el desalojo del eclesiástico, le dijo una fuente del Vaticano a la BBC.
Pero la decisión, agregó la fuente, no pretende ser un castigo personal, sino se basa en la creencia de que una persona no debería disfrutar de privilegios de cardenales mientras critica al jefe de la Iglesia.
Raymond Burke nació en Wisconsin, Estados Unidos, en 1948. Estudio en el Seminario de la Santa de Cruz de La Crosse y en la Universidad Católica de América, donde obtuvo la licenciatura y el máster en filosofía.
En 1975 Burke fue ordenado sacerdote por el papa Pablo VI en la Basílica de San Pedro, tras lo que regresó a La Crosse, en Wisconsin, donde fue rector asociado en la Catedral de San José Obrero.
En 1980 regresó a Roma para obtener un doctorado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana.
Después de ser nombrado obispo en 1994 y arzobispo de San Luis en 2003, el papa Benedicto XVI lo nombró prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, la máxima autoridad judicial de la Iglesia católica, con sede en el Palacio de la Cancillería de Roma.
Fue también el papa Benedicto quien lo hizo cardenal en 2010 y desde entonces se le ha percibido como una de las principales voces del tradicionalismo entre los prelados de la Iglesia católica y el líder de facto de su ala más conservadora.
Las tensiones entre el cardenal Burke y el papa Francisco han estado latentes desde el inicio de este último pontificado.
El cardenal ha sido un abierto crítico de las gestiones del Papa para reformar los asuntos, tanto litúrgicos como sociales, de la Iglesia.
Burke se ha opuesto a los intentos de otros obispos de relajar las actitudes de la Iglesia hacia los homosexuales o hacia los católicos que se han divorciado y vuelto a casar.
También opinó que los políticos católicos que apoyan la legalización del aborto, como John Kerry o Joe Biden, no deberían recibir la eucaristía.
En 2013 Francisco retiró a Burke y a otros 13 prelados de la Congregación para Obispos, el grupo que se encarga de nombrar obispos.
Pocos días después, el cardenal estadounidense criticó al Papa en una entrevista con la emisora católica EWTN.
“Se podría tener la impresión, o así lo interpretan los medios, de que él (Papa) piensa que nosotros hablamos demasiado sobre el aborto, demasiado sobre la integridad del matrimonio entre un hombre y una mujer”, señaló Burke. “Pero nunca podremos hablar lo suficiente sobre eso”.
Un año después, en 2014, el cardenal le dijo a BuzzFeed que el Papa lo había “degradado” de su cargo como prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica para nombrarlo Patrón de la Orden Militar Soberana de Malta, un cargo principalmente ceremonial dedicado al bienestar espiritual de los miembros de la Orden.
En 2016, a diferencia del papa Francisco, que se mostró crítico de Donald Trump durante la campaña presidencial -en particular por sus planes para construir un muro entre México y EE.UU.- el cardenal Burke apoyó al republicano diciendo que éste “defendería los valores de la Iglesia”.
“Por lo que escuché durante la campaña, me parece que el nuevo presidente comprende bien lo que es importante para nosotros”, le dijo el cardenal al diario Daily Express.
“En primer lugar, estoy convencido de que se preocupará por la defensa de la vida humana desde su concepción y desplegará todas las acciones posibles para contrarrestar el aborto”.
“Y también creo que tiene muy claro el bien irremplazable de la libertad religiosa”, agregó.
En febrero de 2017, aparecieron por toda Roma carteles criticando al Papa. Y los cardenales de la ciudad recibieron una noticia falsa burlándose del pontífice.
Christopher Lamb, el corresponsal en Roma de The Tablet, decidió investigar para la BBC quién era el responsable de las fechorías.
En un artículo que tituló “Quién es el trol del Papa”, Lamb no encontró evidencia de que se tratara del cardenal Burke, pero escribió: “(Francisco) enfrenta resistencia a su reorganización del Vaticano y está enfureciendo a los creyentes del ala más tradicional de la Iglesia”.
“A la vanguardia de la oposición al papa Francisco se encuentra el cardenal estadounidense Raymond Burke, un rigorista con las reglas… que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar las leyes de la Iglesia y quiere asegurarse de que se cumplan”.
Y agregó que Burke, “cree que este Papa está jugando peligrosamente con la tradición de 2.000 años del cristianismo”.
Lamb, que había entrevistado al cardenal anteriormente, explicó en su artículo que éste “vive en un gran apartamento justo al lado de la gran avenida construida por Mussolini que conduce a la Plaza de San Pedro desde el río Tíber. Es aquí desde donde dirige su operación para promover lo que él llama ‘claridad doctrinal’”.
No se sabe, sin embargo, si Burke continúa viviendo en este apartamento.
La agencia Reuters informa que el cardenal, que durante años no ha desempeñado un cargo importante en el Vaticano, pasa la mayor parte de su tiempo en su estado natal de Wisconsin.
De cualquier forma, como le dijo a la BBC Christopher White, un observador del Vaticano que escribe para el National Catholic Reporter, la medida del Papa de retirarle a Burke sus privilegios, “no tiene precedentes en la era de Francisco”.
“Parece que el Papa percibe a Burke como alguien que fomenta un culto a la personalidad, centrado en el tradicionalismo o ideales regresivos. Esta medida parece dirigida a limitar la influencia de Burke cortando sus vínculos con Roma”, agrega White.
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