Al menos 10 familias que integran el Colectivo Solidario en Tecomán, Colima, reconocieron pantalones, llaves, mochilas y tenis que coinciden con las prendas que llevaban consigo sus familiares al momento de la desaparición, tras revisar el listado de indicios del rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco.
“Hay 10 buscadoras que tienen sospechas que posiblemente sean (prendas) de sus hijos, entonces aquí estamos haciendo presencia”, dice Candelaria, coordinadora del colectivo y madre de José Aarón Villa Huerta, quien permanece desaparecido desde septiembre de 2018.
Las buscadoras viajaron casi 300 kilómetros para llegar a la parroquia de la Asunción en Teuchitlán, donde se llevó a cabo una misa en memoria de las personas asesinadas en el rancho y para dar consuelo a las familias buscadoras. Al final de la misa, Candelaria, tomó el micrófono y dijo que buscan obtener más detalles sobre las prendas, aunque sabe que solo podría ser un indicio que las deje en la incertidumbre.
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“Por una parte, pues sí nos da gusto tener un indicio de que tal vez pueda ser nuestro familiar y a la vez se nos acaba todo, porque sí llegase a ser mi hijo, a como los terminaron (incinerando) no dejaron rastro. A la ceniza, a lo que dejaron, no se le puede hacer pruebas de genética para saber a qué familia corresponde. Entonces siempre se va a quedar en indicios y sospecha que sea nuestro familiar”, lamenta Candelaria.
Una joven —quien pidió no revelar su nombre y tampoco ser fotografiada— es parte del Colectivo y desde agosto de 2022 busca a su hermano Horacio Sinai Romero de 39 años. Su último rastro fue la noche del 3 de agosto, mientras se encontraba en la central camionera de Tecomán, Colima.
Entre todas las buscadoras del Colectivo Solidario, ella fue quien identificó más indicios en los informes de la Fiscalía de Jalisco: tres prendas que su hermano vestía al momento de su desaparición.
“El llevaba un pants negro adidas con rayas blancas a los costados y una playera tipo polo (en color) tinto, y pues salieron varios pants, uno en específico que es idéntico y pues las playeras tipo polo color tinto. También aparecen unos tenis (marca) Fila (que llevaba) en el momento que desapareció, (son) blancos, y en el calzado que están que están compartiendo hay unos tenis Fila, pero tengo la duda porque por el deterioro no se alcanza a ver si son blancos o rosa, pero a lo que vi son del numero 26, del número que él calza”, relata la joven.
La joven reconoce que las prendas por sí solas no le dan la certeza de que pertenezcan a su hermano, pero insiste “nada pierdo con revisar, investigar”.
De momento la Fiscalía de Jalisco continúa registrando los indicios localizados en el rancho de Teuchitlán. El 11 de marzo presentaron casi 500 indicios entre los que se encuentran pantalones, pants, sandalias, toallas, mochilas, ropa interior y accesorios. Actualmente el listado ya supera los mil 300 indicios y se puede revisar aquí de manera pública.
Ella intenta que la Fiscalía de Jalisco le permita ver los tres indicios en persona, pero le explicaron que primero se debe finalizar el registro de los objetos y luego tendrá que solicitar el servicio para poder identificar las prendas.
Parte de la incertidumbre que tiene es que los objetos solo los vio a través de las transmisiones en vivo que fueron compartidas en las páginas de Facebook de madres buscadoras de Jalisco.
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“(En el listado de la Fiscalía) no me aparecían las imágenes de las prendas, a otras compañeras sí las dejó acceder. A mi nada más el número de indicio y las características sin foto”, cuenta.
Cuando se le pregunta qué significa para ella el poder identificar estos indicios, baja su cabeza y dice: “No le puedo decir que es un logro, porque si definitivamente fueran las prendas, hay una probabilidad de que puedan ser las prendas de él, o que sean, ¿dónde está el cuerpo? ¿A mí quién me asegura que está entre las personas que sufrieron lo que les hicieron o que lo tengan todavía?”
La joven hace una pausa y continúa, “no sé, es bien inquietante, no saber si vive, si tiene frío, si tiene hambre, una se la pasa pensando todo eso y sí me afecta. No es como un ganar, porque al final de cuentas solo es una prenda, y es mínima la posibilidad que de ahí puedan sacar como alguna prueba que sea de él, son muy mínimas las posibilidades”.
Candelaria, la líder del Colectivo Solidario, es una de las madres que identificó prendas entre los indicios publicados por la Fiscalía. En sus investigaciones, personas le dijeron que su hijo está vivo y “andaba por los rumbos de Jalisco”. Al ver las prendas, recordó los comentarios que había recibido.
Al igual que su compañera, ella se percató de las prendas por la transmisión en vivo de Facebook, realizada por las madres buscadoras en Jalisco.
“Te llega un temblor, nunca yo había sentido eso”, cuenta sobre lo que sintió.
La señora Candelaria comenta que su corazón de madre le dice que sí son las prendas de su hijo, “pero yo me quiero neg…”. No termina de decir la palabra negar, cuando sustituye la palabra por “asegurar”.
“La búsqueda va a seguir y si no lo hallo, voy a darme a la idea de que ahí está y ya sabré a donde venir de vez en cuando a traerle una vela. Es el único consuelo que nos queda a nosotros”, dice.
Su hijo desapareció en el municipio de Villa de Álvarez cuando tenía 33 años, es padre de familia, fue interceptado al intentar entregar un automóvil que le prestaron para poder surtir su cilindro de gas. Las prendas que distinguió son una playera y un pantalón de su talla.
“Por ejemplo, la ropa de mi hijo coincide que el, cuando estuvo en mi casa yo le vi una camisa (color) plomito talla XL, que tenía las letras cqr y ahí está, y él (vestía) pantalón negro, talla 38 y hay dos cambios que coinciden con la talla. El que más me llamó la atención es el primer pantalón talla 38, que trae una bolsa roja y después en playeras, la playera color plomito que coincide con las letras, coincide con la que él tenía”, describe Candelaria.
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La coordinadora del colectivo menciona que para asegurarse que les permitan ver las prendas, tendrán que hacer la solicitud a la Comisión Estatal de Búsqueda de Colima, para que a su vez, solicite a su homóloga en Jalisco realizar las gestiones necesarias.
“Habrá que esperar”, enfatiza.
Fue uno de los rostros más visibles de las protestas estudiantiles contra la guerra de Gaza.
Fue uno de los rostros más destacados de las acampadas de estudiantes en Estados Unidos que protestaron el año pasado por la guerra de Gaza, y ahora se enfrenta a una posible deportación.
Mahmoud Khalil, estudiante de la Universidad de Columbia, en Nueva York, se ha convertido en la primera víctima de la nueva política del presidente Donald Trump, que prometió acabar con las protestas estudiantiles y amenazó con deportar a los estudiantes extranjeros que fueran “simpatizantes de los terroristas”.
“Es la primera detención de muchas que vendrán”, dijo Trump en su plataforma Truth Social, y acusó a Khalil de ser un “estudiante radical pro-Hamás”.
Khalil, refugiado palestino criado en Siria, fue detenido este fin de semana por Funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), según informó su abogada, Amy Greer.
Los agentes se presentaron en su casa, una vivienda propiedad de la universidad, cuando Khalil y su esposa acababan de regresar de una cena de Ramadán, y allí le comunicaron que su visado de estudiante había sido revocado y se lo llevaron arrestado.
El intento de deportación ha sido bloqueado temporalmente por un juez federal, que estudiará el caso en una audiencia de emergencia este miércoles, en la que está previsto que comparezca Khalil.
El universitario, estudiante de posgrado en la escuela de Asuntos Internacionales y Públicos, está casado con una mujer estadounidense, que además está embarazada de 8 meses, y cuenta con un permiso de residencia (green card) que, según dijeron los funcionarios de inmigración a su abogada, también había sido revocado.
Columbia fue el año pasado el epicentro de las protestas estudiantiles propalestinas que tuvieron lugar en todo el país contra la guerra en Gaza y el apoyo de Estados Unidos a Israel, y Khalil fue el principal negociador de la acampada en el campus universitario de Manhattan.
Su arresto ha desatado la indignación entre grupos de derechos humanos en EE.UU. y entre la comunidad universitaria.
La presidenta de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, Donna Lieberman, calificó la deportación de Khalil de “represalia selectiva y ataque extremo a la Primera Enmienda”.
También se ha mostrado “extremadamente preocupada” la fiscal general de Nueva York, Letitia James, que está siguiendo el caso.
Cerca de un millar de manifestantes con banderas palestinas se congregaron este lunes en Manhattan para pedir la liberación de Khalil y condenar las acciones de la nueva administración de Trump. Al menos una persona fue detenida.
“Ahora nos enfrentamos a la horrible realidad de que uno de nuestros estudiantes, miembro de la comunidad de Columbia, se ha convertido en preso político aquí en Estados Unidos”, declaró Michael Thaddeus, profesor de esta universidad neoyorquina.
“Es un momento funesto para la historia de Estados Unidos”, afirmó Thaddeus en una rueda de prensa con otros 50 docentes. “No debemos avanzar ni un paso más por este camino autoritario”.
El caso de Mahmoud Khalil “parece una clara persecución de activistas, y sienta un precedente muy, muy peligroso”, dijo a AFP Tobi, un manifestante de 42 años que no quiso dar su apellido por miedo a represalias, y que calificó el caso como “un secuestro”.
“Revocaremos los visados y/o las tarjetas de residencia de los partidarios de Hamás en Estados Unidos para que puedan ser deportados”, publicó este domingo el secretario de Estado, Marco Rubio, en X.
La abogada de Mahmoud Khalil, Amy Greer, afirmó que lo ocurrido a su cliente es un “terrible e inexcusable -y calculado- error”, y calificó su detención como parte de “la represión abierta del gobierno estadounidense contra el activismo estudiantil y la expresión política”.
Khalil, que no ha sido acusado de ningún delito, fue internado en un primer momento en un centro de inmigración de Nueva Jersey, antes de trasladarlo a un centro de detención de Jena, Luisiana, según los registros del ICE.
Su abogada asegura que el ICE también amenazó con detener a su esposa, una ciudadana estadounidense embarazada de ocho meses. Cuando intentó visitarlo en Nueva Jersey, los funcionarios le dijeron que no estaba allí.
Según la Universidad de Columbia, las fuerzas del orden pueden entrar en las instalaciones del campus con una orden judicial, pero negó que la dirección de la universidad hubiera invitado a agentes del ICE.
El Departamento de Seguridad Nacional puede revocar un permiso de residencia e iniciar los procedimientos de deportación contra sus titulares por una amplia gama de actividades delictivas, como el apoyo a un grupo terrorista.
Pero expertos jurídicos explicaron a la agencia de noticias AP que la detención de un residente permanente legal que no ha sido acusado de ningún delito “constituye una medida extraordinaria con un fundamento jurídico incierto”.
Según Camille Mackler, fundadora de Immigrant ARC, una coalición que ofrece servicios legales en Nueva York, “esto parece una represalia contra alguien que expresó una opinión que no le gustó a la administración Trump”, según publica AP.
Khalil tuvo un papel relevante como negociador entre la gerencia de la universidad y los estudiantes que instalaron el pasado verano un gran campamento de protesta en los jardines del campus.
Algunos estudiantes llegaron incluso a hacerse con el control de uno de los edificios de la universidad durante varias horas, antes de que la policía entrara en el campus para detenerlos. Khalil no estaba, sin embargo, en ese grupo.
Después de este incidente, Mahmoud Khalil contó a la BBC que había sido suspendido temporalmente por la universidad.
La detención de Khalil se produce después de que el presidente estadounidense emitiera en enero una orden ejecutiva en la que advertía de que se deportaría a cualquier persona implicada en “protestas proyihadistas” y a “todos los simpatizantes de Hamás en campus universitarios”.
Algunos estudiantes judíos de la universidad habían denunciado que los discursos en estas protestas rayaban a veces el antisemitismo, aunque otros se unieron a las manifestaciones propalestinas.
El nuevo gobierno de Trump ha acusado a la Universidad de Columbia de no combatir el antisemitismo en el campus, y la semana pasada decidió rescindir una partida de US$400 millones en subvenciones federales a la institución universitaria.
La cancelación de estos fondos “tendrá un impacto inmediato en la investigación y otras funciones críticas de la universidad”, anunció en un correo electrónico a todo el campus el pasado viernes la presidenta interina de Columbia, Katrina Armstrong.
Carly, estudiante de posgrado en Columbia, judía, estadounidense y amiga de Khalil, declaró a la BBC que el detenido es “un ser muy, muy compasivo”.
“Ha sido objeto de muchos ataques en internet, y para alguien que lo conoce a nivel personal es muy doloroso ver cómo lo han tergiversado”, dijo Carly, que se negó a compartir su apellido por razones de privacidad.
En declaraciones a Fox News, el zar de las fronteras de Trump, Tom Homan, alegó que Khalil había violado las condiciones de su visado al “cerrar edificios y destruir propiedades”.
*Con reportería de Madeline Halpert, Rachel Looker, Nomia Iqbal y Nada Tawfik.
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