Desde hace 15 años, las autoridades identificaron que el suelo debajo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) está contaminado con hidrocarburos que pueden provocar afectaciones medioambientales y de salud a trabajadores.
A pesar de que Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), la empresa paraestatal que administra la estación de combustibles del AICM, ha gastado casi 50 millones de pesos para identificar la magnitud de la contaminación y remediarla, a la fecha no se ha logrado disminuir los niveles de contaminantes a los límites máximos permisibles.
La Estación de Combustibles, así como el ducto de turbosina que lleva el combustible de Azcapotzalco al puerto aéreo, conforman una infraestructura que ha generado contaminación en los subsuelos del aeropuerto y de las colonias aledañas, donde habitan más de 37 mil personas.
Incluso, el tamaño del suelo contaminado creció en estos 15 años desde que fue detectada la presencia de turbosina y trazos de gasavión, pues aunque los estudios iniciales mostraron un volumen de contaminación de 6 mil metros cúbicos, para 2021 se duplicó la zona afectada, hasta alcanzar 14 mil metros cúbicos de suelo afectados con hidrocarburos.
En 2007, se filtraron 261 mil 557 litros de turbosina en la estación de combustible, afectando 20,230 metros cúbicos de suelo, y en 2012 ocurrió otro derrame de mil 100 litros de turbosina, impactando 2,500 metros cúbicos. A esto se suman los pasivos ambientales que se detectaron tanto en la estación de combustible como en la plataforma del AICM, y la falta de atención íntegra a estas filtraciones hacia el subsuelo.
Ante ello, ASA ha firmado convenios con tres instituciones distintas por un monto de 49 millones 796 mil 970 pesos para identificar el nivel de contaminación en los suelos, conocidos como estudios de caracterización, y remediarlo, pero el problema no ha sido erradicado por completo a la fecha.
Los componentes químicos que constituyen la turbosina, y que se encuentran en esta zona contaminada, incluyen los conocidos coloquialmente como BTEX (por las siglas de benceno, etilbenceno, tolueno y xilenos), los cuales han sido asociados a leucemia, afectaciones al sistema nervioso, irritación ocular y en tracto respiratorio, entre otros padecimientos.
Sin embargo, cuatro años después de los últimos estudios de caracterización para determinar los niveles de contaminación, y tres después de que fuera ingresado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) al Inventario Nacional de Sitios Contaminados y Remediados, la estación de combustibles aún no cuenta con un programa de remediación aprobado.
En agosto de 2007, se produjo un derrame de 342 mil 444 litros de turbosina en la estación de combustible del AICM. De ellos, se filtraron 261 mil 557 litros de hidrocarburos, afectando 20 mil 230 metros cúbicos de suelo. Sin embargo, fue hasta dos años después, en junio de 2009, cuando ASA firmó un convenio de colaboración con el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (II-UNAM) para hacer un estudio de caracterización, en el cual se analizó el suelo y subsuelo para determinar la magnitud de la contaminación.
De acuerdo con la legislación mexicana, el responsable de la contaminación debe de notificar inmediatamente de un derrame grande de un residuo peligroso, y posteriormente hacer estudios de caracterización para identificar dónde y a qué grado se contaminó el suelo y/o cuerpos de agua que puedan estar en la zona.
Por eso, ASA hizo la caracterización del derrame de turbosina e identificó que dicho accidente provocó una emergencia ambiental –que ocurre cuando se trata de una contaminación súbita– además de un pasivo ambiental, que se formó por el continuo uso y derrame de hidrocarburos en la estación de combustibles.
Te puede interesar: Pemex dice que autolavados y talleres son fuentes de contaminación por hidrocarburos en el drenaje en Nezahualcóyotl
En ese momento, el II-UNAM señaló en su estudio, el cual fue obtenido por este medio vía transparencia, que “la contaminación ha permanecido durante años prácticamente en el mismo lugar donde ocurrieron los derrames, fugas o escurrimientos, no ha existido migración de los contaminantes”.
Para la emergencia ambiental provocada por el derrame de 2007, ASA emitió una propuesta de remediación y comenzó con los trabajos para limpiar el suelo y subsuelo, aunque no fue hasta años después que completó esta labor.
En cambio, para el pasivo ambiental que se detectó en 2009 y que en ese momento cubría aproximadamente 31 mil 704 metros cuadrados de suelo distribuidas en 22 manchas distintas, los trabajos de remediación comenzaron 4 años después, hasta 2013, cuando ASA firmó un convenio con la Universidad Autónoma Indígena de México (UAIM) para “Remediación de suelo y subsuelo (pasivo ambiental) de la Estación de Combustibles México, Primer Etapa”.
El convenio tuvo un costo de 9 millones 669 mil 075 pesos, con una vigencia del 25 de septiembre al 19 de diciembre de 2013.
Mediante el convenio, la UAIM actualizó y delimitó la mancha de hidrocarburo, generó el estudio de Evaluación de Riesgo Ambiental para determinar el riesgo al ambiente y a la salud humana, realizó una propuesta de remediación para disminuir el grado de contaminación por debajo de los niveles máximos permisibles y comenzó los trabajos de remediación de agua subterránea.
Te puede interesar: Habitantes de Papantla, Veracruz, sufren afectaciones a salud por fuga de hidrocarburos; Pemex omite el desastre ambiental
La propuesta de remediación fue autorizada por la Dirección General de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas (DGGIMAR) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que hasta marzo de 2015 era la autoridad competente para supervisar y autorizar procesos de remediación para sitios contaminados por hidrocarburos.
Posteriormente, entró en funciones la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), que asumió estas facultades en materia de hidrocarburos.
La contaminación en ese momento se limitaba a la zona de los tanques de almacenamiento y el área de llenado de la estación de combustibles, tanto en el suelo como en el agua subterránea del manto freático; y tenía un volumen de suelo contaminado de 6 mil 072 metros cúbicos.
En el estudio actualizado, los técnicos de la UAIM determinaron que habían hidrocarburos de fracción ligera (HFL) y fracción media (HFM), así como hidrocarburos monoaromáticos (BETX); y en “al menos un punto excede los límites máximos permisibles” por normatividad mexicana NOM-138-SEMARNAT/SSA1-2012.
Estos últimos compuestos químicos de la turbosina, conocidos coloquialmente como BTEX (por las siglas de benceno, etilbenceno, tolueno y xilenos), pueden tener efectos nocivos para la salud cuando las personas están expuestas de manera prolongada a los vapores o tienen contacto físico con las sustancias.
También lee: Concentración de diésel que proviene del Tren Maya aumentó; autoridades retienen filtración de hidrocarburo con lonas
De ellos, solamente el benceno se ha comprobado que es cancerígeno, mientras que los demás son compuestos nocivos y tienen derivados que son potencialmente cancerígenos, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
Las enfermedades y síntomas que pueden provocar cuando se tiene una exposición a altas concentraciones o de manera prolongada son: anemia, leucemia, afectaciones al sistema nervioso central, hígados o riñones; irritación de membranas mucosas y oculares, pérdida de memoria, náuseas, problemas de audición, entre otros.
Estos compuestos pueden llegar a poblaciones humanas y de animales si emanan vapores desde los suelos o aguas subterráneas afectadas hacia la superficie, si los vapores pasan desde el subsuelo hacia espacios semi-cerrados, o si se tiene un contacto directo con el suelo o agua contaminada.
Debido a la composición de los suelos afectados, así como el hecho de que está cubierto por asfalto, la UAIM realizó un Estudio de Evaluación de Riesgo Ambiental y a la Salud Humana para revisar hasta los riesgos más improbables y determinar el nivel de exposición a contaminantes que podrían tener los trabajadores de la estación de combustibles en espacios semi-cerrados, así como los vecinos.
En su análisis, concluyó que en ese momento solo se podría generar una exposición de los trabajadores si se realizaba una obra de construcción que removiera la losa, de modo que el suelo contaminado quedara expuesto. Además, advirtió sobre posibles escenarios en los que los trabajadores administrativos podrían inhalar vapores con compuestos peligrosos.
“Se detectaron vapores de hidrocarburos en el gas del suelo que son superiores a los criterios de evaluación aplicables, por lo que no se descarta la posibilidad de que haya impactos posibles al aire interior de edificios en la ausencia de una barrera de vapores” (como la losa de concreto del piso). Esto provocaría riesgos de salud inaceptables para los trabajadores de obra y administrativos que estuvieran en el área de la Estación de Combustibles”, advirtió.
La UAIM remarcó que en el caso de las áreas aledañas a la estación de combustibles, como la contaminación no se había extendido más allá del predio de ASA los vecinos no tenían un riesgo de exposición actual.
“Es de señalarse que este es un caso muy improbable, ya que la contaminación disuelta en el agua subterránea de acuerdo a los resultados de los análisis químicos practicados a las muestras no ha salido fuera del predio de la Estación de Almacenamiento del AICM”.
Por la magnitud de la contaminación, ASA firmó en 2014 un segundo convenio para la remediación del pasivo ambiental en la estación de combustibles, en esta ocasión con el Instituto Tecnológico de Champotón (ITESCHAM) de Campeche.
Mediante el convenio ASA-ITESCHAM-14-001, la institución educativa debía realizar la remediación del agua subterránea y suelo para obtener la liberación de la conclusión del Programa de Remediación, con lo cual la estación de combustibles del AICM dejaría de ser considerado un sitio contaminado.
Los trabajos fueron contratados por un monto de 27 millones 782 mil 475 pesos, y tuvieron un periodo de realización entre el 21 de abril de 2014 y el 19 de abril de 2016. El volumen total de tratamiento fue de 17 mil 055 metros cúbicos de suelo contaminado, el cual fue tratado por dos procedimientos llamados “extracción de vapores y bioventeo en zona no saturada”.
Para ese momento, las facultades de la Semarnat en materia de regulación de contaminación por hidrocarburos ya habían sido absorbidas por el órgano desconcentrado llamado Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
En marzo de 2017, casi un año después del término del contrato con el ITESCHAM, Aeropuertos y Servicios Auxiliares inició ante ASEA el trámite de Conclusión de Programa de Remediación, mismo que fue negado a la paraestatal.
A la par, se produjo otro derrame de combustible, de acuerdo con un informe de caracterización hecho en 2021 y titulado “Caracterización de suelo y subsuelo de la Estación de Combustibles México”. En esta ocasión, la empresa contratada para este informe, Corporativo Real Cumbres, señaló en su estudio: “una gran parte del combustible se presume se haya filtrado a estos registros y se haya absorbido en el subsuelo, debido también a que algunas de las juntas de las losas del dique no están herméticas”.
En su resolución sobre el trámite de conclusión de la remediación, la ASEA determinó negar a la empresa paraestatal el fin de este procedimiento y señaló que el volumen de suelo contaminado y susceptible a remediación había incrementado de 6 mil 072 metros cúbicos a casi el triple: 17 mil 055 metros cúbicos.
“¿Por qué es importante el trámite de conclusión? Bueno, porque así ya se cierra el expediente, el responsable comprueba que realizó la remediación y resarció el daño, y a la autoridad le sirve para quitar ese estatus de sitio contaminado y ya lo pone como sitio remediado”, explicó en entrevista el ingeniero Francisco Barrón, especialista en remediación de sitios contaminados por hidrocarburos y académico del Instituto Politécnico Nacional.
ASEA recalcó que ASA falló en entregar documentación necesaria para el trámite de conclusión de remediación, y tampoco continuó con las labores de remediación hasta llegar a concentraciones por debajo de los niveles máximos permisibles, a pesar de que en el muestreo final que hizo todavía había niveles de contaminantes inaceptables.
Por ejemplo, los niveles de hidrocarburos fracción media a 3 metros de profundidad fueron de casi el doble de lo establecido en el Estudio de Riesgo Ambiental y para la Salud y aprobado por la Semarnat.
Debido a ello, ASEA indicó que la Conclusión del Programa de Remediación no fue aprobada, aunque la empresa paraestatal podría volver a iniciar el trámite y subsanar posteriormente las observaciones.
Cuatro años después de haber sido negada la conclusión del programa de remediación, ASA nuevamente contrató a una empresa para hacer una nueva caracterización y análisis del suelo y subsuelo para determinar los niveles de contaminación en la estación de combustibles del AICM.
Este trabajo fue licitado y contratado con Corporativo Real Cumbres S de RL de CV, mismo que obtuvo 12 millones 345 mil 419 pesos para realizar trabajos entre el 9 de julio y 5 de noviembre de 2021, los cuales incluían la caracterización de suelo y subsuelo, medición en aguas subterráneas, y la elaboración de un programa de remediación.
El estudio señaló que había 4 polígonos en las que había concentraciones de hidrocarburos por arriba del límite máximo permitido en la Norma Oficial Mexicana NOM-138-SEMARNAT/SSA1-2012, que regula los límites máximos permisibles de hidrocarburos en suelos y lineamientos para el muestreo en la caracterización y especificaciones para la remediación.
En total, se trataba de un área de 12 mil 595 metros cuadrados y 14 mil 615 metros cúbicos impactados con hidrocarburos fracciones media y ligera. Por otro lado, el Corporativo indicó que no había valores que representaran contaminación en la matriz de agua subterránea.
En el Estudio de Evaluación de Riesgo a la Salud y al Ambiente, el estudio remarcó que los niveles de contaminantes críticos no presentaban un riesgo actualmente debido a la capa de concreto que cubre el suelo.
“Se recomienda realizar una remediación del suelo de los puntos con concentraciones superiores a la normativa, con la finalidad de evitar un potencial riesgo al ambiente, pero no se considera prioritario dado que el uso de suelo actual del sitio es industrial y comercial”, anotó el estudio. “En caso de un cambio de uso de suelo de estas áreas, se presentarían niveles de riesgo no aceptables para la población infantil por la exposición a los contaminantes críticos”.
La empresa que contrató ASA concluyó en su estudio de 2021 que en tres de las zonas analizadas podría generarse una degradación natural del contaminante en el suelo, y en cinco años se disminuiría el volumen de contaminación.
“El riesgo [de la contaminación] puede ser bajo, sin embargo si no se le da atención en algún momento, puede ser que haya otro derrame y que incremente el riesgo, y la probabilidad de que este peligro se materialice va a ser mayor cada vez. Y si es mayor cada vez, podría ya tener afectaciones en el agua subterránea”, compartió el ingeniero Barrón.
A la fecha, la Semarnat y ASEA identifican la estación de combustibles del AICM como un sitio contaminado con hidrocarburos, pero anotan que no existe una propuesta aprobada para remediar este espacio y librarlo de los componentes que llenan el suelo y subsuelo.
Brad Sigmon fue ejecutado frente a un escuadrón en Carolina del Sur luego de estar varios años en el corredor de la muerte por un doble asesinato.
Un prisionero en el estado de Carolina del Sur fue ejecutado en la tarde de este viernes con un pelotón de fusilamiento.
Brad Sigmon estaba en el corredor de la muerte por el asesinato en 2001 de los padres de su exnovia con un bate de béisbol.
Su ejecución ocurrió poco después de la hora programada, las 18:08 local (23:08 GMT), con un pelotón conformado por tres voluntarios situados detrás de una cortina que dispararon simultáneamente rifles contra su pecho con balas especiales.
Para este tipo de ejecución se exige que los condenados a muerte sean atados a una silla al entrar en la cámara de ejecución. A continuación, al prisionero se le coloca una diana en el corazón y una bolsa sobre la cabeza.
Este tipo de ejecución no se había aplicado en Estados Unidos desde hacía 15 años.
Antes de morir, Sigmon dijo: “Quiero que mi declaración final sea de amor y disculpa”.
Citó la Biblia para denunciar la pena de muerte y añadió: “Ya no vivimos bajo la ley del Antiguo Testamento, ahora vivimos bajo el Nuevo Testamento”.
Tres miembros de la familia Larke estuvieron en el lugar para presenciar su muerte. Un médico realizó un examen que duró unos 90 segundos, antes de declararlo muerto.
Ante la posibilidad de morir en la silla eléctrica o por inyección letal, los abogados de Sigmon, de 67 años, anunciaron que había elegido el proceso más violento porque le preocupaba la eficacia de los otros dos métodos.
Esta es la primera persona ejecutada por fusilamiento en Estados Unidos desde 2010 y apenas la cuarta desde que el país reintrodujo la pena de muerte en 1976.
Sigmon fue acusado de asesinato en 2001 después de que los investigadores probaron que había matado a los padres de su exnovia en su casa del condado de Greenville. Los había golpeado con un bate.
El hombre confesó que también planeaba atacar a su exnovia, pero la mujer pudo escapar. “No podía tenerla. No iba a dejar que nadie más la tuviera”, declaró.
La Corte Suprema de Carolina del Sur rechazó esta semana una petición de intervención de los abogados de Sigmon.
La defensa quería más tiempo para informarse sobre el fármaco que Carolina del Sur utiliza en las inyecciones letales y cuestionaban si la representación legal de su cliente en 2002 había sido adecuada.
El estado del sur de EE.UU. aprobó una ley en 2023 que obliga a mantener en secreto la identidad de los miembros del escuadrón de ejecución.
También prohíbe la publicación de información relativa a la adquisición de fármacos para la inyección letal, ya que cada vez son más las empresas farmacéuticas que han declinado suministrarlos para las ejecuciones en el estado.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) presentó en enero una demanda contra la ley estatal.
La ejecución por fusilamiento es compleja.
Los condenados como Sigmon deben ser atados a una silla con una palangana debajo para recoger su sangre. Se le coloca una diana en el pecho y una bolsa en la cabeza.
Tres voluntarios ocultos tras una cortina dispararán desde 4,6 m de distancia.
Las balas utilizadas están diseñadas para romperse en el impacto y causar el máximo daño, algo que ha generado debate entre expertos médicos sobre el grado de dolor que causa su uso.
Tras los disparos, un médico debe confirmar la muerte del condenado.
El estado permite que los testigos observen la muerte desde detrás de un cristal blindado, pero los verdugos deben permanecer ocultos para proteger sus identidades.
La mayoría de los prisioneros condenados a muerte en Carolina del Sur son electrocutados, pero las tres ejecuciones más recientes se llevaron a cabo mediante inyecciones que incluían pentobarbital. Los tres hombres fueron declarados muertos 20 minutos después de recibir la inyección, aunque parecían haber dejado de respirar al cabo de unos minutos.
La falta de información sobre estas ejecuciones por la prohibición que establece la legislación local ha suscitado críticas por su falta de transparencia.
“Esta prohibición no solo se aparta aún más del historial del estado de hacer pública la información relacionada con las ejecuciones, sino que criminaliza la divulgación de esta información por parte de cualquier persona y por cualquier motivo”, argumentó la ACLU en su demanda legal.
“Silencia así a los científicos, médicos, periodistas, antiguos funcionarios de prisiones, abogados y ciudadanos que han analizado la seguridad, eficacia, moralidad y legalidad del uso de la inyección letal en Carolina del Sur”.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.