
Para entender mejor
El secretario de Seguridad de Berriozábal, en el estado Chiapas, Germán Alegría Estrada, fue localizado sin vida en Tuxtla Gutiérrez, tras haberse reportado su secuestro un día antes.
También fueron asesinados su chofer y el secretario particular del funcionario.
La Fiscalía General del Estado de Chiapas (FGEC) abrió una carpeta de investigación tras el hallazgo de tres cuerpos al interior de un vehículo tipo BMW, tipo X4 en la colonia Moctezuma, aunque no revelaron las identidades. El reporte fue recibido este sábado por la mañana.
“La FGE, a través de la Fiscalía de Distrito Metropolitano, dio inicio a las investigaciones correspondientes tras el hallazgo de los cuerpos sin vida de tres personas al interior de un vehículo en la colonia Moctezuma de Tuxtla Gutiérrez”, señala el comunicado.
Los cuerpos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo), donde se les realizará la necropsia de ley para determinar las causas de muerte.
A través de redes sociales, el Ayuntamiento de Berriozábal lamentó la muerte de Germán Alegría Estrada, Rafael Martín Vázquez Pérez y Uliser Gómez de la Cruz y publicó esquelas con condolencias a las familias de sus colaboradores.
Apenas el viernes 23 de febrero Germán Alegría Estrada fue reportado como secuestrado junto con su chofer y su secretario particular, confirmó la Fiscalía del estado.
La Policía Municipal de Berriozábal reportó el hecho a la Fiscalía este viernes 23 de febrero, por lo que la dependencia desplegó a elementos del Grupo Interinstitucional para encontrar a las víctimas.
El 21 de febrero un grupo de 30 personas incendiaron y dañaron las instalaciones del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC). El edificio, ubicado en Tuxtla Gutiérrez, había sido atacado en 2021 y 2023.
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador afirma lo contrario, la violencia en Chiapas se ha incrementado.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hasta noviembre de 2023 ocurrieron al menos 457 homicidios dolosos en Chiapas. Estos datos representan un incremento del 17% respecto a 2022.
La violencia e inseguridad han provocado el desplazamiento de algunas comunidades rurales en el estado. En el municipio de Chicomuselo, al menos 3 mil 780 personas tuvieron que mudarse.
Sin embargo, la cifra podría llegar a los 5 mil si se suman Socoltenango y la Concordia, zonas sur y sierra de Chiapas. A pesar de esto, el presidente consideró que la cifra “no era significativa” y los calificó de “muy pocos”.
En otro caso, en junio de 2023 secuestraron a 16 de trabajadores de Seguridad de Chiapas en Ocozocoautla, municipio cercano a Berriozábal. En un video difundido por un automovilista se observa cómo los trabajadores fueron bajados a la fuerza del autobús de la dependencia por personas que viajaban en dos camionetas.
Los trabajadores fueron liberados tres días después y llegaron por su propio pie hasta las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública de Chiapas.

Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.
En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.
Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.
Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.
Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.
Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.
El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.
El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.
Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.
Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.
Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.
A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.
Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.
Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.
Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.
Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.
Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.
En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.
Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.