
Hombres armados asesinaron al profesor y activista contra la violencia José Artemio López Aguilar en su casa en Chicomuselo, Chiapas. Fue quien coordinó la marcha por la paz en el estado el pasado 12 de octubre.
El también militante de Morena era secretario de la D II 78, sección 40 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y daba clases en la telesecundaria del ejido Josefa Ortiz, Chicomuselo.
De acuerdo con las primeras versiones, personas armadas llegaron a su casa en el barrio Las Salinas, tanto a él como a su esposa los amarraron y al profesor lo golpearon con paros y después lo asesinaron con un balazo.
El pasado 12 de octubre, el profesor Artemio López Aguilar, encabezó la marcha por la paz y contra la inseguridad provocada por el crimen organizado en la región de la Frontera y la Sierra Madre.
Como orador de la protesta llamó a la unidad y a “amar al prójimo, como un principio esencial en la vida pública”, criticó que no hubiera respuestas ante la violencia y pidió a los pobladores estar unidos más allá de diferencias religiosas y políticas.
Miles de habitantes de Chicomuselo, Chiapas, salieron a las calles para exigir la intervención de las autoridades y organizaron una marcha por la paz, frente a la violencia que enfrenta la región.
Los inconformes denunciaron que en sus tierras se han registrado enfrentamientos, desapariciones, despojo, extorsiones y reclutamiento forzado. Además de que hay presencia de grupos del crimen organizado.
Los comisarios ejidales mencionaron que es urgente un proceso de pacificación entre los pueblos, pues ha aumentado la división entre habitantes. Acusaron que también hay presencia de grupos ajenos al municipio que pretenden apropiarse de espacios, saquear recursos e imponerse mediante la violencia.
En un comunicado, denunciaron que ante la violencia, cientos de personas se han ido a Estados Unidos y Centroamérica para huir y que hasta el momento no ha habido intervención de ninguna autoridad de Chiapas ni del gobierno federal, Ejército o Guardia Nacional.

Denunciaron que la violencia se agravó desde hace más de dos años por la disputa del territorio, cuando el Cártel de Sinaloa se dividió y un grupo de integró al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Los habitantes llevaban pancartas con frases como “Paz para el municipio“, “Viva Chicomuselo”, “El pueblo callado, jamás será escuchado”, “El pueblo unido, jamás será vencido”.
Al finalizar la marcha, los organizadores contabilizaron que se manifestaron alrededor de diez mil personas.
Ante las desapariciones y enfrentamientos de grupos delincuenciales en los municipios de Frontera Comalapa y Chicomuselo, Chiapas, cientos de personas han dejado sus viviendas.
En mayo de este año, el Comité de Derechos Humanos Digna Ochoa, denunció ante los tres niveles de gobierno que miles personas de una docena de comunidades de esos municipios han dejado sus hogares y emprendieron un desplazamiento forzado huyendo de la violencia y el reclutamiento de grupos del crimen organizado que se pelean esa región de la frontera sur en Chiapas.
La organización alertó que fue el pasado 22 de mayo cuando los enfrentamientos se agudizaron, dejando un saldo extraoficial de más de 60 muertos.
Habitantes y organizaciones han documentado que la delincuencia organizada utiliza drones con explosivos y armas de grueso calibre.
Además de la violencia, en Chicomuselo enfrentan el saqueo de minerales. Tan solo en mayo pasado se documentó que ocho camiones ingresaron a la región con personas armadas para extraer recursos. Pobladores han denunciado que empresas mineras han logrado acuerdos con grupos violentos para amenazar a los pobladores.
Uno de los más recientes enfrentamientos en la zona ocurrió el 29 de agosto y dejó a seis personas muertas, la quema de un tráiler y presencia de personas armadas en las calles.

En lo que respecta a la monogamia, los humanos se parecen más a las suricatas y a los castores que a nuestros primos primates.
En nuestra vida amorosa, nos asemejamos más a estas mangostas sociales y unidas que a nuestros primos primates, según sugiere una clasificación de monogamia elaborada por científicos.
Con un 66% de monogamia, los humanos obtienen una puntuación sorprendentemente alta, muy superior a la de los chimpancés y los gorilas, y a la par de las suricatas.
Sin embargo, no somos ni mucho menos la criatura más monógama.
El primer puesto lo ocupa el ratón californiano, un roedor que forma vínculos inseparables para toda la vida.
“Existe una liga de élite de la monogamia, en la que los humanos se encuentran cómodamente, mientras que la gran mayoría de los demás mamíferos adoptan un enfoque mucho más promiscuo para el apareamiento”, afirmó Mark Dyble, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge.
En el mundo animal, el emparejamiento tiene sus ventajas, lo que podría explicar por qué ha evolucionado de forma independiente en múltiples especies, incluida la nuestra.
Los expertos han propuesto diversos beneficios para la llamada monogamia social, en la que las parejas se unen durante al menos una temporada de reproducción para cuidar a sus crías y ahuyentar a los rivales.
Dyble examinó varias poblaciones humanas a lo largo de la historia, calculando la proporción de hermanos de padre y madre (individuos que comparten la misma madre y el mismo padre) en comparación con los medio hermanos (individuos que comparten la madre o el padre, pero no ambos).
Se recopilaron datos similares para más de 30 mamíferos monógamos sociales y de otras especies.
Los humanos tienen un índice de monogamia del 66% de hermanos de padre y madre, por delante de las suricatas (60%), pero por detrás de los castores europeos (73%).
Mientras tanto, nuestros primos evolutivos se sitúan en la parte inferior de la tabla: los gorilas de montaña con un 6%, y los chimpancés con solo un 4% (al igual que el delfín).
En último lugar se encuentra la oveja de Soay, de Escocia, donde las hembras se aparean con múltiples machos, con un 0,6% de hermanos de padre y madre.
El ratón californiano ocupó el primer puesto, con un 100%.
Sin embargo, estar clasificados junto a suricatas y castores no significa que nuestras sociedades sean iguales: la sociedad humana es completamente diferente.
“Aunque la proporción de hermanos de padre y madre que observamos en los humanos es muy similar a la de especies como las suricatas o los castores, el sistema social que vemos en los humanos es muy distinto”, declaró Dyble a la BBC.
“La mayoría de estas especies viven en grupos sociales similares a colonias o, quizás, en parejas solitarias que se desplazan juntas. Los humanos somos muy diferentes. Vivimos en lo que llamamos grupos con múltiples machos y múltiples hembras, dentro de los cuales existen estas unidades monógamas o de pareja estable”, explicó.
Kit Opie, profesor del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio, afirmó que este es otro elemento clave para comprender cómo surgió la monogamia en los seres humanos.
“Creo que este artículo nos proporciona una comprensión muy clara de que, a lo largo del tiempo y en diferentes lugares, los humanos son monógamos”, declaró.
“Nuestra sociedad se parece mucho más a la de los chimpancés y los bonobos; simplemente hemos tomado un camino diferente en lo que respecta al apareamiento”, agregó.
El nuevo estudio fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences.
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