El 19 de septiembre cambió la vida de la cocinera Alma Aída. Ella trabajaba en una taquería, cuando un hombre la acosó y agredió sexualmente. Ella se defendió, pero el sujeto sacó un machete, la hirió y después huyó.
La mujer de 45 años luchaba por su vida a pie de calle en el bulevar Allende de la colonia Altamira sector dos. Es un nuevo ataque en Altamira, Tamaulipas, un municipio que concentra decenas de casos de violencia machista.
A casi dos meses del ataque, Alma Aída se encuentra en su casa, mal de salud por el riesgo de perder el brazo izquierdo, el que su agresor le hirió con el machete.
En hospitales públicos la han operado en siete ocasiones, pero todavía requiere tratamiento reconstructivo del brazo, asegura su hermana Marina.
El reporte médico tras el ataque refiere que la mujer quedó con el brazo cercenado y con lesiones en el rostro.
Aída fue atendida en el hospital general de Altamira “Rodolfo Torre Cantú” en primera instancia. Posteriormente fue canalizada por la gravedad al hospital IMSS-Bienestar “doctor Carlos Canseco”.
En entrevista con Elefante Blanco, Marina explicó que en Tampico los doctores le dijeron que no era candidata a otra operación.
“El miércoles que ya la iban a operar y le iba a quitar eso (varillas de alineación) cuando nosotros llegamos el (doctor) sí nos atendió, pero nos dijo que allí ya no podía atenderla porque sus tendones estaban muy dañados”, relató Marina.
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Las recomendaciones en los hospitales públicos han sido contradictorias. En Altamira le sugirieron que buscara atención en Ciudad Victoria, y en la capital afirmaron que su caso no era de gravedad.
“En Victoria no la atendieron, la pasaron y ya vámonos para atrás: ‘aquí no tiene nada que hacer regrésate al Torre’”, narró Marina Juárez.
Además de luchar por su salud, Aída tiene que enfrentar a la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de Tamaulipas, quien no ha dado con ningún hallazgo del caso.
La identidad del agresor quedó al descubierto porque al huir dejó una constancia de licencia de conducir expedida por el gobierno federal.
En el documento aparece una fotografía de un hombre con bigote y el nombre de Alejandro “A”.
Sin embargo, la FGJ no ha confirmado la identidad ni ha obtenido más información del sujeto de la licencia, esto a casi dos meses del ataque.
El trabajo pericial tampoco ha sido bueno. Marina indicó que recibieron un llamado del Ministerio Público donde le preguntaron si Aída podía ir a declarar.
“Me dijeron que si la podía mover, le dije que está delicada, ya cuando se sienta bien la moveremos para la entrevista”, afirmó la hermana de la víctima.
Los gastos en salud han sido cubiertos por la familia de Aída, integrada por la mamá, la hermana y sobrinas de la cocinera, mujeres trabajadoras de Altamira.
Un botón de muestra del gasto que han hecho es el pago del traslado del hospital “Torre Cantú” a su casa en ambulancia, que les costó 6 mil pesos.
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Marina y su madre han comprado medicamentos y materiales para las operaciones a pesar de la supuesta gratuita de los servicios públicos y de ser un caso de una víctima de agresión. La familia de Aída ya perdió la cuenta del gasto en atención médica.
Las lesiones incapacitan a Aída, quien es cocinera y lamenta que no ha podido trabajar en la taquería y preparar tamales.
Ante el abandono del gobierno, la familia está recibiendo donaciones en la cuenta 4027 6658 6117 0323 de Banco Azteca a nombre de Marina Juárez Trujillo.
Al grito de “dimisión” y “fuera, fuera”, muchos se encararon con las autoridades, produciéndose momentos muy tensos, sobre todo en los pueblos que registran mayor número de muertos y que acusan de ello a la mala planificación.
Es el día 6 de una de las tragedias más grandes de la historia reciente de España. Es el día también en que el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y el monarca español Felipe VI llegaron a la zona de la catástrofe, donde más de 200 personas murieron y hay centenares desaparecidas.
Las dos máximas autoridades del país visitaron este domingo el terreno enfangado y maloliente de dos de las localidades más afectadas de la comunidad Valenciana tras las torrenciales lluvias y la riada que asoló todo a su paso.
Pero muchos de los afectados no se han tomado bien la visita y respondieron lanzando barro y otros objetos y gritando “¡asesinos, asesinos!” a la comitiva, en la que también participaba el presidente regional, Carlos Mazón, del Partido Popular, y la reina Letizia.
En imágenes, ha podido verse también a la reina con la cara y las manos cubiertas de barro cuando hablaba con una mujer, mientras el presidente del gobierno fue evacuado a un punto seguro, dijeron medios locales.
Al grito de “dimisión” y “fuera, fuera”, muchos se encararon con las autoridades, produciéndose momentos muy tensos, sobre todo en los pueblos que registran mayor número de muertos y que acusan de ello a la mala planificación.
Hay malestar por la lenta respuesta de los servicios de emergencia. También por la tardanza en enviar a ejército y policía para ayudar.
Y sobre todo, porque el día de la riada, pese a que la Agencia Estatal de Meteorología elevó al máximo su nivel de alerta en la mañana del martes 29 por la DANA, las autoridades locales no avisaron a tiempo a la población.
La agencia de protección civil emitió una alerta de emergencia a los teléfonos de los habitantes de la ciudad de Valencia y sus alrededores después de las 20:00 hora local del martes, cuando las inundaciones ya cubrían muchas zonas.
Por su parte el gobierno central de Madrid también enfrenta críticas por no haber movilizado al ejército a tiempo y por rechazar una oferta del gobierno francés de enviar 200 bomberos para ayudar en las tareas de búsqueda y rescate.
“Se sabía y nadie hizo nada por evitarlo”, le dijo un joven al rey, que insistió en quedarse a hablar con la gente pese a la agitación, explicó en un cable la agencia Reuters.
En un momento de la visita en Paiporta, el monarca sostuvo en su hombro a un hombre que lloraba.
Parte de las competencias en la respuesta a la tragedia recae en la Comunidad Autónoma, en la que gobierna el Partido Popular, y otras son del Estado, donde gobierna una coalición de partidos liderada por los socialistas.
“Entiendo la indignación social y por supuesto me quedo a recibirla. Es mi obligación política y moral. La actitud del Rey esta mañana ha sido ejemplar”, dijo Mazón en la red social X.
La tragedia es ya la peor catástrofe europea relacionada con inundaciones en un solo país desde 1967, cuando al menos unas 500 personas murieron en Portugal.
Decenas de personas están en paradero desconocido, mientras que unos 3.000 hogares siguen sin electricidad, según las autoridades. Además hay numerosas infraestructuras dañadas e incalculables destrozos.
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