Las lluvias de septiembre hicieron rebosar de agua al estero de San José del Cabo, al noroeste de México, y abrieron la bocana, esa barra arenosa que separa la laguna de agua dulce del mar salado del océano Pacífico, dejando salir todo el lirio acuático que rebosaba sobre la superficie.
Quedó descubierto un parche del espejo de agua somero y con olor fétido. Las aves se amontonan en ese pedazo de hábitat que les queda. Se aprecia una capa superficial de lama, islas de lodo, el lirio reproduciéndose en las orillas, para en un mes o dos cubrirlo por completo de nuevo, y el carrizo rodeando el espejo consumiendo su agua y dejándolo seco.
La rápida propagación del lirio acuático es atribuida por la comunidad científica a las descargas de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) construida por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) que, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), equivalen a 10 mil 234 tinacos de mil 100 litros diarios en el suelo contiguo y directamente en el Estero de San José del Cabo.
En una evaluación del desempeño de la PTAR hecha por el IMTA en 2013, Fonatur reportó que lograba vender solo el 60% del volumen de agua tratada en verano y el 40% en invierno, mientras que lo restante lo descargaba al estero.
Las aguas residuales aportan nitratos y fosfatos que son nutrientes que hacen crecer el lirio. Al morir esta especie, debido a que no hay flujo de agua, aporta sedimento y sobre ese suelo se establecen otras especies nativas e invasoras como el carrizo, los tulares y el pino salado que absorben grandes cantidades de agua, secan el estero y compactan el suelo, explicó Maricela Martínez, jefa de Departamento de Control Biológico de Plantas Invasivas del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
“El problema de quitar lirio acuático es fácil y rápido, pero cuando ya hay otra que se estableció, que es muy agresiva como los carrizos y tulares, si no se actúa de inmediato se va a perder, no se va a poder recuperar”, señaló Martínez.
Con la estrategia de regular el crecimiento desordenado de los destinos de playa, en 1980 Fonatur, una empresa pública responsable de la planeación y desarrollo de proyectos turísticos en México, impulsó la creación de cinco Centros Integralmente Planeados (CIP) que eran ciudades turísticas planificadas.
Uno de ellos fue el CIP de Los Cabos, conformado por las ciudades de Cabo San Lucas, San José del Cabo y un corredor turístico que las conecta.
El CIP de San José del Cabo era un centro turístico de gran escala con catorce lotes hoteleros frente a la playa, un campo de golf y tres super manzanas residenciales que se consolidó como la zona hotelera de la ciudad.
También construyó la PTAR para recibir las aguas residuales del CIP en la planta más baja de la ciudad para evitar bombearla. Sin embargo, con el auge del turismo, de 2000 a 2010, San José del Cabo presentó una tasa de crecimiento poblacional del 8.2%, frente al 1.4% suscitado en el país. Esto hizo que la PTAR quedara rodeada por crecimiento urbano y rebasada en su capacidad original y actual, debido a que recibe aguas municipales también.
“La planta no tenía ningún impacto negativo en el estero porque operaba con la capacidad suficiente para poder tratar las aguas, pero empieza a crecer la ciudad, se ve rebasada la planta, el municipio no le pudo hacer frente a esa situación y quedó en manos de Fonatur por más de treinta años”, señaló Blanca Pedrín, empresaria hotelera y presidenta del Patronato Estero Añuití.
La PTAR tiene una capacidad de 250 litros por segundo, sin embargo, actualmente recibe hasta 540 litros por segundo en horas pico o de mayor demanda.
“Debido al crecimiento urbano descontrolado, existen aguas residuales que son enviadas por el municipio a la PTAR, sin que estén autorizadas ni sea responsabilidad de Fonatur, lo que ocasiona que la instalación funcione de forma deficiente y comprometiendo en todo momento, la calidad de las descargas, en perjuicio de la inversión federal”, señaló Fonatur a través de un comunicado en 2019.
“Por el crecimiento, a la PTAR le llega más cantidad de agua de la que puede darle un tratamiento adecuado. Se le da tratamiento a todo lo que entra la planta, pero hay que ver qué tan eficiente es ese tratamiento o a qué horas disminuye la calidad. El problema es que hay aguas que ni siquiera entran a la planta de tratamiento. Llegan picos altísimos en pocos minutos, no alcanzan ni siquiera a entrar a la planta y se vierten al estero. No hay una capacidad de regulación de esos volúmenes extraordinarios”, señaló Tatiana Davis, titular de la Comisión Estatal del Agua (CEA).
En la evaluación del desempeño de la PTAR hecha por el IMTA en 2013, encontró que el equipo no contaba con la capacidad y esto comprometía la calidad del agua al presentar concentraciones de sólidos suspendidos totales (SST) de 51 miligramos por litro, cuando la NOM-003-SEMARNAT-1997 establece que el límite es de 30.
“En términos generales se tiene un agua que cumple con la NOM-003-SEMARNAT-1997, sin embargo, no en SST. Por la gran acumulación de sólidos en el sistema el agua residual tratada de la PTAR actualmente no cumple con la concentración de sólidos suspendidos de 20 mg/L para riego de áreas verdes y de 40 mg/L para su descarga al estero”, señala el documento del IMTA sin que haya un informe más reciente al respecto.
De acuerdo con el reporte físico-químico de Fonatur, el agua tratada no rebasa el límite permitido por la NOM 001-SEMARNAT-1996 en cuanto a DBO5 utilizado para medir la cantidad de contaminación orgánica en aguas residuales desde 2016 hasta 2023.
Por su parte, Ramón Rubio, director general del Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento (Oomsapas) Los Cabos, señaló que desconoce la calidad y volúmenes del agua tratada por la PTAR.
“Yo desconozco la calidad de las aguas tratadas de esa planta porque como organismo no nos llegan esos reportes. Tampoco conozco los volúmenes que están mandando ellos. Hicimos una solicitud para que nos hicieran llegar a nosotros algunas mediciones de parámetros sobre la concentración química de las aguas para saber qué tan eficiente es el proceso de tratamiento”, señaló Rubio.
El estero es un oasis costero de agua dulce y, por su importancia, fue decretado como una Reserva Ecológica Estatal en 1994 y se le reconoció como sitio RAMSAR en 2009. Sin embargo, es considerado uno de los humedales más amenazados del noroeste de México, debido al crecimiento de servicios turísticos y comerciales, señala Pronatura Noroeste.
La presión antropogénica terminó por desequilibrar el balance natural y creó un problema ambiental, señaló Enrique Troyo, investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor).
Personal del IMTA visitó el estero en octubre de 2023 e informó que el 90% de las 50 hectáreas de la ANP estaba infestada por especies acuáticas nativas y exóticas con un alto nivel de invasividad como el lirio acuático.
“El lirio acuático consume todo el oxígeno que hay y empieza a troficar (afectar las cadenas alimentarias) el ecosistema acuático porque crea una mortandad de peces, desplazamiento de otras especies vegetales y una alteración en la comunidad microbiana”, señala Troyo.
La situación actual del estero pone en riesgo la vida de las 217 especies de aves acuáticas que utilizan este lugar como descanso, protección y alimentación, de las cuales 97 son migratorias y 19 están en riesgo como el gallito marino, explicó Graciela Tiburcio, especialista en manejo y conservación de vida silvestre.
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Por otra parte, está la infestación de tulares y carrizos que forman parte de las mil especies más peligrosas del mundo y que aunque son nativas se están convirtiendo en invasoras y están secando al estero. De acuerdo con Martínez, esto pondría en riesgo el abastecimiento de las aguas subterráneas, por lo que el tema de las plantas acuáticas invasivas debería ser abordado como de seguridad nacional.
“Ya no hay agua en el país ni en el mundo, no nada más en México, entonces el Estado no ha entendido que es algo a lo que hay que destinar recursos y que hay que hacer acciones inmediatas para el control de estas plantas y podamos asegurar el agua”, señaló Martínez.
Para atender esta problemática, Martínez propone brindar asesoría para la implementación de un Programa Urgente de Manejo Integrado de las especies y realizar una evaluación de las plantas de tratamiento de aguas residuales.
“Se necesita establecer un programa de control integral de plantas invasivas donde hay uso de agentes de control biológico y control manual. El control biológico es clave porque los agentes que utilizamos producen una reacción en la planta para que no produzca semillas y asegurar que no va a haber una generación nueva de esas especies”, señaló Martínez.
Otro documento que, de acuerdo con Colin y Troyo, debería actualizarse es el Plan de Manejo de la Reserva, que fue expedido en 1998 y actualizado en 2004, a fin de incorporar medidas acordes a la condición actual del ecosistema. Ha habido propuestas para esta actualización de parte de la sociedad civil y del sector académico, pero no han prosperado en el cabildo de Los Cabos.
A través de un decreto en 2011, el gobierno de Baja California Sur traspasó al Ayuntamiento de Los Cabos el estero bajo la categoría de Zona Sujeta a Conservación Ecológica, por lo que este último tiene el compromiso de administrar la reserva.
“A través de una solicitud pedimos que se traspasara la custodia al municipio de Los Cabos por ser uno de los más ricos del país, y pensando en que se etiquetaría recursos para cuidarlo. Desgraciadamente son tantos los intereses tanto políticos como económicos que hemos visto la decadencia del estero de San José”, señaló Pedrín.
De 2011 a 2020 y en 2022, la reserva no recibió ningún ingreso para su manejo, mientras que para 2024 le asignaron un presupuesto de un millón 200 mil pesos, 800 mil pesos menos que en 2023.
“Los fondos decrecientes destinados a la ANP y a las especies prioritarias a la conservación, funcionarios a cargo sin el perfil adecuado, entre mil cosas, permiten vislumbrar que no habrá cambios en el futuro de continuar igual. Esto nos habla más de un deterioro creciente que de políticas exitosas de conservación. Dejando claro que la parte ambiental no es un tema de importancia para el gobierno. La incapacidad, la omisión, la ignorancia, la simulación y la corrupción son lo que están consumiendo al Estero Josefino”, señaló Tiburcio.
En la memoria de la sociedad josefina está un estero vigoroso que era el espacio público por excelencia. Recuerdan cuando navegaban en canoas o se reunían con sus familias para nadar y pescar.
“La gente da por muerto al estero pero deberíamos preguntarnos, ¿qué clase de justicia es la que permitió a mis abuelos vivir eso y a mí no?”, señaló Francisco Colín, integrante de la iniciativa Contaminantes Anónimus que impulsa diálogos ambientales en México.
En esas reuniones el estero era una preocupación recurrente por lo que en agosto de 2023 surgió la iniciativa SOS Estero, dedicada a hacer limpiezas manuales para remover el lirio acuático en la Reserva Estatal Estero de San José del Cabo, en el noroeste de México.
Las limpiezas se han mantenido mínimo una vez a la semana con la participación voluntaria de la ciudadanía y hasta instituciones gubernamentales y empresarios, pero cesaron en julio de 2024 cuando se dieron cuenta de que no había forma de ganarle a la rápida propagación del lirio y por ocupaciones personales.
“Nos desmotivó ver que en realidad los números no dan para decir que con una limpieza manual puedes sobrellevar el problema. Otro factor es que también no deja de ser riesgoso por el tema de que son aguas negras”, señaló Colin.
Una solución que planteó el Ayuntamiento de Los Cabos fue el uso de una máquina conocida como Wido para el retiro del lirio. Para obtener acceso al expediente de la licitación se hizo una solicitud de información al Ayuntamiento de Los Cabos, sin embargo éste se declaró incompetente, por lo que se interpuso una queja.
“En el 2023 se indicó que se adquiriría una máquina Wido con recursos aprobados por el Comité Técnico del Derecho al Saneamiento Ambiental. A escasos días de terminar la administración municipal (octubre de 2024), no llegó. Me pregunto si el próximo alcalde asumirá el seguimiento y los costos de todo lo anterior. Si se compró y no llegó, ¿quién dará seguimiento?, y si no se compró, ¿qué pasó con el dinero?”, cuestionó Tiburcio.
Para este reportaje se solicitó una entrevista con el presidente municipal de Los Cabos, Christian Agúndez, pero hasta el momento de la edición no hubo respuesta.
“En el momento en el que se reubique la planta, se van a resolver los problemas del estero”, señaló Pedrín. Sin embargo, esta solución se enfrenta a una complicación mayor, debido a que con la disolución de Fonatur que inició en 2022, hay incertidumbre respecto a quien es propietario y quien debería operar la PTAR.
En enero de 2024, Fonatur dejó de operar la planta de tratamiento y esta debía pasar a manos del Gobierno de Baja California Sur y posteriormente al Oomsapas Los Cabos, sin embargo, debido a que la CIP, incluida la PTAR, fue construida en un terreno propiedad del Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal (Fifonafe), este se ostenta como el propietario de la planta y concesionó su operación a la empresa Opex Latina por un año.
Se solicitó el contrato celebrado entre Fifonafe y la empresa privada a través de transparencia, pero Fifonafe declaró la información como confidencial debido a que “su operación no involucra dinero público por no estar subsidiada y su operación actualmente se lleva a cabo con recursos provenientes de un particular”. También se solicitó una entrevista pero al cierre de edición de este reportaje no hubo respuesta.
“El terreno y la infraestructura son de Fifonafe y se ha hecho difícil. Lo que ha buscado el gobierno del estado es que Fifonafe ceda el terreno y la planta legalmente, pero no a título gratuito, hay unos términos que implican pagar lo que le ha costado operarlo durante este tiempo”, señaló Davis.
La adquisición y operación de la planta de Fonatur por parte del gobierno estatal y a su vez del Organismo, asegurará el tratamiento adecuado de las aguas provenientes del servicio de agua potable, señaló Rubio de Oomsapas Los Cabos.
Él asegura que una vez reciba la planta del gobierno estatal, se construirá un vaso que permita amortiguar el ingreso de aguas residuales y posteriormente se reubicará.
“Nosotros ya tenemos un plan de acción para el momento en el que se nos entregue. El plan de acción es generar un vaso o tanque regulador, que amortice el volumen de los picos para en el transcurso del día ingresarlo al proceso y garantizar que no haya derrames. Por otro lado, está construir una planta de 600 litros por segundo lejos del estero que soporte el crecimiento de la cabecera municipal y quitar la planta actual de Fonatur. El volumen de la nueva PTAR se sumaría a los 150 litros por segundo de la PTAR La Sonoreña y tendríamos 750 litros por segundo en total”, señaló Rubio.
De acuerdo con el titular del Oomsapas Los Cabos, esto sería posible a través de una inversión del Banco Mundial, que busca financiar proyectos de sustentabilidad local, para no aumentar la deuda pública.
Por su parte, Opex Latina, la empresa concesionaria con base en Los Mochis, Sinaloa, ha manifestado públicamente su intención de comprar la planta de tratamiento. Causa Natura Media solicitó una entrevista a Cesar Guevara, uno de los socios de la empresa, pero hasta el momento de la publicación no se pudo concretar.
El Oomsapas Los Cabos señala que de acuerdo con el artículo 115 de la Constitución Mexicana, el servicio público de agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales recae únicamente en los municipios, y la participación de un privado debería ser a través de una concesión celebrada con el organismo.
El estero era conocido como añuiti, que significa lugar de palmeras para los pericúes, indígenas nómadas que habitaban en la zona de Los Cabos, por lo que el ecosistema también es parte crucial de la historia y de la identidad cultural.
Con esto en mente, en 2010 se creó el Patronato Estero Añuití integrado por ciudadanía preocupada por el estado del estero de San José del Cabo e interesado en que se reconozca su valor ecológico y cultural, y que actualmente impulsa el proyecto para la creación de un parque en el estero.
“Hoy decidimos que ya no se ocupan más paliativos ni promesas, sino de acciones contundentes. Nos dimos a la tarea de proponer que en el estero se haga un parque como el de La Mexicana, que está en Ciudad de México. Si logramos eso, cumpliremos con el medio ambiente, la justicia social y el componente económico”, señaló Pedrín.
Este proyecto fue presentado a la comunidad el 18 de octubre en San José del Cabo y Pedrín señala que se seguirá consensuando con la ciudadanía, así como se pretende entregar al gobierno del estado para que sea presentado en la federación.
“Estamos invitando a diputados, senadores, regidores, colegios, instituciones a que conozcan el proyecto para que lo impulsemos, y que haya un compromiso por parte del estado de darle una solución definitiva”, señaló Pedrín.
*Este es el tercer reportaje de la serie #AguaContaminada, publicada originalmente en Causa Natura Media.
Esta es la información que hay sobre el nuevo misil balístico de alcance intermedio lanzado por Rusia y la señal que intenta enviar Putin a Ucrania y Occidente al decidir utilizarlo.
Cuando un misil impactó en la ciudad ucraniana de Dniéper en la madrugada del 21 de noviembre, al principio no se sabía mucho, ni siquiera de qué tipo de proyectil se trataba.
Pavel Aksenov, experto militar del servicio ruso de noticias de la BBC, analizó las evidencias en torno a este misil y qué mensaje intentaba enviar al usarlo el presidente ruso, Vladimir Putin, a Ucrania y Occidente.
Putin declaró que el ataque a la ciudad de Dniéper en el este de Ucrania se llevó a cabo mediante “un nuevo misil convencional de alcance intermedio” con el nombre en código Oreshnik.
Aunque Ucrania lo niega y afirma que posiblemente fuera un misil Kedr, no hay muchas posibilidades de que se trate de ese tipo de arma.
El lanzamiento de un misil balístico a semejante distancia no puede pasar desapercibido, especialmente en una región que muchas agencias de inteligencia observan de cerca.
El misil es claramente visible durante el vuelo, en particular la llama ardiente que sale del motor del cohete, que puede ser captada por satélites y aviones de reconocimiento.
Los gases de escape de los misiles, que a menudo se observan durante las pruebas o los ejercicios, permiten aprender mucho y conocer las características de los distintos cohetes.
Los analistas pueden deducir aún más estudiando los datos de lanzamiento de un nuevo misil.
Aunque las agencias de inteligencia occidentales no han publicado sus conclusiones, es probable que tengan una idea bastante precisa del tipo de misil.
Por su parte, expertos y comentaristas en medios y redes sociales han elaborado sus propias teorías basadas en otras pistas.
La versión más repetida es que Rusia adaptó el misil balístico intercontinental experimental (ICBM) Rubezh para ataques de alcance intermedio.
En su declaración, Putin aseguró que el misil estaba equipado con una “carga útil hipersónica no nuclear” y que sus ojivas “atacaban objetivos a una velocidad de Mach 10, es decir, de 2,5 a 3 km/s“.
La ausencia de una ojiva nuclear era evidente, aunque su velocidad hipersónica se ha puesto en duda.
En su informe sobre misiles nucleares balísticos, la organización no gubernamental Centro para el Control de Armas y la No Proliferación ofrece una cifra inferior: 3.200 km/h, casi 900 m/s.
Es muy difícil interceptar ojivas que viajan a tales velocidades.
Este misil tenía una ojiva separable, y es esto lo que causó más confusión entre los expertos.
Un video grabado en el momento del impacto en Dniéper muestra seis clústeres de objetos cayendo al suelo, de los que cada uno contiene aproximadamente seis puntos brillantes. Se considera una cifra bastante elevada para un misil de este tipo.
Sin embargo, no se observaron explosiones en el suelo, lo que indica que los puntos brillantes podrían ser submuniciones cinéticas.
Estas pueden variar en tamaño y son esencialmente proyectiles metálicos que intentan destruir el objetivo utilizando la energía cinética liberada durante el impacto que, debido a la alta velocidad, puede ser significativa.
Varias fuentes indican que el misil fue lanzado desde el polígono de pruebas de Kapustin Yar en la región de Astracán en Rusia.
En ese caso, el alcance del misil en este lanzamiento sería de entre 800 y 850 kilómetros.
Vladimir Putin se refirió al Oreshnik como un misil de alcance intermedio. El rango de este tipo de misiles suele oscilar entre 1.000 y 5.500 kilómetros, aunque estas son solo cifras oficiales y el misil puede dispararse a distancias más cortas.
Lo más probable es que el Oreshnik que mencionó Putin se desarrollara en el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (MIT).
En Rusia hay dos entidades que desarrollan misiles balísticos de esta clase: el Centro de Cohetes Makeyev y el MIT.
El primero se centra en misiles de combustible líquido, que son pesados, se lanzan desde silos y tienen un alcance muy largo. Por ejemplo, el rango oficial del misil Sarmat es de hasta 18.000 kilómetros.
El Instituto de Tecnología Térmica de Moscú se especializa en la creación de misiles más pequeños con motores de combustible sólido que se proyectan desde lanzaderas móviles.
Estos misiles son más ligeros, tienen ojivas más pequeñas y vuelan distancias más cortas. Por ejemplo, el misil Yars tiene un alcance de 12.000 km.
Lo más probable es que un misil como el que impactó en Dniéper sea obra del MIT.
Este centro ya había creado antes misiles similares, como el RSD-10 Pioneer, que estuvo en servicio desde la década de 1970 hasta que entró en vigor el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF por sus siglas en inglés) en 1988.
En ese momento, todos los misiles y lanzaderas de alcance intermedio y más corto de la URSS y EE.UU. fueron destruidos y ambas partes acordaron no producir, probar ni desplegar tales proyectiles en el futuro.
El Tratado INF expiró en 2019, por lo que el desarrollo de este tipo de misiles -al menos en cuanto a su aplicación práctica- habría comenzado después de esa fecha.
En ese momento, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, anunció que Rusia tenía la intención de crear un sistema de misiles terrestres de alcance medio para 2020. Aunque esto no sucedió, el proyecto siguió su curso.
Uno de los últimos desarrollos del MIT es el RS-26 Rubezh, un misil balístico intercontinental. Según información extraoficial, su rango es de entre 2.000 y 6.000 km, por lo que apenas supera los límites de alcance del INF.
El MIT lo desarrolló incluso antes de prescribir el tratado. Según la agencia estatal TASS, el coronel general Serguéi Karakáev, comandante de las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia, reveló algunas características del misil en 2013.
“Si hablamos del misil terrestre móvil Yars (en referencia al RS-26 Rubezh) el vehículo de lanzamiento pesa más de 120 toneladas. En este misil modernizado, alcanzaremos 80 toneladas, haciéndolo más ligero”, declaró Karakáev.
En otras palabras, Rusia estaba desarrollando inicialmente un misil más ligero basado en el Yars que superaba los límites del INF en solo 500 km.
Como resultado, expertos coinciden en que el Oreshnik mencionado por Putin es probablemente un sistema de misiles con un alcance de 800 km o un desarrollo posterior de ese sistema, diseñado para un alcance aún más corto.
El Tratado INF tenía como objetivo reducir las tensiones en Europa.
La idea de la disuasión nuclear funciona para misiles balísticos intercontinentales, cuyos lanzamientos pueden ser detectados por sistemas de alerta, lo que daría tiempo suficiente para responder con un contraataque.
Lo mismo se aplica a los bombarderos estratégicos.
Pero esto no funciona si el tiempo de vuelo de un misil se mide en meros minutos.
Los misiles de corto y medio alcance eran uno de los factores más importantes que evitaban una disuasión nuclear estratégica efectiva.
Capaces de portar ojivas nucleares, eran casi imposibles de interceptar o destruir y, por lo tanto, no había oportunidad de contraataque al carecer de tiempo suficiente.
Además, las lanzaderas móviles para estos misiles eran muy difíciles de detectar y destruir con un primer ataque.
La presencia de misiles de corto y medio alcance cerca de las fronteras podría generar un conflicto militar al ser una amenaza casi imposible de defender, lo que podría provocar un ataque nuclear preventivo.
El ataque a Dniéper marcó el primer uso en combate de un misil de este tipo. Putin anunció que Rusia advertiría sobre el uso de esta clase de proyectiles.
“Treinta minutos antes del lanzamiento del misil Oreshnik, Rusia envió a Estados Unidos una notificación automática a través del centro de reducción de riesgos nucleares”, indicó el portavoz del presidente Putin, Dimitri Peskov.
El día antes del lanzamiento del misil, Estados Unidos cerró su embajada en Kyiv debido a “información específica sobre un posible ataque aéreo importante”.
Las embajadas de España, Italia y Grecia también cerraron, mientras que las de Francia y Alemania permanecieron abiertas, pero advirtieron a sus ciudadanos de que se mantuvieran alerta.
En los canales ucranianos de Telegram se barajaba la posibilidad de que Rusia usara el misil Rubezh contra Ucrania incluso antes de su lanzamiento. En particular, se especificó que el cohete había sido desplegado en el polígono de pruebas de Kapustin Yar.
En todo caso, la posibilidad de utilizar una nueva arma ya había sido anunciada anteriormente por el presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin.
“No se puede descartar el uso de nuevos sistemas de armas que la Federación Rusa no ha empleado hasta ahora en territorio ucraniano”, comunicó el 18 de noviembre.
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