Para entender mejor
Hace dos años, cuando se hizo público el caso de abuso sexual en contra de dos menores de edad, Jaqueline Trejo Leal, madre de las niñas, relató que sus hijas fueron agredidas por sus tíos, entre ellos, su propio hermano, Arturo Williams Trejo Leal, excandidato a la alcaldía de Zimapán, Hidalgo por Morena.
Relató que se dio cuenta del abuso que sufrieron después de que observó que una de ellas tenía unas “pequeñas ronchitas” en sus partes íntimas. Tras ello, la madre de las infantes, que en ese momento tenían cinco y ocho años de edad, decidió llevar a sus hijas con una médico ginecóloga, quien determinó, con base en una revisión, que “habían tenido una violación”.
Ante dicha situación, la madre de las víctimas acudió a presentar una denuncia ante el Ministerio Público por el delito de violación; de igual forma, todos los análisis practicados a las menores “dieron positivo”, es decir, se acreditó la conducta delictiva.
La denuncia incluyó pruebas psicológicas a las menores, en las que señalaron como sus agresores a su tío, Arturo Williams Trejo Leal, y su esposa, Bertha Eva Medina Hernández. El 8 de marzo de 2023 ambos fueron detenidos en Quintano Roo por su presunta participación en el delito de violación equiparada y abuso sexual.
Sin embargo el 16 de marzo de ese mismo año la pareja fue liberada por una jueza, quien, tras el desahogo de las pruebas, señaló que no cometieron el delito, aunque determinó que sí existió el abuso, por lo que siguieron otras líneas de investigación. Esto derivó en que la parte acusadora iniciara un recurso de impugnación ante la autoridad federal.
En junio de 2023, el juez Víctor Juárez ratificó la no vinculación a proceso de Arturo Williams Trejo Leal y su esposa, es decir, su sentencia fue en el mismo sentido que la de la jueza Janet Montiel.
La madre de las menores narró que sus hijas se quedaron una temporada con sus tíos, debido a que ella fue sometida a una cirugía, por lo que se quedaron bajo sus cuidados; sin embargo, fueron víctimas de violación. Incluso, la mujer aseguró que las niñas “se orinaban”, cuando veían a sus agresores, es decir, sus tíos.
Actualmente, tanto la madre como las niñas se encuentran en un refugio, de acuerdo con Aylen Trejo Leal, tía de las menores, debido a presuntas amenazas en su contra.
El pasado 13 de febrero de 2025 la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue cuestionada respecto al tema del abuso sexual de dos menores de edad en Zimapan, Hidalgo, donde se involucra Arturo Williams Trejo Leal, excandidato a la alcaldía del municipio por el partido Morena.
Luego de que le explicaran la situación, la mandataria señaló que hablarían con el fiscal general, sin comentar más al respecto.
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Por su parte, el encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) declaró que el asunto se encuentra en análisis del Poder Judicial de la Federación (PJF), por lo que no depende de ellos la reanudación inmediata del caso.
El pasado 19 de febrero de 2025 transportistas de carga realizaron diversos bloqueos en autopistas del Estado de México e Hidalgo para exigir justicia por el caso de las dos menores abusadas y la intervención de la FGR en el caso.
Entre las consignas de los transportistas también se señaló de encubrir a los agresores a la diputada local, Alhely Medina Hernández, quien es hermana de de Bertha Eva Medina Hernández, esposa de Trejo Leal.
Al respecto, la diputada Medina negó cualquier implicación de los hechos y aseguró que no forma parte de ninguna carpeta de investigación. Además, calificó los señalamientos en su contra como un ataque político sin fundamento legal.
La legisladora enfatizó que su trabajo ha estado enfocado en atender las necesidades de los ciudadanos y que rechaza cualquier intento de vincularla con actos ilegales.
“Mi compromiso sigue siendo con la justicia y el bienestar de la población de Zimapán”, mencionó en su declaración vía redes sociales, la cual fue borrada horas después.
El reino árabe ha ganado peso en la escena global y mantiene cierto equilibrio entre Moscú y Kyiv.
Los gobiernos de Estados Unidos y Rusia escogieron a Arabia Saudita como sede para las cruciales conversaciones con Rusia sobre la guerra en Ucrania.
Representantes de Washington y Moscú se reúnen este martes en Riad para tratar de sentar las bases de las conversaciones de paz, confirmaron el Departamento de Estado estadounidense y el Kremlin este lunes.
Por parte de Estados Unidos participan el secretario de Estado, Marco Rubio, el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, y el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff.
Rusia envió a la capital saudí al ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y a Yuri Ushakov, asesor de política exterior del presidente Vladimir Putin.
El encuentro ha generado preocupación en Ucrania y entre sus aliados europeos, que no participarán.
El gobierno de Arabia Saudita ha expresado su intención de implicarse activamente en las conversaciones de paz, no solo como país anfitrión sino con un rol más activo de mediador.
La elección de Arabia Saudita como sede del encuentro subraya hasta qué punto ha avanzado el reino en el plano diplomático en los últimos años desde que estuvo punto de convertirse en un estado paria tras el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en 2018.
Las sombras que se proyectaban sobre el país y su líder de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, parecen haberse disipado, aunque ocasionalmente se siguen planteando preocupaciones en foros internacionales sobre el historial de derechos humanos de Arabia Saudita.
En muchos frentes -y en particular en las industrias del entretenimiento y el deporte- el reino wahabita ha dedicado enormes cantidades de dinero a tratar de convertirse en un actor importante en el escenario global.
En el plano diplomático, el liderazgo saudita también ha logrado avances: durante los años de Biden, el reino redujo su dependencia de Estados Unidos como principal aliado internacional.
Los sauditas dejaron claro que perseguirían en primer lugar lo que perciben como sus intereses: entablar relaciones más estrechas con países considerados los mayores rivales de Estados Unidos, como Rusia y China.
Por otro lado, hay que destacar la posición que hasta el momento ha mantenido Arabia Saudita en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Riad ha preservado históricamente sus relaciones tanto con Moscú como con Kyiv, en un intento de equilibrar sus intereses geopolíticos y económicos.
En el ámbito energético, Arabia Saudita ha colaborado estrechamente con Rusia en el marco de la OPEP+, coordinando políticas de producción de petróleo para estabilizar los mercados globales.
Sin embargo, también ha mostrado apoyo a la integridad territorial de Ucrania en foros internacionales y ha participado en iniciativas humanitarias para mitigar el impacto del conflicto en la población ucraniana.
Esta dualidad en su política exterior refleja, según expertos, la estrategia saudita de posicionarse como un mediador neutral, capaz de facilitar el diálogo entre las partes en conflicto.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha sido bien recibido por los sauditas.
Su primera visita al extranjero en su primer mandato fue a Arabia Saudita, y la naturaleza transaccional de su política exterior se ve como más propicia para el actual liderazgo saudita.
Arabia Saudita es clave en el conflicto palestino-israelí por su influencia en el mundo árabe y musulmán, y su posible normalización de relaciones con Israel, lo que podría redefinir el equilibrio geopolítico en la región.
Uno de los posibles logros que Trump querría anotar en su historial sería un acuerdo de paz entre los sauditas e Israel, que sería la culminación de los Acuerdos de Abraham que inició en su primer mandato.
La guerra en Gaza, sin embargo, se ha interpuesto en el camino y puede aumentar el precio que Arabia Saudita exija por un acuerdo de paz.
Los sauditas expresaron su contundente rechazo al plan de Trump para Gaza: expulsar a todos los palestinos y reconstruirla como un complejo turístico.
Esto ha impulsado al reino a tratar de elaborar un plan alternativo viable con otros estados árabes, que permitiría que los habitantes de Gaza permanecieran en su territorio mientras se reconstruye el enclave.
Arabia Saudita ha reiterado que no establecerá relaciones diplomáticas formales con Israel sin una solución que considere justa al conflicto palestino, insistiendo en la necesidad de un Estado palestino independiente.
El actual planteamiento de la administración Trump parece entrar en contradicción con esto, tanto en su política hacia Gaza como hacia la Cisjordania ocupada.
La forma en que se resuelva este asunto será clave para la dinámica de la evolución de la relación entre Arabia Saudita y Estados Unidos.
En todo caso, está claro que los sauditas no tienen intención de renunciar a su ambición de convertirse en un actor esencial de la diplomacia global.
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