Organizaciones civiles entregaron un exhorto a la Cámara de Diputados en el que solicitan 663 mil 452 millones de pesos para la atención de Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT); estos recursos serían adicionales a lo que ya se tiene considerado en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2023 para salud.
Karla Mendoza, consultora de la Red por la Atención Integral de las Enfermedades Crónicas (RAIEC), en la que están integradas las 16 organizaciones que enviaron el exhorto, explica en entrevista que la cifra solicitada representa el 3% del PIB, que es lo que debería considerarse para alcanzar la inversión recomendada internacionalmente para atención de la salud.
En México se destina apenas 2.8% del PIB para salud, dice Mendoza, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los países destinen al menos el 6% de su PIB: “Estamos pidiendo la cifra con la que se llegaría a ese nivel y que permitiría dar atención a un grupo de enfermedades que está creciendo de forma exponencial y que provocan el 80% de las muertes en el país”.
Como estas enfermedades —cáncer, obesidad, hipertensión o diabetes— no se previenen y no se diagnostican a tiempo, generan complicaciones que requieren atención especializada y el presupuesto en lugar de subir ha bajado.
Judith Senyacen Méndez, directora adjunta de investigación y especialista en salud y finanzas públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), precisa que el presupuesto total pagado para enfermedades de alta especialidad, a través del Fondo de Gastos Catastróficos (ahora Fondo de Salud para el Bienestar), fue en 2018 de 7 mil 016 millones de pesos, pero para 2020 bajó a 5 mil 642 millones.
Al cáncer de mama, por ejemplo, en 2015 se destinaron 2 mil 275 millones de pesos y en 2020 se reportaron mil 105 millones, una reducción de 51.4%.
Janet Oropeza, investigadora de Fundar, explica que este gobierno prometió que se ampliaría el número de enfermedades que se cubren con este fondo, que son 66, y se eliminarían las barreras de edad que tiene. Sin embargo, eso no ha sucedido.
Algunos padecimientos de alto costo que aún no son financiados por el Fonsabi son el lupus eritematoso, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa crónica, la enfermedad renal crónica o algunos tipos de cáncer. Los pacientes del Insabi con estas enfermedades a menudo deben pagarlas de su propio bolsillo y comprometer su patrimonio para recibir atención, dice Oropeza.
“El número de casos de padecimientos de alto costo financiados por el Fonsabi ha disminuido sustancialmente en los últimos años. Esto es preocupante, ya que cada vez se están pagando menos tratamientos e intervenciones de pacientes. Por ejemplo, en el periodo 2016-2018, el fideicomiso financió 277 mil 887 casos, mientras que en 2019-2021, este número fue 114 mil 302, es decir, ha disminuido en casi 59% los casos totales pagados”, indica la investigadora.
Por todo lo anterior, Méndez, del CIEP, señala que es necesario subir el gasto para atender enfermedades crónicas, el problema es que el gobierno no tiene margen de maniobra para esto. “El espacio fiscal es de 2% del PIB, así que no alcanza para lo que se está pidiendo de incremento, sería necesario quitar de otros rubros o buscar financiamiento de algún lado”, dice.
La analista subraya que, dado que el presupuesto es limitado y las necesidades causadas por las enfermedades son ilimitadas, es necesario discutir un nuevo contrato social en salud, que defina qué se quiere cubrir y para qué alcanza.
Mariana Campos, coordinadora del Programa de Presupuesto y Rendición de Cuentas de México Evalúa, refiere que es necesario iniciar una discusión sobre fuentes de financiamiento sostenibles para el gasto en salud.
“Va a ser muy importante que se utilicen otros mecanismos para evitar los recortes sistemáticos. Se podría, por ejemplo, pensar en etiquetar impuestos para que se gaste directo en la atención de los pacientes”, dice.
El gasto en salud, agrega, necesita además más visibilidad: “Va a ser importante crear un anexo de presupuesto donde se pueda ver el monto disponible por padecimiento e incluso un promedio por paciente”.
En RAIEC están integradas 16 organizaciones enfocadas a enfermedades como diabetes, cáncer, Alzheimer y fibrosis quística, entre otras. Las representantes de estas organizaciones coinciden en que los pacientes enfrentan falta de atención y prevención, diagnósticos tardíos y tratamientos deficientes.
Mayra Galindo, presidenta de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, ejemplifica que en esta enfermedad el 70% u 80% de los casos se detecta tarde. “El cáncer si se detecta a tiempo es curable, pero de los 190 mil casos que se presentan en México, el 50% fallece”.
Además, señala que una vez que las personas acceden a tratamiento este es deficiente. “Les dan la mitad del tratamiento, y cuando se requiere que les den radioterapia después de la quimioterapia, no hay para dárselas a los pacientes”.
De entre lo que se necesita para dar una mejor atención en cáncer, Galindo destaca que se debe capacitar a los médicos del primer nivel de atención, para que pueda diagnosticarse de forma temprana. También es necesario que la referencia para cirugía y tratamiento sea rápida.
Gisela Ayala, directora de la Federación Mexicana de Diabetes, explica que la mitad de las personas que viven con esta enfermedad no saben que la tienen. Aquí los diagnósticos también son tardíos y no se dan los tratamientos adecuados, lo que genera que los pacientes se compliquen y resulte mucho más costoso tratarlos: un paciente con diabetes sin complicaciones requiere una inversión de unos 800 mil pesos al año; con complicaciones, eso se va a más de 1 millón.
Rosa Farres, de la Asociación Mexicana de Alzheimer, explica que desde 2013, cuando era secretario de Salud Salomón Chertorivski, se hizo un plan de acción para diagnosticar y atender esta enfermedad, que lidera el Instituto Nacional de Geriatría, pero nunca ha tenido presupuesto.
Las organizaciones de la RAIEC ya entregaron el exhorto para solicitar el incremento de los 663 mil millones al presupuesto de salud y pidieron a las comisiones dictaminadoras que se etiqueten específicamente para enfermedades crónicas.
“Se hizo, además, una solicitud formal de audiencia al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, para hacer la entrega formal del exhorto y pedir que se publique en la Gaceta Parlamentaria, para que lo conozcan todos los legisladores y no solo los de las comisiones”, dice Karla Mendoza.