Ante la presumible responsabilidad de militares en el homicidio de la niña de 4 años Heidi Mariana Pérez Rodríguez en Nuevo Laredo, Tamaulipas, su familia y organizaciones de derechos humanos exigieron que no se les exonere a priori y se conduzca una investigación exhaustiva, imparcial y urgente.
Además, pidieron que se detenga la participación castrense en tareas de seguridad, pues lo sucedido en Nuevo Laredo es clara muestra de las consecuencias de la presencia del Ejército en las calles.
De acuerdo con las pesquisas de organizaciones y familiares, la manera como sucedieron los hechos conduce a la presunción que no existió un enfrentamiento entre militares y crimen organizado, sino que se trató de un ataque directo.
Raymundo Ramos, del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo hizo un recuento de lo sucedido la noche del 31 de agosto de este año, a 25 días de que Heidi cumpliera cinco años. “Según las investigaciones que estamos haciendo las organizaciones y la familia, la responsabilidad fue del Ejército“, sostuvo.
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— Centro Prodh (@CentroProdh) September 8, 2022
A las 10:23 de esa noche, Griselda y los dos hijos de Cristina, Kevin y Heidi, salieron de su domicilio porque a la menor de cuatro años le dolía el estómago.
Su familia trabaja en el seguro social, por lo que tenían confianza de llegar en siete minutos y ser atendidos rápidamente.
“Estamos hablando del Nuevo Laredo antiguo, cercano al Río Bravo y a los puentes internacionales“, relató Ramos.
Al llegar al cruce de las calles Mier y 20 de noviembre, Griselda tuvo que hacer un alto porque al frente había un vehículo militar, dio vuelta a la derecha y a los 20 metros comenzó a escuchar disparos sin poder reconocer quién disparaba.
Fue Kevin, el hermano de Heidi, quien alertó a Griselda de que ella había sido herida. Griselda volteó, vio a la niña bañada en sangre, abrió la puerta trasera del auto, la tomó en sus brazos y avanzó hasta el seguro social, donde fue directamente a urgencias. Conocía perfectamente el hospital y llegó hasta una mesa pediátrica, pero Heidi ya no tenía signos de vida.
“En ese momento la vida les cambia. Después viene el trámite insensible de las autoridades de la Fiscalía de Tamaulipas, y después la postura del presidente intentando minimizar los hechos”, acusó Ramos.
Para él, esa postura es fácil de asumir porque se trata de Tamaulipas, donde no se han logrado resolver décadas de violencia e inseguridad. Es, dice, la evidencia más clara que el uso de fuerzas militares en tareas de seguridad pública no es responsable.
“Quienes están pagando la factura de este proceso de militarización son las niñas y los niños, los inocentes; y quienes están siendo menos castigados son las fuerzas armadas”, agregó.
Tanto él, como Griselda y Cristina, mamá de Heidi, le pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador no obstruir la investigación y no exonerar de antemano a los militares. Aseguraron que la presencia militar estuvo antes, durante y después del hecho, y que hasta el momento, no existe un solo elemento o video que demuestre que hubo un enfrentamiento entre el Ejército y el crimen organizado, pues además no resultaron impactados vehículos militares ni militares heridos.
Señalaron que para garantizar la imparcialidad de la indagación, es necesario que sea la Fiscalía General de la República (FGR) la autorizada para dar información sobre el avance de las investigaciones. La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) puede tener una investigación interna, en el fuero militar, pero debe investigar el homicidio.
Las instituciones del estado mexicano en su conjunto han abandonado a la familia de Heidi y de Kevin”, aseguró Ramos.
La CNDH, puntualizó, envió a dos visitadores un solo día e intentó resolver todo por teléfono. Por otro lado, Presidencia no ha respondido a la solicitud pública de una audiencia privada para escuchar de manera directa el testimonio de las víctimas. Ni CEAV ni Gobernación han respondido, acusaron.
Edgar Netro, abogado de la familia, aseguró que existe evidencia que los neumáticos del vehículo en el cual se transportaban están íntegros, mientras que la trayectoria de las ojivas recayó en el techo y el medallón, lo que indica que la agresión fue con intención mortal de privar de la vida a los pasajeros.
Sin palabras, Cristina Pérez apenas pudo agradecer a las personas que la han apoyado y reiterar la exigencia de justicia, y la petición al presidente de que así como escuchó la versión de los hechos de la Sedena, pueda escuchar la suya.
“Lamentablemente falleció la niña Mariana; venimos a pedir justicia y no tenemos más palabras, el dolor es muy grande”, añadió Griselda.
José Ángel Pérez, abuelo de Heidi, relató cómo la fiesta de cinco años de la niña, que ya estaba lista, tuvo que cancelarse, pero reiteró que lo más importante ahora es la justicia para su nieta.
“A grandes rasgos, mi niña pasó volando por nuestras vidas… nos dio tantas alegrías, tantas cosas, fue como un cometa, un evento maravilloso que solo pasa un instante y ya no lo vuelves a ver. Le había pedido a dios que me permitiera estar en sus 15, pero él ya tenía sus planes, no me dio ni los cinco. Por respeto a ella y a su memoria, queremos justicia”, exigió.