Américo Villarreal, gobernador electo de Tamaulipas y militante de Morena, causó este miércoles una confrontación en el Senado entre su partido y las bancadas de las fuerzas de oposición, mientras se espera que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determine si valida o no su triunfo en las elecciones de junio.
El lunes, Villarreal, quien también es senador con licencia, dio a conocer su intención de regresar a su escaño en el Senado. Argumentó que lo hizo para tener fuero y así protegerse de una posible orden de aprehensión en su contra, derivada de algún “juego sucio” presuntamente promovido por el gobernador saliente, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, del PAN.
Pero desde la mañana de este miércoles, se difundió un documento en el que Villarreal pidió dejar sin efecto su solicitud de reincorporación como senador, algo que la oposición consideró inválido.
Durante la sesión del Senado, legisladores del PAN y del Grupo Plural señalaron que, dado que la Cámara alta ya había recibido su petición para reincorporarse, él no podía simplemente dejarla sin efecto sino que, en todo caso, debía promover una nueva licencia.
Los senadores de Morena aseguraron que eso no era necesario, lo que abrió una confrontación y una discusión de alrededor de dos horas, en la que la oposición acusó un proceso “desaseado” y el bloque morenista afirmó que los reclamos únicamente estaban motivados por el afán de afectar a quien ganó legalmente el gobierno de Tamaulipas.
Durante la pelea, la oposición incluso aseguró que Villarreal ponía en riesgo su elegibilidad como gobernador.
Tras los intercambios de señalamientos, la discusión concluyó cuando el presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Armenta, informó que Villarreal finalmente envió una nueva solicitud de licencia para separarse de su escaño. Dicha petición fue aprobada en pocos minutos y a mano alzada.
Villarreal, cuyo sexenio en Tamaulipas está previsto para comenzar el 1 de octubre, espera que hoy mismo el TEPJF ratifique su victoria.