El Diario Oficial de la Federación publicó el decreto con el que se crea ‘Litio para México’, la empresa que el presidente Andrés Manuel López Obrador mandó crear para la exploración, explotación producción de este mineral.
“Se crea el organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal denominado Litio para México, con el acrónimo “LitioMx” agrupado en el sector coordinado por la Secretaría de Energía, con personalidad jurídica y patrimonio propios, con autonomía técnica, operativa y de gestión.
Esto, luego de que el Congreso aprobó reformas a los artículos 1, 5, 9 y 10 de la Ley Minera para establecer que el Estado es el único que puede explotar el litio.
Litio para México iniciará sus funciones a más tardar dentro de los 180 días naturales siguientes a la entrada en vigor del decreto.
Operará a través de una dirección general, cuyo titular será designada y removida por el presidente de la República.
Entre las actividades del director, será la de gestionar, operar y ejecutar los programas, sujetándose a los objetivos, políticas, lineamientos y estrategias aprobados por el Consejo de Administración.
También habrá con Consejo Administrativo, el cual estará presidido por la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle. En el consejo también están los titulares de Hacienda, Economía, Semarnat y Gobernación.
La empresa deberá desarrollar y ejecutar proyectos de ingeniería, investigación, actividades geológicas, y todas aquellas relacionadas con la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio.
Otra de sus responsabilidades será desarrollar la tecnología para el aprovechamiento del litio.
En su primer año de operaciones, Litio para México operará con personal y presupuesto designado por la Secretaría de Energía.
Meses antes de que se aprobara la reforma, expertos en minería advirtieron que crear una empresa para administrar el litio, sin tener la certeza sobre la cantidad de este mineral en el país, generaba incertidumbre y preocupación.
Además de la incertidumbre jurídica, existe la preocupación de que será un organismo donde el presidente tendrá incidencia directa, cuando lo ideal era que tuviera autonomía de gestión técnica para cumplir con sus tareas.