El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al pozo de carbón de Sabinas, Coahuila, para ver los avances en el rescate de los 10 mineros que están atrapados.
Horas antes, confirmó que viajará en aeronave militar para supervisar las maniobras de rescate.
AMLO confirma asistencia a mina de Agujita
Tras concluir su gira por Colima, el presidente @lopezobrador_ confirmó que viajará a la mina “las Conchas” en Sabinas, Coahuila para supervisar las labores de rescate de los mineros que quedaron atrapados. pic.twitter.com/2Lg0vdgLZP
— Político MX (@politicomx) August 7, 2022
Después del anuncio del mandatario, el gobierno de la entidad informó que los niveles de agua en el pozo han disminuido de manera significativa, por lo que no existen obstáculos para maniobras subsecuentes.
“Gracias a la colocación de equipos de bombeo de mayor capacidad, los flujos de extracción de agua en la #mina `El Pinabete´, se han incrementado de manera significativa”.
Se espera que en unas horas los buzos puedan bajar por los mineros.
Horas antes, el mandatario aseguró que analizan la posibilidad de que los buzos ya puedan entrar a la mina sin que exista riesgo, pues la inundación del pozo ha impedido el descenso para el rescate.
“El principal problema es la inundación, aunque los equipos de bombeo son suficientes y de la mayor capacidad”, dijo.
En sus redes sociales, indicó que se sigue trabajando día y noche en el rescate de los mineros de Sabinas.
Familiares de 10 mineros que están atrapados desde el miércoles pasado tras el colapso de un precario yacimiento de carbón en Coahuila se aferran este viernes a la esperanza de que siguen vivos, pero también reclaman por sus riesgosas condiciones laborales.
Jesús Mireles Romo, de 24 años, fue de los primeros en llegar al lugar del accidente, incluso antes que las autoridades. Su padre, José Luis, es uno de los mineros cautivos en Sabinas, un municipio de Coahuila, en el noreste de México.
“Me duele la desesperación, no saber qué pasa, ¿hasta cuándo voy a volver a verlo?”, dice a la AFP mientras su voz se resquebraja entre llanto y angustia.
Mireles y otros familiares han acompañado sin pausa las arduas y apuradas labores para liberar a los obreros. Aguardan en las cercanías del socavón, de unos 60 metros de profundidad, que colapsó repentinamente al ser inundado por tres pozos conectados a una galería.