Entre enero y junio de 2022, al menos 47 mujeres fueron quemadas de manera intencional en México, es decir, en promedio se cometieron entre uno y dos ataques de este tipo cada semana, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal sobre lesiones atendidas en clínicas y hospitales del país. En 29 casos, la paciente manifestó que hubo violencia familiar y en 18 no hubo un parentesco con el agresor.
Según los registros médicos, solo en 28 de los casos las autoridades de salud informaron ante el Ministerio Público que habían atendido las lesiones causadas de manera intencional. El resto de las víctimas solo fueron atendidas y dadas de alta.
Sobre la edad de las víctimas, Salud registró que 13 de ellas (27.66%) tenían 17 años o menos, una de tan solo meses de nacida. En el 72.36% se trató de mujeres de 18 años o más.
En casos como el de Luz Raquel Padilla, madre de un niño que vive con autismo, quien el 16 de julio fue quemada en un parque de Zapopan, Jalisco, así como el de Margarita Ceceña, a quien le prendieron fuego 15 días antes dentro de su negocio, en Morelos, los ataques derivaron en el fallecimiento de las víctimas.
En otros, como el de Liliana, quien fue víctima de violación, golpes y a quien le prendieron fuego en marzo pasado en Nuevo León, la víctima sobrevivió, aunque su estado de salud es crítico, por las heridas que continúan abiertas y el dolor permanente con el que vive.
Este año, se ha registrado la cifra más alta de lesiones dolosas contra mujeres desde 2015. En total, suman 33 mil 629 víctimas este semestre.
De acuerdo con Luz Estrada, directora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, la violencia con la que se agrede y mata a las mujeres en el país se ha recrudecido, con cada vez más casos en los que no solo se termina con la vida de la víctima, sino que además sus cuerpos son mutilados de distintas formas o, como en estos casos, desfigurados por las llamas.
“Los tipos de crueldad que se observan son distintos, pero hemos encontrado algunos patrones que se repiten constantemente en medios y en redes, hay un aumento en los reportes de mujeres desaparecidas que aparecen asesinadas, o que en sus redes de apoyo y plataformas de internet denuncian sentirse en riesgo por diversas circunstancias”, señaló en entrevista.
En 2021, las autoridades de Salud reportaron 96 ataques que resultaron en quemaduras para mujeres, con fuego, vapor o sustancias calientes. De ellos, 71 (74%) fueron notificados al Ministerio Público; 22 de las mujeres quemadas (22.92%) fueron menores de edad, una de ellas con solo horas de haber nacido, y 74 de las víctimas tenían 18 o más años.
En opinión de Nadine Gasman, titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), es difícil determinar si la crueldad con la que se cometen las violencias contra las mujeres ha aumentado o si hay una modalidad que resulte más agresiva, “porque a una la acuchillan decenas de veces y a otras las agreden de distintas formas, pero en todas ellas, con la finalidad de hacerlas sufrir y mostrarlas”.
Acerca de casos como los de Luz Raquel, Margarita y Liliana, que fueron quemadas, o como el de María Elena Ríos, saxofonista a la que le arrojaron ácido, explicó que estas “tentativas de feminicidio son una forma de decir ‘aquí estuve, te voy a dejar marcada por toda la vida’”.
Sin embargo, reconoce que hasta ahora aún no existen estudios que permitan entender a qué se debe el que surjan más casos en los que se observan modalidades de violencia como las quemaduras intencionales, incluso en espacios públicos, como ocurrió en Zapopan, donde la agresión ocurrió en un parque vecinal.
“Tenemos que saber más qué pasa y llevar a los perpetradores a la justicia y dar el mensaje inequívoco de que es inaceptable, que eso se llama tentativa de feminicidio y que esa va a ser la vara con las que se les va a juzgar, como personas que intentaron matar a una mujer”, agregó.
Para Luz Estrada, es importante no solo que se elaboren diagnósticos que permitan evaluar si la violencia se ha recrudecido o si las motivaciones por las que asesinan mujeres han cambiado. Lo más relevante, en su opinión, es que las autoridades eviten los feminicidios tomando en cuenta las denuncias que las víctimas realizan antes de ser agredidas.
“La mayoría de feminicidios se pudieron haber evitado, pero ¿dónde quedan la prevención y las medidas de protección? Pueden cambiarse los protocolos de investigación, hacerse estudios, pero si no hay voluntad no va a haber cambios”, dijo.
“No podemos continuar con la permisividad social y la violencia institucional hacia las víctimas, urgen medidas contundentes para que los agresores de mujeres sepan que habrá castigo sin excepción, que se ha dejado de minimizar la crisis de violencia feminicida que crece todos los días en el país”, advirtió.