La ordeña clandestina de un ducto de Pemex terminó en una tragedia ambiental que afectó a pobladores de Tabasco y Chiapas.
De acuerdo con autoridades municipales, el acto vandálico provocó un derrame de petróleo que contaminó los ríos Mezcalapa, Platanar y Carrizales, entre los estados de Tabasco y Chiapas, por lo que se decidió parar el bombeo de agua a los pueblos y comunidades de la zona, afectado a 600 mil personas.
Autoridades municipales de Huimanguillo informaron que desde el martes 26 de julio se dio aviso a Petróleos Mexicanos sobre la fuga; sin embargo, fue hasta el 27 que especialistas de la paraestatal se presentaron a controlar el derrame.
Andrés Carballo Córdova, presidente municipal de Pichucalco se presentó al lugar de los hechos e instruyó a Protección Civil colaborar con personal de Petróleos Mexicanos para minimizar el daño.
“La fuga en el oleoducto número 12 ubicado en la ranchería La Batería Chiapas, se sigue atendiendo por el personal de Pemex, al mando de Adolfo Sastre García, encargado del campamento, además de personal de protección civil y ambiental, para tomar todas las medidas sobre los hechos ocasionados”, dijo el mandatario municipal.
En un comunicado, el gobierno de Pichucalco, informó que la fuga ya está controlada, pero los restos del hidrocarburo siguen pasando por la corriente del agua.
“El Gobierno Municipal está trabajando en las gestiones necesarias para la limpieza de este afluente, y que Pemex atienda los daños, salvaguardando la integridad y seguridad de la población”.
La paraestatal confirmó que el desastre ocurrió luego de una perforación en unos ductos ubicados en la ranchería La Batería, en Pichucalco, Chiapas.