Los resultados preliminares de la elección del domingo muestran una progresiva caída del PRI en las preferencias electorales de la ciudadanía, de acuerdo con una revisión histórica de la votación obtenida por el partido más antiguo de México. La pérdida de base electoral también afectó —aún más— al PRD, que perdería otros tres registros estatales por no haber alcanzado el mínimo de 3% de la votación total emitida.
En los recientes comicios para renovar la gubernatura de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, el PRI obtuvo alrededor de 822 mil 249 sufragios, de acuerdo con datos de los Programas de Resultados Electorales Preliminares (PREP). En 2016, en esos mismos estados, tan solo en la elección de gobernador, el PRI había obtenido 2 millones 135 mil votos, sin contar los 67 mil 500 sufragios adicionales que en conjunto ganó su coalición con el PVEM y el extinto Nueva Alianza (Panal).
Aunque aún falta que los resultados del domingo sean confirmados mediante los cómputos distritales, la comparación entre la tendencia de los PREP y los resultados de hace seis años apunta a una pérdida de prácticamente el 61% de la fuerza electoral que tenía el PRI en esas entidades.
A su vez, el PRD obtuvo este domingo, preliminarmente, 128 mil 688 sufragios en los comicios para gubernaturas, cifra casi seis veces menor que los votos que se llevó el partido hace seis años en las mismas entidades, cuando captó 752 mil.
El PRD no haría más que sumar derrotas estatales. En 2021, perdió el registro en 15 entidades y, de acuerdo con los resultados preliminares, esta vez podría desaparecer en otros tres estados: Aguascalientes (obtuvo 2.3% de la votación), Hidalgo (2.5%) y Quintana Roo (2.9%). En Oaxaca, su existencia pende de un hilo, pues allí registró una votación de 3.08%.
La pérdida de dominio del PRI quedó evidenciada desde los comicios de 2021, cuando estuvieron en juego —además de la renovación de la Cámara de Diputados— la renovación de 15 gubernaturas. En esas elecciones, el PRI fue derrotado en ocho de las 12 entidades que aún le quedaban. En 2018, ya había perdido Yucatán ante el PAN y Jalisco ante Movimiento Ciudadano.
Fundado por Plutarco Elías Calles en 1929 con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, el PRI gobernó en absolutamente todas las entidades a lo largo de seis décadas, hasta finales de los 80, cuando el PAN, primero, y el PRD, después, comenzaron a disputar la hegemonía del partido único.
Tras la elección del domingo, el tricolor perdió Hidalgo, uno de sus bastiones originales. Ahora solo le quedan dos gubernaturas en solitario —Estado de México y Coahuila—, y gobernará Durango y Aguascalientes en coalición con PAN y PRD, que alguna vez fueron sus adversarios.
La caída del PRI también es notoria si se comparan resultados de procesos electorales federales recientes.
En los comicios de 2021 para elegir diputados, el tricolor recibió 8.7 millones de sufragios, el 18% de la votación total. En 2018, en la misma elección para diputaciones, había obtenido 9.3 millones de votos, el 16.7% (este cálculo no contempla los votos recibidos en 2018 por sus candidatos a senadores ni su abanderado presidencial, a fin de mantener criterios semejantes de comparación entre ambos procesos electivos).
El caso de la merma del PRD, partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas en 1989, es semejante. En 2021, captó 1.7 millones de sufragios para diputaciones federales (el 3.7% de la votación), mientras que en 2018 la cifra había sido de 2.9 millones (el 5.3%). Esto significa que, en el periodo de tres años, el sol azteca perdió la mitad de su base electoral.
En los comicios federales de 2015, también para la elección de diputados, el PRI obtuvo en solitario 11.4 millones de votos, más alrededor de 336 mil ganados en alianza con el PVEM.
En esa elección, el PRD había obtenido 4.2 millones de sufragios, además de otros 51 mil ganados en alianza con el PT.
Otro punto de comparación son las elecciones presidenciales. En 2012, el PRI y sus alianzas aportaron a su candidato, Enrique Peña Nieto, 18.7 millones de votos, cifra que cayó a 7.5 millones en 2018, cuando fue postulado José Antonio Meade.
El PRD cayó de 15.5 millones de votos en 2012 —su candidato fue Andrés Manuel López Obrador— a 1.4 millones en 2018, cuando postuló a Ricardo Anaya en alianza con PAN y MC.
En una versión anterior de esta nota, se afirmó que el registro local del PRI en Quintana Roo —y, en consecuencia, el acceso a prerrogativas estatales— estaba en riesgo debido a que en la elección para gobernador del pasado 5 de junio obtuvo el 2.9% de la votación, según el PREP. No obstante, en esa entidad también hubo elección de diputados, donde el PRI obtuvo 4.9% de los sufragios. La legislación electoral establece que, para conservar su registro, nacional o local, un partido debe obtener cuando menos el 3% de la votación en “cualquiera” de las elecciones de un proceso electoral. Dado que, en Quintana Roo, el PRI logró rebasar ese umbral en una de las elecciones, puede mantener su registro local.