Familiares de personas desaparecidas durante la llamada Guerra Sucia y autoridades federales participaron este lunes en el inicio de trabajos de la comisión de la verdad para violaciones a derechos humanos cometidas en ese periodo. A continuación, presentamos los discursos íntegros de los oradores.
MODERADORA: Preside esta ceremonia del inicio de actividades de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de los Hechos Ocurridos entre 1965 y 1990 con la Secretaría de la Defensa Nacional el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República.
MODERADOR: Integran el presídium el general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.
MODERADORA: Licenciado Alfredo del Mazo Maza, gobernador del Estado de México.
MODERADOR: Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
MODERADORA: Licenciado Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación y presidente de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a los Derechos Humanos Cometidas en 1965 a 1990.
MODERADOR: Ciudadana Micaela Cabañas Ayala, invitada especial.
MODERADORA: Ciudadana Alicia de los Ríos Merino, invitada especial.
MODERADOR: Licenciada María del Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
MODERADORA: Y general brigadier diplomado de Estado Mayor, Ángel Primitivo Flores González, director general de Derechos Humanos.
MODERADOR: También contamos con la presencia de invitados especiales.
MODERADORA: Generales, jefes, oficiales y personal de tropa.
MODERADOR: Familiares de personal militar.
MODERADORA: Así como representantes de medios de comunicación y quienes nos siguen por internet a través de las redes sociales.
Reciban todos la más cordial bienvenida.
MODERADOR: Hace uso de la palabra el licenciado Alejandro Encinas Rodríguez, Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, y presidente de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a los derechos HUMANOS Cometidas de 1965 a 1990.
ALEJANDRO ENCINAS RODRÍGUEZ, SUBSECRETARIO DE DERECHOS HUMANOS, POBLACIÓN Y MIGRACIÓN DE LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN: Muchas gracias. Muy buenos días tengan todas y todos y ustedes.
Con su autorización, señor presidente de la República.
General secretario de la Defensa Nacional.
Gobernador del Estado de México.
Señora jefa de gobierno de la Ciudad de México.
A la presidenta de la comisión nacional.
Y nuestras invitadas especiales que nos acompañan el día de hoy.
Saludo con aprecio y respeto a las personas sobrevivientes y a familiares de las víctimas de la guerra sucia aquí presentes, al igual que a los elementos de las Fuerzas Armadas que hoy nos acompañan.
El día de hoy, un día inimaginable hace poco más de tres años, se abre la puerta a una nueva etapa en la historia del país que busca allanar el camino para cerrar una herida que se mantiene abierta y saldar una deuda con la memoria, la verdad y la justicia.
En tiempos de transformación es preciso mirar de frente a nuestra historia para poder reconocernos en ella y abrir una ruta de cambio y de ruptura con un pasado doloroso. El no ser capaces de hacerlo se corre el riesgo que en nuestro actuar no dignifique a las (inaudible) es que nos antecedieron en la lucha por la democracia y la justicia en nuestro país.
Esta transformación se reconoce en las luchas políticas y sociales que recorrieron ciudades y comunidades en todo el territorio nacional, en la sierra guerrerense, en las luchas por la tierra, la libertad sindical y la defensa de los derechos laborales, en los movimientos urbanos del magisterio, de los estudiantes universitarios y normalistas, la lucha por la libertad de prensa y la lucha de los disidentes políticos quienes lucharon por la democracia electoral que, ante la cerrazón de un régimen autoritario, empuñaron el idealismo de construir un mejor país.
En esas luchas nos reconocemos millones de mexicanas y mexicanos que han sostenido sobre sus hombros la esperanza en la transformación de México. Hoy, pese al escepticismo y malos augurios de actores políticos que apostaban al fracaso, poniendo en duda la firme convicción del presidente de México para abrir las instalaciones y archivos de las Fuerzas Armadas en busca de la verdad y la reconciliación, llegamos al Campo Militar número 1 para mirar de frente a una parte de esa historia.
En este lugar, en el mes de junio de hace 46 años se instaló una de las agrupaciones represivas más temidas en el país, la Brigada Blanca, integrada por elementos de la Dirección Federal de Seguridad de la Secretaría de Gobernación, de la Dirección Federal de Seguridad y la Policía Judicial Federal, la Policía Judicial y la Dirección General de Policía y Tránsito del Departamento del Distrito Federal y la Policía Militar.
Desde este lugar, hace 51 años se implementó el Plan Telaraña para combatir y desarticular las guerrillas encabezados por los profesores Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos.
Desde esa zona de Lomas de Sotelo se emitió un telegrama a la comandancia de la 35 Zona Militar de Chilpancingo, Guerrero, ordenando, cito: ‘Ratifíquese orden y sentido de incrementar actividades a fin de localizar, hostigar, capturar o exterminar a las gavillas que operan en esa región debiendo utilizar el máximo de las medidas de seguridad’’.
En este lugar, de acuerdo con los documentos oficiales y testimonios, estuvieron detenidos y desaparecidos Amanda Arciniega, Ezequiel Barrientos, Ismael Bracho, Micaela Cabañas, Álvaro Cartagena, Cirilo Cota, Alicia de los Ríos, Hilda Flores, Ramón Galaviz, Leticia Galarza, Manuel Hernández, José Luis Moreno, Elda Narváez, Rafael Ramírez, entre otros muchos opositores y disidentes del sistema.
Mirar de frente a nuestra historia, no sólo a los momentos luminosos, sino los más oscuros también es necesario para no continuar legando a las nuevas generaciones una herencia dolorosa, sino una historia que pueda narrar sin miedo y contribuya a que esos hechos no se vuelvan a repetir.
Esa es la tarea fundamental que tenemos en nuestras manos, responder a viejas preguntas y dar respuestas veraces para saldar esta deuda histórica con la verdad y con la justicia.
Señor presidente:
En cumplimiento a su encomienda de encontrar la verdad, impulsar el acceso a la justicia, reparar las graves violaciones a los derechos humanos cometidas entre 1965 y 1990, así como para garantizar el derecho a la memoria, la Comisión para el Acceso a la Verdad en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional hemos consensado un programa de trabajo para revisar los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional y las instalaciones militares donde presuntamente se cometieron violaciones graves a los derechos humanos. Este programa de trabajo considera, entre otros, los siguientes puntos:
En primer lugar, realizar acciones de reconocimiento, búsqueda e investigaciones en los lugares e instalaciones militares en los que se presuma se hayan cometido violaciones graves a los derechos humanos, como este Campo Militar número 1, donde existen diversos testimonios que lo señalan como un lugar donde fueron cometidos diversos tipos de violaciones. Algunas de las personas que sobrevivieron a estas experiencias en distintas instalaciones militares, hoy nos acompañan en este evento.
En segundo lugar, acceder a instalaciones y consultar repositorios, archivos y documentos con la finalidad de contribuir con las investigaciones para el esclarecimiento de la verdad. Es el caso de la 5ª y 42 zonas militares de Chihuahua, la 7ª Zona Militar de Nuevo León, la 9ª de Sinaloa, la 15ª de Jalisco, la 27 y 35 zonas militares de Guerrero, y la Zona Militar número 28 de Oaxaca, así, como los archivos de distintas unidades de las Fuerzas Armadas, como el Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa, de la Policía Militar, del Batallón de Fusileros Paracaidistas, del Segundo Batallón de la Policía Judicial Federal Militar, de la Base Aérea Militar de Pie de la Cuesta y también del Estado Mayor Presidencial.
En tercer lugar, el programa contempla realizar entrevistas y recibir testimonios de personal de la Secretaría de la Defensa Nacional que cuente con información referente a los hechos objeto de esclarecimiento histórico, por lo que la Comisión de la Verdad y la Secretaría de la Defensa Nacional consideramos importantes llamar a este encuentro, a este diálogo de la verdad, a personal activo y en retiro de las Fuerzas Armadas que puedan contribuir a comprender lo que sucedió y pueda brindar información que permita a las familias saber el paradero de las personas desaparecidas. Al mismo tiempo, se plantea recoger testimonios de personas víctimas de violaciones a derechos humanos en las instalaciones militares en las que presuntamente estuvieron en calidad de detenidas.
La apertura de las instalaciones militares no sólo será para las personas expertas que la comisión determine para realizar las investigaciones, sino también se acompañará de aquellas personas víctimas que hayan estado en las mismas, y su testimonio será fundamental para reconstruir los hechos y llegar a la verdad.
En un régimen democrático las instituciones se transforman en atención al interés público, esa ha sido la tarea encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde el primer día de su mandato. Quienes lo acompañamos en esta transformación, desde el propio gobierno y de la mano con millones de mexicanas y mexicanos que respaldan este proyecto de cambio estamos convencidos que uno de nuestros principales legados debe ser dejar atrás instituciones comprometidas con la libertad; más bien, desarrollar instituciones con la libertad y bienestar de las mayorías, instituciones más justas, que no repitan las injusticias del pasado reciente.
El camino hacia la reconciliación se construye con verdad y justicia. Para ello requerimos que la Fiscalía General de la República acompañe este esfuerzo y reactive las 245 carpetas de investigación sobre la guerra sucia que hoy duermen el sueño de los justos, asumiendo que la principal reparación a las víctimas es que haya justicia en el país, que nunca más nadie sea perseguido por su forma de pensar, por sus convicciones filosóficas, su creencia religiosa, su preferencia sexual, su forma de vestir o por la música que escucha, que nunca más nadie busque la vía de las armas para ejercer sus libertades políticas y su derecho a transformar las formas del gobierno, que nunca más la intolerancia enfrente al pueblo con las Fuerzas Armadas.
Buscamos la verdad como un acto de memoria y de justicia que permita la reconciliación y que nunca más se vuelva a repetir este capítulo oprobioso de nuestra historia. Que la puerta que hoy se abre no se vuelva a cerrar.
Muchas gracias.
MODERADORA: La ciudadana Micaela Cabañas Ayala hará uso de la palabra.
MICAELA CABAÑAS AYALA: Buenos días a todas, a todos y todes.
Señor presidente.
Señores del presídium que nos acompañan.
Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Es para mí un honor representar hoy la voz de las víctimas y los sobrevivientes a esta barbarie de la mal llamada guerra sucia. No obstante, tengo que decir por qué nosotros estuvimos aquí, cuál fue la motivación.
Lucio Cabañas Barrientos, que hoy tendría 84 años, que nació en un pueblito de la comunidad de El Porvenir, del estado de Guerrero. Este señor, que fue maestro, maestro rural, que se preocupó por las causas nobles del pueblo, en un afán de defender en un mitin que era simple y sencillamente de padres de familia, fue tratado de asesinar y el pueblo, por el cariño que le tenía, lo protegió, y así murieron las 11 personas en el zócalo de Atoyac el 18 de mayo de 1967. He ahí pues el inicio de la guerrilla del maestro Lucio, que fue obligado por el gobierno de entonces a hacerse pueblo, a ir a las montañas y a pedir justicia y a organizar al pueblo para pedir justicia.
A partir de esa fecha y durante los siguiente siete años Lucio se mantiene en rebelión y lucha por la transformación de las condiciones de vida, la opresión y la miseria de los campesinos, mediante la organización de los pueblos de la sierra de Guerrero.
Funda, pues, el Partido de los Pobres y la Brigada de Ajusticiamiento, núcleo base para la formación de ese grupo. Ellos hicieron campamento muy cerca de Atoyac, muy cerca, en un cerro, La Patacua. Transcurrieron siete años de esa lucha donde muchos de ustedes estuvieron y participaron, y con sus ideales iban haciendo pueblo, como él decía, iban despertando las conciencias, iban recorriendo poblados para así volverse fuertes en contra de esos gobiernos opresores.
Fue así como un 2 de diciembre de1974, en un comunicado el general Cuenca Díaz, secretario de la Defensa Nacional de ese entonces, informó que en El Otatal, Guerrero, grupos militares se enfrentaban con rebeldes, donde resultara muerto el maestro Lucio, Roberto, Arturo y René. Eso fue lo que se dijo.
Ese 2 de diciembre, en el último enfrentamiento con tropas militares, iniciando un tiroteo en esa selva cafetalera y en ese cerro llamado El Otatal, Lucio Cabañas, al percatarse que ya no había salida, gritó fuertemente: ‘Hasta que se les hizo, pero les aseguro que no les voy a dar el gusto de que me maten ustedes’, se colocó su arma en el cuello y se disparó. Cayó herido mortalmente y un capitán corrió, el capitán Bravo Torres del ejército, y le dio el tiro de gracia y lo asesino.
Él fue sepultado clandestinamente en Atoyac, en el panteón municipal. Ahora, después de tantas luchas de la familia Cabañas y de muchas organizaciones sociales se logró recuperar el cuerpo y hoy está sepultado donde debe de estar, en el Zócalo, en la plazuela de Atoyac de Álvarez, donde permanece un obelisco.
El Partido de los Pobres, organismo que nació desde las entrañas más profundas del pueblo mexicano y la guerrilla del maestro Lucio, que nace también como una forma de autodefensa, pareciera que fue acabada.
Esa, pues, fue la historia, nuestro comienzo para llegar hasta el día de hoy.
Tengo que decirles que soy orgullosamente la única hija del maestro Lucio Cabañas Barrientos y la señora María Isabel Anaya Nava. Tras el cerco que perseguía a mi padre, un noviembre de 1974, en alguna casa del poblado de Tixtla, Guerrero, fuimos aprehendidos mi abuela, mis tíos, mis primos. Todos éramos niños.
Fuimos aprehendidos y fuimos llevados a este recinto, donde en este momento se hace vergonzoso decirlo, pero en aquél tiempo era algo muy normal. Apenas cumplía dos meses de edad. El campo militar en ese entonces era considerado el centro clandestino de reclusión más grande de esa época.
Y quiero decirles que ahí empezó nuestro calvario, cuando llegamos aquí. Mi madre fue torturada, fue violada y fue ultrajada, pero me defendía, porque dice que en las noches llegaban los militares y me tomaban de un pie y ponían una pistola en la cabeza y me decían: ‘Dinos dónde está Lucio.’ Pero, ¿a dónde estaba, si ellos ya los habían matado? ‘¿A dónde estaba el Lucio? Ella no podía decir nada. Debo decir también que mi madre era una adolescente que tenía 14 años.
Quiero decirles también que yo llegué aquí de dos meses y en algún lugar de este edificio yo aprendí a caminar, aprendí a correr y a decir mis primeras palabras. En este lugar y con el cobijo de mi madre y de toda la familia Cabañas que aquí nos encontrábamos en la clandestinidad, porque así lo dijeron el gobierno de ese entonces, sufrimos tortura, tortura física, moral y sicológica, y muchas otras violaciones, incluida la sexual, puesto que mi madre salió de aquí embarazada del gobernador de ese entonces del estado de Guerrero, que a mí —disculpen la palabra— me da hasta asco pronunciar su nombre.
¿Y saben por qué?
Por el único hecho de ser familiares del maestro Lucio, solamente por eso.
El maestro Lucio simple y sencillamente fue un luchador social y un defensor de los derechos humanos de aquel entonces.
Por más de 50 años la familia Cabañas ha sido invisibilizada, han querido borrar toda esa historia que nosotros tenemos que contar. Sin embargo, hoy estamos aquí, y yo agradezco a las autoridades que hoy gobiernan nuestro país, porque nos están dando esa voz, porque nos están dando ese paso para que nosotros podamos acceder a la justicia.
Sin embargo, tengo que decirles que con nada, con nada nos van a pagar todo lo que pasamos y todo lo que sufrimos en estos lugares, con nada nos van a regresar a nuestras personas y familiares que quedaron en la espera de justicia. Se están yendo y no llega.
Tengo fiel confianza en esta nueva comisión, tengo confianza porque sé quiénes la están dirigiendo y tengo confianza principalmente en quien dirige el país.
Aquí en este lugar, donde muchos niños y niñas y adolescentes revolucionarios, de pensamientos liberales y progresistas que tenían la ilusión de cambiar sus entornos de justicia, aquí es donde vieron apagadas sus aspiraciones de un nuevo México y de un pueblo donde hubiera oportunidades de progreso para la población más pobre y desprotegida.
Aquí en este lugar donde muchos desaparecieron y donde muchas familias están en la espera todavía en casa de verlos regresar.
Queremos accesar a la justicia, queremos que nuestros familiares regresen. Yo quiero justicia por el asesinato de mi padre y de mi madre, yo quiero acceder a esa justicia, yo confío.
Señor presidente:
No quiero desaprovechar la oportunidad de darle las gracias por todo lo que ha hecho por nuestro país en estos últimos tres años, de darle las gracias porque ha abierto estas puertas de estas instituciones que para nosotros era impensable.
Y nosotros, los sobrevivientes, que tengamos confianza, que tengamos fe, que nuestras verdades van a ser rescatadas y que el acceso a la justicia va a llegar por fin.
No puedo dejar de decir que Lucio vive en los corazones de toda la gente que está consciente de que hay un cambio y de que tenemos que seguir accesando a el. Él vive en mi corazón y en el corazón de todos ustedes.
Es cuanto, gracias.
MODERADOR: Hace uso de la palabra la ciudadana Alicia de los Ríos Merino.
ALICIA DE LOS RÍOS MERINO: Integrantes del presídium.
Señor presidente.
Señor secretario de la Defensa Nacional.
Personas que nos acompañan.
Buenos días a todas y a todos.
Mi nombre es Alicia de los Ríos Merino. Estoy aquí porque mi madre, Alicia de los Ríos Merino, fue detenida el 5 de enero de 1978 por elementos de la Brigada Especial y trasladada de manera inmediata a este Campo Militar número 1.
Entre enero y mayo de 1978 mi mamá fue vista aquí por Ramón, por Juan Manuel, por Cirilo, por Mario Álvaro y por Alfredo, todos ellos trasladados hasta estas instalaciones después de ser detenidos.
A finales de mayo de 1978 Alicia fue trasladada desde aquí a la Base Naval Militar número 7 en pie de la cuesta Acapulco, Guerrero. A partir de entonces no se supo más de ella. Vale decir que desde esa base despegaba un avión que realizaba los vuelos de la muerte entre las costas de Guerrero y de Oaxaca.
El caso de mi madre es uno de los más de mil casos de desapariciones por motivos políticos perpetrados entre 1965 y 1990. En una mayoría se cometieron con un mismo patrón: detenciones ilegales y traslados a instalaciones militares en diferentes localidades del país. Algunos fueron trasladados hasta aquí donde permanecieron por un tiempo determinado o desaparecieron hasta el día de hoy.
Hemos conocido de los lugares, de los tiempos y de los perpetradores por los testimonios de los hombres y de las mujeres que están aquí presentes y por quienes ya no nos acompañan. Pese a la cárcel y el miedo, narraron sus historias frente a nuestras abuelas, frente a notarios, a presidentes, procuradores y periodistas.
Después de tantos años de exigirlo, este día se abre el gran cuartel. Hoy venimos a decirle al país, sin duda de por medio, lo que pasó en estas instalaciones de la nación. Aquí fueron interrogados, torturados y mutilados nuestros padres y madres, nuestros hermanos y hermanas, los hijos e hijas de cientos de mujeres que no dejaron de buscarlos. Aquí fueron desaparecidas y desaparecidos.
Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de este país.
General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.
Autoridades, presentes todas.
Civiles y militares:
Aquí estamos las personas sobrevivientes y los familiares de víctimas de violaciones graves a los derechos humanos perpetradas en el pasado reciente de este país. Dimensionamos este acto protocolario como un día histórico y con compromiso asumimos la invitación al diálogo. En ese ánimo, reiteramos que buscamos investigación, verdad y justicia. Conózcanos, reconózcanos, porque tendremos que coadyuvar juntos en la reconstrucción de lo sucedido en esta su casa.
Estamos listos para buscar y reconocer las pistas y los lugares usados en diferentes etapas:
La cárcel militar, de la cual ya nos narró mi hermana Micaela.
Las instalaciones del Segundo Batallón de la Policía Militar.
Las oficinas de Quiroz Hermosillo, cercanas a la Puerta 8.
De los sótanos situados entre las caballerizas, la cancha de basquetbol y la biblioteca.
De las mazmorras en las que dividían a hombres y mujeres, que posiblemente sean las mismas celdas conocidas como ‘el Metro’.
Del hospital militar en el que convalecieron los heridos por la Dirección Federal de Seguridad y la Brigada Especial.
De las guarniciones y los cuarteles estatales.
El plan de trabajo que se asuma debe construirse y ejecutarse con la participación de las personas sobrevivientes y de los diferentes actores para el esclarecimiento histórico, la justicia, la memoria, la reparación integral y el compromiso a la no repetición.
Debe ser exhaustivo, sin limitantes para el quehacer pericial en edificios, instalaciones y en archivo. Necesitaremos apertura para contar con planos y archivos que reconstruyan lo sucedido en estas inmensas instalaciones. Como dijo el subsecretario Encinas, que estas puertas que al fin se abren no se nos vuelvan a cerrar. A partir de las investigaciones deberán descubrirse e investigarse las cadenas de mando que participaron en los crímenes de lesa humanidad.
Desafortunadamente, señor presidente López Obrador, observamos la ausencia de una institución vital para el proceso emprendido: no está la Fiscalía General de la República, por lo que lo solicitamos su gestión para sumar al personal ministerial necesario a estos esfuerzos colectivos, porque en este país no habrá verdad sin justicia y sin justicia tampoco podrá haber paz.
La historia rebelde fue ocultada por presidentes y autoridades del pasado que diseñaron planes contrainsurgentes. Esas historias subterráneas son desconocidas por generaciones enteras actuales, civiles y militares. Nosotros las conocemos por la transmisión de las y de los sobrevivientes aquí presentes, quienes nos confiaron fragmentos de verdad. Sus testimonios son indiscutibles, pero hoy venimos por los que faltan y por ello reiteramos que es medular que ustedes también hablen.
Con el debido respeto, general Sandoval González, le solicitamos convoque a los elementos retirados para colaborar en este proceso. Construyan con la colaboración de la Comisión de la Verdad y el Apoyo a la Justicia espacios y condiciones necesarias para que el personal castrense rinda su testimonio.
No iniciarán de cero, ya en el año 2002 la justicia militar registró múltiples testimonios en los que basó la consignación de dos de sus integrantes por ser perpetradores de crímenes de lesa humanidad.
Esas huellas se encuentran en sus propios archivos, en los silencios de soldados retirados que hoy tienen la oportunidad y el deber de hablar.
Hoy recordamos la claridad de nuestras abuelas que hace décadas declararon que no hay democracia con desaparecidos, no puede haber democracia con más de 100 mil desaparecidos.
Hoy llegamos cargando a cuestas la dignidad de nuestros muertos y de nuestras desaparecidas. Reconocemos que estar presentes este día en lo que fue su prisión clandestina es una muestra de la diferencia con un oscuro ayer; sin embargo, la misión no está completa, sea este un primer paso.
Que esta mañana se recuerde como el momento en el que mujeres y hombres justos, preocupados y ocupados apostaron por el futuro de un país herido que merece otra oportunidad.
Muchas gracias.
MODERADORA: El general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, hará uso de la palabra.
LUIS CRESENCIO SANDOVAL GONZÁLEZ, SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL: Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.
Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Licenciado Alfredo del Mazo Maza, gobernador del Estado de México.
Señoras Alicia de los Ríos Merino y Micaela Cabañas Ayala.
Licenciado Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación.
Maestra María del Rosario Piedra Ibarra, titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Licenciado Jesús Ramírez Cuevas, coordinador de Comunicación Social y Vocero del gobierno de la República.
Invitados especiales, compañeros de armas, representantes de los medios de comunicación.
A todos, muy buenos días.
Las mujeres y hombres que integramos el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos nos sentimos honrados de recibir al presidente de la República y comandante supremo de las Fuerzas Armadas en las instalaciones de este emblemático e histórico Campo Militar número 1, General de División ‘Álvaro Obregón’, casa de los que portamos con orgullo el uniforme de la patria que alberga a una gran cantidad de organismos operativos, logísticos, administrativos, educativos y de adiestramiento, que se han constituido a lo largo de muchos años como parte fundamental de la infraestructura estratégica militar al servicio del país para contribuir a la seguridad y desarrollo nacionales.
De igual manera, nos complace dar la bienvenida a las personas que vivieron de manera directa o indirectamente los hechos ocurridos en el pasado, mujeres y hombres que fueron víctimas, a sus familiares y a los sobrevivientes de las acciones realizadas por el Estado mexicano en esa época.
Los derechos a la memoria histórica, al acceso a la verdad, la reparación integral y la no repetición de los hechos son derechos que como parte de las instituciones del Estado mexicano debemos hacer valer en estricto cumplimiento a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Dentro del marco de esta estrategia de reconciliación social, implementada por el gobierno de la República, es importante mencionar que durante sus más de 100 años de historia el Ejército y la Fuerza Aérea han permanecido cercanas al pueblo de México. Nuestro origen popular nos motiva a velar principalmente por las personas más vulnerables y desprotegidas.
Nuestra actuación ha sido factor fundamental de cohesión social y de fortalecimiento de las instituciones, sustentada siempre en las facultades constitucionales que otorga la carta magna y el orden jurídico nacional.
La lealtad institucional, confianza social, transparencia y apertura son valores que nos representan como institución y hoy más que nunca estamos convencidos que generan condiciones en el Estado mexicano para seguir contribuyendo con la historia de todos los días.
En este contexto, el artículo 89 constitucional, en su fracción 6ª, faculta al presidente de la República a preservar la seguridad nacional y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente para la seguridad interior y defensa exterior de la nación.
Derivado de este precepto de la ley suprema, la propia ley orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana Mexicanos en su artículo 1º establece las misiones generales siguientes:
Dos primigenias de orden constitucional: defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación, y garantizar la seguridad interior.
Tres de orden eminentemente social: auxiliar a la población civil en caso de necesidades públicas, realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país, en caso de desastres prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes, y la reconstrucción de las zonas afectadas.
Para realizar estas tareas fundamentales en beneficio de la seguridad y desarrollo nacionales, las Fuerzas Armadas han permanecido subordinadas al poder civil, tal como lo establece nuestra ley orgánica en su artículo 11, que señala que el mando supremo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos corresponde al presidente de la República y se le denominará comandante supremo de las Fuerzas Armadas.
Desde su creación, el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos han puesto de manifiesto su lealtad institucional y su compromiso inquebrantable en el desarrollo de todas sus tareas. Por ello, y sin descuidar las funciones primigenias de defensa nacional y seguridad interior, en la actualidad las Fuerzas Armadas de tierra y aire participan activamente en asuntos de carácter social y de impulso al desarrollo nacional, que son esenciales y prioritarios para la vida y progreso del país.
Con el cumplimiento de estas tareas refrendamos nuestro deber permanente de lealtad, honor y vocación de servicio a México. Los que portamos el uniforme de la República tenemos la firma convicción de que todo lo que hacemos cotidianamente debe ser con estricto apego al marco jurídico vigente, con profunda observancia y respeto a los derechos humanos, privilegiando el diálogo, la apertura, la transparencia y la rendición de cuentas en cada una de las actividades que realizamos.
A través de este simbólico evento, las Fuerzas Armadas reafirmamos el compromiso que tenemos con el pueblo de México de contribuir a la búsqueda de la verdad sobre los hechos que marcaron un hito en un sector de la sociedad de nuestro país, destacando los siguientes:
El asalto al cuartel general de Ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965.
Los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971.
Y los movimientos sociales ocurridos en el estado de Guerrero.
Para atender las diversas situaciones que se generaron con estos movimientos sociales, el Estado mexicano en su momento adoptó políticas y medidas en algunas regiones del país que buscaron garantizar la seguridad, el orden constitucional y el restablecimiento del Estado de derecho. Sin embargo, determinadas acciones implicaron lamentablemente que un sector de la sociedad se viera afectado por sucesos que se alejaron de los principios de legalidad y humanidad, valores que nunca pueden estar separados de la vida institucional del país.
La historia es uno de los activos más preciados que puede tener una nación. De ella debemos aprender y comprender nuestros origines, entender a partir de ella nuestro presente y sin ella se hace imposible concebir y proyectar nuestro futuro.
Las mujeres y hombres que integramos el Ejército y Fuerza Aérea nos sumamos decididamente al esfuerzo del Estado mexicano, encabezado por el presidente de la República, para generar mecanismos que cumplan con el esclarecimiento de los hechos pasados, la dignificación de las víctimas y el acceso al derecho a la memoria histórica.
Me es importante destacar que, desde la instalación de la Comisión para el Acceso a la Verdad, esta secretaría de Estado ha participado activamente en reuniones de coordinación para establecer el programa de visitas a las instalaciones militares y archivos documentales, integrando un equipo de trabajo con la instrucción de acompañar en todas las actividades que realice la comisión especial y a fin de facilitar y agilizar las labores de búsqueda en los fondos documentales y el acceso a los campos militares.
De igual manera, y como parte de esta vocación y evolución permanente del compromiso institucional de transparencia y acceso a la información pública con el pueblo de México, esta institución ha entregado con anterioridad al Archivo General de la Nación mil 653 legajos relacionados con los movimientos sociales y políticos del pasado.
Y respecto a los requerimientos de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa, esta secretaría de Estado hizo entrega a los organismos responsables de su atención de 18 mil 845 fojas de evidencia documental.
Se ha participado en 17 reuniones de coordinación con los padres de los normalistas, integrantes de la Comisión de la Verdad y Grupo de Expertos Independientes.
Por último, también, se han atendido 17 peticiones de información, dando respuesta a 184 cuestionamientos.
Asimismo, debo resaltar que la Secretaría de la Defensa Nacional ha implementado estrategias en materia de derecho al acceso de la información y de respeto a los derechos humanos que le han permitido alcanzar los logros siguientes:
En el último reporte de resultados del proceso de atención ciudadana de Presidencia de la República, obtuvo el primer lugar dentro de las 44 dependencias del gobierno federal al responder mil 803 peticiones, que representó el 100 por ciento de las recibidas.
Por su parte, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales extendió un reconocimiento a esta dependencia por ser una institución 100 por ciento capacitada, lo que refleja de manera significativa una contribución importante en la conformación de la cultura de la transparencia en el país.
En materia de derechos humanos, esta dependencia del Ejecutivo federal cuenta desde el año 1991 con organismos y recursos humanos capacitados para dar seguimiento, promover, difundir y fortalecer en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos una cultura de paz y respeto a los derechos fundamentales e igualdad de género, lo que ha permitido una disminución de 42.97 por ciento de las quejas recibidas en la presente administración en comparación al mismo periodo del sexenio anterior.
Adicionalmente a estas acciones de apertura, transparencia y de respeto a los derechos humanos, la Secretaría de la Defensa Nacional ha implementado actividades para fortalecer el acercamiento social, como son los paseos dominicales y las actividades recreativas, que dan a conocer quiénes somos y qué hacemos, materializando desde su implementación mil 819 eventos en el interior de 178 campos militares, de los cuales 96 se han realizado en este Campo Militar número 1.
En síntesis, como podemos observar, nuestro compromiso y vocación está alineada con los objetivos, principios y valores perseguidos, no sólo por esta comisión que hoy comienza sus trabajos formales, sino de manera permanente con el pueblo de México.
Nuestra cercanía con la población se pone de manifiesto día con día. Por ello, los soldados de tierra y aire refrendamos el compromiso de colaboración y apertura para que esta comisión alcance y cumpla con los fines y tiempos establecidos con motivo de su integración.
Señor presidente y comandante supremo de las Fuerzas Armadas:
Desde su origen, el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos han refrendado ante el pueblo de México su lealtad institucional como valor fundamental que guía su actuación en el cumplimiento de sus misiones constitucionales, lo que ha permitido obtener el respaldo, la confianza, respeto y credibilidad de la sociedad mexicana.
Por ello, las mujeres y hombres que integramos esta institución armada estamos comprometidos en contribuir en el cumplimiento de las funciones de investigación, seguimiento, fiscalización, proposición y emisión de informes de este grupo de trabajo especial, y de ser partícipes de este ejercicio de transparencia y verdad que busca la reconciliación social del país entre ciudadanos, y entre estos y sus instituciones.
Parte importante en el fortalecimiento del espíritu de cuerpo, identidad y sentido de pertenencia en las Fuerzas Armadas es reconocer el esfuerzo que realiza día a día el personal militar y que no pocas ocasiones exigen sacrificios que implican quedar incapacitados de manera permanente a consecuencia de lesiones e incluso perder la vida en el cumplimiento de su deber, situaciones que impactan profunda y permanentemente en el núcleo familiar cercano.
Con esta misma convicción me dirijo a todas y a todos los que portan el uniforme de la patria, para manifestarles que en este significativo evento también se encuentran presentes algunos de los militares y familiares que fueron afectados por los hechos ocurridos en aquel entonces, a quienes, por instrucciones del presidente de la República y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, se analizará su inclusión en las gestiones para el mecanismo integral de reconciliación social del Estado mexicano como parte del patrimonio colectivo del pueblo de México.
De igual manera, con orgullo les expreso que el propio mandatario autorizó inscribir los nombres de militares fallecidos con motivo de los hechos del pasado en el Monumento a los Caídos de las Fuerzas Armadas, que se ubica en la Plaza del Servicio a la Patria, como un tributo y un sentido homenaje a los soldados que cumplieron con su deber aún a costa de su vida.
Muchas gracias.
MODERADOR: Escuchemos el mensaje que dirige el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos, familiares de las víctimas de la represión en los tiempos del autoritarismo que padecimos en nuestro país:
Estamos en un acto muy fuerte y al mismo tiempo muy lleno significados y de dolor, pero también es un acto de esperanza, es un acto para buscar entre todos cerrar una etapa, una historia negra de sufrimiento, de represión y dar inicio a una etapa nueva que ya, podría yo decir, comenzó desde hace un poco más de tres años.
Los que lucharon por una patria justa, libre, independiente, no tuvieron la posibilidad de hacerlo más que con los métodos que podían llevar a cabo, con las movilizaciones y en algunos casos también con las armas, porque no había manera de buscar una transformación, un cambio, de hacer valer la justicia ante el predominio de un régimen autoritario, antidemocrático.
Ya todos sabemos que se hacían las elecciones sólo para cumplir con un requisito, para llenar el expediente, la Constitución se respetaba en la forma y se violaba en el fondo, y eso fue lo que llevó a muchos a tomar el camino de la lucha social, y la respuesta del Estado fue la represión, el exterminio, el autoritarismo.
Afortunadamente muchos no se rindieron, continuaron luchando y gracias a ellos ahora estamos, repito, viviendo una etapa nueva en la historia de nuestro país.
Yo recuerdo que cuando luchábamos en la oposición se insistía mucho y de buena fe de que no íbamos a poder llevar a cabo los cambios por la vía pacífica y por la vía electoral. A mí me tocó, hoy en la mañana lo recordé, revisar en 1973, estando en la facultad de Ciencias Políticas, el caso del gobierno de Salvador Allende, con lo que contiene el libro El Estado y la revolución, de Lenin, y ahí con mucha claridad se establece de que no se podían los cambios estructurales sin un movimiento armado.
Antes del golpe, nosotros, a partir de ese pensamiento, llegamos a la conclusión, junto con nuestro maestro de Ciencia Políticas, de que iba a haber un golpe de Estado. Por eso me dolió mucho cuando me enteré del derrocamiento del presidente Allende, que fue de los pocos que confió en que se podía llevar a cabo una transformación por la vía pacífica y democrática, por eso fue varias veces candidato a la Presidencia de Chile.
En aquél entonces, porque no hay que olvidar las circunstancias, que cambian, en una visita del comandante Castro le entregó un rifle, esto como mensaje de que iba a ser muy difícil el que pudiera llevar a cabo la transformación en Chile.
Ese era el pensamiento en la época, porque esas eran las circunstancias, porque estaba muy difícil conseguir los cambios por la vía pacífica. Así como lo acaba de comentar la compañera, que Lucio decidió él quitarse la vida y no entregarse, así también lo hizo Allende con la misma arma que le había entregado el comandante Castro.
Pero aún con eso se siguió insistiendo en la vía pacífica y en la vía democrática, y siguió existiendo también el otro pensamiento.
Y decía yo que en la campaña nos recordaban la historia, porque no era un invento, no era una cuestión ideológica, era una realidad histórica. Las transformaciones en México se hicieron por la vía armada, y no porque lo quisieran nuestros héroes, Hidalgo y Morelos eran curas, sino porque así se presentaron las circunstancias.
Era muy difícil enfrentar a un régimen autoritario en ese entonces y luchar por la independencia de México. Fue todo un desafío a ese pensamiento conservador el que Hidalgo proclamara en ese entonces la abolición de la esclavitud, por eso el odio hacia Hidalgo, que no sólo lo asesinan y le cortan la cabeza, sino la exhiben 10 años en la plaza principal de Guanajuato.
En la Reforma lo mismo, fue con las armas.
Y en la guerra de intervención se restauró la República con las armas, porque nos invadieron, en ese entonces, el ejército más poderoso el mundo, el ejército francés, y esa fue la segunda transformación.
Y la Revolución mexicana, pues todos los sabemos, fue un movimiento armado, porque existía una dictadura y el pueblo estaba esclavizado, y el pueblo y los dirigentes revolucionarios llamaron a tomar las armas. Hasta de manera abierta, pública, en el Plan de San Luis aparece la convocatoria, al llamamiento de Francisco I. Madero a tomar las armas un 20 de noviembre a las 6:00 de la tarde.
Entonces, por eso con mucha razón decían: ‘No van a poder, no lo van a permitir’, y nosotros insistimos, insistimos de que se podía y que sabíamos además que las cartas estaban marcadas y que los dados estaban cargados, y que existía y padecimos de fraudes electorales, y aun así continuamos luchando.
Afortunadamente, por esa perseverancia y de muchos luchadores sociales, primero los que lo intentaron con otros métodos, y los que siguieron, porque estos momentos son fruto de aquellos tiempos de lucha, de muchos tiempos de sacrificio y de lucha, de mucha gente.
Entonces, ya están cambiando las cosas en el país y en el mundo. Estamos viendo en nuestra América cómo por la vía democrática… Lo que acaba de suceder ahora en Colombia, nunca había ganado un movimiento de izquierda, era muy difícil en Colombia, un conservadurismo de lo más arraigado en toda América y con mucha influencia extranjera, y aun así se triunfó.
Entonces, estamos viviendo nuevos tiempos y yo creo que este acto es una prueba de que se está cambiando. Desde luego, es un primer paso, como aquí se dijo, y no queremos que esto quede en la superficie, no queremos la simulación, queremos ir al fondo con la participación de todas y de todos, que hagamos ese compromiso porque es lo mejor, eso nos alivia a todos.
Es un acto de reconciliación nacional que necesitamos. No se le puede dar vuelta a la hoja así nada más, tenemos que conocer la verdad y tenemos que conocer toda la verdad y que haya justicia para que no se repitan actos oprobiosos, para que no vuelva a haber represión, autoritarismo en nuestro país.
Qué bueno que se constituye esta comisión y que participemos todos.
Yo quiero señalar dos cosas:
Desde luego, el derecho en demasía que tienen los familiares de las víctimas para pedir justicia, eso es lo más importante.
INTERVENCIÓN: ¿La fiscalía, Andrés Manuel?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Va a haber también la participación de la fiscalía. Aunque es un órgano autónomo, respetuosamente le vamos a pedir que participe, que trabaje en este grupo, en este equipo.
Por eso lo primero es lo que ustedes, las víctimas y familiares de víctimas, estén haciendo, porque va a depender mucho de ustedes.
Nosotros tenemos voluntad de que avancemos, pero hay que estar empujando, hay que perseverar y que no nos conformemos con estarnos reuniendo cada dos, cada tres días o cada semana o al menos cada 15 días, no, trabajar, porque falta poco tiempo para que termine nuestro gobierno.
Van a venir otros gobiernos, porque ya las cosas han cambiado en el país, ya cambió, sobre todo la mentalidad del pueblo, ya no van a poder detener movimientos como este, pero es mejor avanzar lo más que se pueda. Entonces, que ustedes, con quienes están ayudando, se apuren.
Y quiero hacer dos reflexiones finales:
Una, el que no debe de olvidarse que la responsabilidad principal, incluso legal, recae en las autoridades civiles. Hoy le repetí en la mañana, hablando del caso del 68, de la represión del 68, la responsabilidad mayor o, mejor dicho, la orden de reprimir ¿la dio Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa, o Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México?
Pero, además, formalmente el presidente es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Entonces. Actos que han manchado la trayectoria de contribución al desarrollo de México de las Fuerzas Armadas han estado vinculados, relacionados con órdenes recibidas por gobiernos civiles. No quiero, porque no es el momento de ejemplificar sobre lo acontecido en los últimos tiempos, pero fue una orden dada desde arriba.
Y que, sin querer convencer a nadie, nada más para tener todos los elementos y ser objetivos y sobre todo justos, el Ejército mexicano es un ejército surgido de un movimiento revolucionario, y es distinto a la mayoría de los ejércitos del mundo. Este ejército tiene sus orígenes en el pueblo, el soldado es pueblo uniformado y en la mayoría de los oficiales de alto rango existe una vinculación directa con la gente. No hay una cúpula militar que pertenezca a la oligarquía de este país, como sí sucede en otros países.
Cuando me tocó decidir sobre quién iba a estar de secretario de la Defensa hice un análisis a fondo, desde su actitud en cuanto al respeto a los derechos humanos hasta su responsabilidad como militar, pasando por su honestidad y compromiso con el pueblo, y una cosa que me llamó la atención es que, de los 30, 35 generales de división, la mayoría hijos de campesinos, de obreros, de comerciantes, de militares, de maestras, de maestros.
Entonces, eso tenerlo presente. Por eso no me ha costado mucho trabajo como presidente y como comandante supremo llevar a cabo los cambios que se están realizando en las Fuerzas Armadas.
Y yo quiero agradecerle mucho al general secretario por estar demostrando en los hechos su lealtad. Porque esa palabra, ese término, ese concepto se usa mucho, la lealtad, pero podría ser una palabra vacía si no se cumplieran instrucciones como las que estamos dando, de abrir las puertas del Campo Militar número 1 y de abrir todos los archivos y de permitir que se haga toda la investigación que sea necesaria para conocer la verdad.
Entonces, le agradezco al general secretario y a los oficiales del Ejército su lealtad, su verdadera lealtad, su auténtica lealtad. Porque esa es la instrucción: el que no ocultemos nada, absolutamente, cero impunidad. Y que podamos entre todos aclarar esta situación y que podamos, yo espero que no en mucho tiempo, tener ya un relato completo con recomendaciones con acciones que se deban de tomar para que de esta manera honremos la memoria de los que perdieron la vida, de los que se nos adelantaron y que lucharon por un ideal o lucharon en cumplimiento de un deber.
Muchísimas gracias.
MODERADORA: Favor de ponerse de pie. Les pedimos amablemente permanecer en posición de firmes para entonar nuestro Himno Nacional.
(HIMNO NACIONAL)
INTERVENCIÓN: ¡Viva Rosario Ibarra de Piedra!
INTERVENCIÓN: ¡Vivan los desaparecidos!
MODERADOR: Se agradece la asistencia a esta ceremonia del presidente de México y distinguidos funcionarios que lo acompañaron.
MODERADORA: Así como de invitados especiales.
MODERADOR: Generales, jefes, oficiales, personal de tropa y apreciables familias.