De los 49 proyectos de inversión para mejorar las operaciones en los aeropuertos del país —previstos para este año—, 43 no tuvieron avance alguno durante el primer trimestre de 2022, de acuerdo con el reporte oficial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Entre esos proyectos, que representan el 87% del total, se encuentran acciones de mantenimiento mayor y mejoras en las pistas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), donde, pese a tener presupuesto aprobado, ni siquiera han comenzado las obras.
Animal Político preguntó a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) la razón del retraso, pero no hubo respuesta.
El proyecto con más presupuesto previsto tiene que ver con la reconfiguración del espacio aéreo del Sistema Metropolitano Aeroportuario. Se trata de la adquisición de equipamiento para los aeropuertos internacionales de la CDMX, Toluca, Puebla y Cuernavaca, “a fin de tener un sistema actualizado para atender las operaciones”. Esto se prevé que costará 4 mil 781 millones de pesos.
Dicho proyecto está a cargo de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) y tenía 800 millones de pesos aprobados para 2022, pero hasta marzo tenía registrado cero pesos gastados. Por ello, se mantiene en 21% de avance desde el inicio del proceso de compra el año pasado.
Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), la autoridad que da servicio de suministro de combustibles, asistencia técnica y consultoría, así como instrucción e investigación en materia aeronáutica y aeroportuaria y colabora con la SICT para la regulación, verificación y supervisión de aeropuertos, tiene 16 proyectos de inversión y 13 de ellos no tienen ningún avance.
Entre ellos se encuentra el “Programa de modernización del aeropuerto internacional de Puerto Escondido, Oaxaca”, con un presupuesto total de 496 millones de pesos, aunque para 2022 tiene aprobados 196 millones.
Con ese dinero se deberá construir el nuevo edificio de pasajeros, estacionamiento y vialidades. También se pagará la modernización de equipo hidroneumático y se prevé la construcción del edificio del Servicio de Extinción de Incendios y la rehabilitación de pista, el área de Seguridad de Extremo de Pista (RESA), y la rehabilitación y reestructuración de rodaje alfa. Sin embargo, hasta abril, no se había gastado ni un peso para ello.
Otros 16 proyectos aeroportuarios de la SICT tienen presupuesto proyectado de obra, pero Hacienda no autorizó presupuesto para el primer trimestre de 2022.
Esto ocurre mientras la industria aeronáutica enfrenta saturación en el AICM, con el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) aún sin consolidar operaciones y con problemas en la reestructuración del espacio aéreo para su operación simultánea.
También está de contexto la degradación de México a categoría 2 por la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés), desde mayo de 2021, al considerar que el país no alcanza los estándares mínimos de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), mientras hay recortes presupuestales a las autoridades federales que regulan la industria.
A esto se suma que ni en gobiernos anteriores ni en este ha existido una política aeronáutica capaz de plantear y alcanzar metas transexenales, como coinciden expertos como Cuitláhuac Gutiérrez, presidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), y Rosario Avilés, analista de aeronáutica.
Ambos señalan que una política aeronáutica pasa por el presupuesto para, entre otras cosas, dar mantenimiento y hacer crecer la infraestructura que pueda dar un servicio eficaz a los usuarios en todo el país.
Sin embargo, de acuerdo con el reporte de Hacienda, los recursos no están fluyendo para los proyectos de inversión.
Otro ejemplo es la ampliación de capacidad de almacenamiento de la estación de combustibles del aeropuerto de Cancún, mediante la construcción nuevos tanques de almacenamiento y la adecuación del sistema contra incendios acorde a los lineamientos nacionales e internacionales de seguridad. Aunque tiene un presupuesto aprobado para este año de 156 millones de pesos, tampoco ejerció un peso.
El AICM está saturado, según ha reconocido el gobierno federal. Aunque el AIFA ya está en marcha, aún no logra captar a las aerolíneas ni a los usuarios debido a la falta de vías de conexión con la Ciudad de México.
Además, explica la analista Rosario Avilés, desde el gobierno de Enrique Peña Nieto, se redujo la inversión para el mantenimiento del AICM porque la prioridad era el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), mientras que en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido el AIFA. Por ello, dice, el AICM solo tiene mantenimiento general, pero no obras mayores. De hecho, la SICT canceló el proyecto de construir la Terminal 3.
Mientras tanto, existen 29 proyectos de inversión para el AICM, de los cuales solo cuatro tienen avances en el gasto de su presupuesto, como las obras de mantenimiento de las plataformas, para lo que se ha invertido un millón de pesos en el primer trimestre del año, lo que significa un avance de 66% en la obra total.
Sin embargo, los trabajos de mantenimiento mayor con el fin de atender los problemas estructurales en las terminales 1 y 2 del AICM —lo que beneficiaría a 275 mil 055 usuarios diarios— no gastaron ni un peso de los mil millones de pesos de presupuesto aprobados para este año.
Tampoco se gastaron los 47 millones de presupuesto para “atender la problemática que se tiene sobre la obsolescencia de los sistemas de protección de pista y punto de espera”, explica el documento de Hacienda.
Igualmente, no se ejercieron los 27 millones de pesos para la ampliación y modernización de activos para acondicionamiento rutinario de pistas, rodajes y plataformas, o para la sustitución de cinco máquinas y equipos para bacheo, mantenimiento rutinario y atención de emergencias en las vías de rodamiento del AICM.
Mientras, para la ampliación y modernización del sistema de audio en las terminales 1 y 2, se proyectó un presupuesto de 9 millones de pesos, pero no tuvo aprobación para gasto en el primer trimestre del año.