En el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México continúa batiendo año con año los récords de detenciones de personas migrantes indocumentadas: en el primer trimestre de 2022, suman ya un total de 77 mil 626 capturas de migrantes, en su mayoría centroamericanos, casi un 90% más que en el mismo periodo de 2021, año que ostenta hasta el momento el récord histórico con más de 307 mil detenciones en total. Se trata de un promedio de 860 migrantes detenidos a diario.
De acuerdo con las estadísticas oficiales de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob), el dato del primer trimestre de 2022 supera también en 158% al de 2020, en 143% al de 2019 y en 151% al de 2018. En cuanto a 2015, el segundo año con más detenciones en las últimas dos décadas, la estadística de este primer trimestre también es superior hasta en 56%.
Para dimensionar el dato: en tan solo tres meses de 2022, el Instituto Nacional de Migración (INM) ha detenido casi al mismo número de personas migrantes que detuvo durante todo 2012. Y mientras en años como en 2018, el último del gobierno de Enrique Peña Nieto, se detenía en promedio a unos 10 mil migrantes al mes, en este primer trimestre el promedio es de más de 25 mil.
Además, las detenciones de migrantes menores de edad también se han disparado: hasta marzo de 2022 sumaban 11 mil 271, una cifra nunca antes registrada, que supone 72% al alza en comparación con 2021, 124% más que en 2020, 27% más que en 2019 y un 65% más que al final de sexenio de Peña en 2018. De hecho, si se compara con 2010, por ejemplo, la cifra de menores migrantes detenidos en este primer trimestre de 2022 es 962% superior.
De esos más de 11 mil menores migrantes detenidos, un poco más de la mitad, el 54%, son niños de entre cero y 11 años, 71% al alza en comparación con el año pasado.
No obstante, aunque las autoridades migratorias mexicanas están deteniendo a más menores, las cifras oficiales también indican que hubo un descenso de las capturas de menores no acompañados: 230 en el primer trimestre de 2022, un 36% menos que el año pasado, 16% menos que en 2019 y 25% a la baja en relación a 2015, el año en que el gobierno de Peña puso en marcha el llamado Plan Frontera Sur, luego de que un año antes tuviera lugar en la frontera sur de Estados Unidos la denominada “crisis de los niños migrantes”.
Gretchen Kuhner, directora del Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), explicó en entrevista que el ‘boom’ en las cifras de detenciones de migrantes puede deberse a múltiples factores. Uno es que después de la pandemia, que arrancó en 2020, y de las fuertes crisis económicas que esta trajo, muchas más personas están tratando de salir de sus países, especialmente de Centroamérica, para alcanzar Estados Unidos a través de suelo mexicano. Y además, hay que sumar las crisis de seguridad y políticas, como las más recientes en Nicaragua o Haití.
“Desde el año pasado estamos viendo que el gobierno de México está deteniendo a muchas personas, pero esto también corresponde con que hay muchas más personas en movimiento, y esto es algo que también puede verse en las cifras de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos”, expone Kuhner.
La administración del presidente Joe Biden llevaba hasta septiembre del año pasado más de 1 millón 659 mil personas detenidas, también la cifra más alta registrada en Estados Unidos desde el 2000. Mientras, en 2022, la tendencia también es al alza: el pasado 15 de marzo las autoridades estadounidenses reportaron más de 158 mil detenciones de migrantes en la frontera sur en tan solo un mes, 10 mil más que en enero.
Pero, al margen del aumento de los flujos migratorios, Kuhner señala que también se ha recrudecido notablemente, en especial el año pasado y este, la política de detención y deportación, así como la intervención de las Fuerzas Armadas en labores de control migratorio.
“Ahora vemos que el INM, la Guardia Nacional y también el Ejército y la Marina están deteniendo migrantes, y eso es muy preocupante, porque la Guardia Nacional y el INM sí tienen facultades para detener, pero los otros no”, advierte la activista.
“Cada vez hay más autoridades implicadas en las detenciones, y cada vez hay más retenes, más cinturones de contención, y eso lo que nos indica es que es muy obvio que la estrategia es la detención”.
Sobre esto, el pasado 17 de diciembre Animal Político publicó que, durante el tercer año de gobierno de López Obrador, los elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina participaron en el 82% de las 128 mil detenciones de migrantes ocurridas entre septiembre de 2020 y junio de 2021.
“El INM y la Guardia Nacional trabajan a la par. La detención formal la hace el instituto, pero el operativo lo hace la Guardia Nacional”, dijo entonces en entrevista fray Gabriel Romero, director de la Casa del Migrante La 72, que detalló que entre Tenosique y Villahermosa, en un trayecto de apenas 200 kilómetros, contabilizaron al menos ocho retenes del INM y la Guardia Nacional. “Hablan de rescates, pero es obvio que son detenciones”, enfatizó.
Ahora bien, aunque las cifras indican que la tendencia es que 2022 puede romper el récord histórico de detenciones de migrantes, lo cierto es que la administración de López Obrador, por ahora, está deportando a un ritmo menor que sus antecesores, una situación que también se vio reflejada en las estadísticas del año pasado.
De las 77 mil 626 detenciones que el INM hizo en este primer trimestre, solo se han hecho 26 mil 131 deportaciones, apenas el 34%. Este dato contrasta por ejemplo con el de 2015, con Peña Nieto, cuando en el primer trimestre el 94% de los migrantes detenidos ya había sido deportado, y lo mismo sucede si se compara con 2010, en el sexenio de Felipe Calderón, cuando el 93% también había sido deportado.
Una posible explicación a estas cifras es que, cada vez más, México es también un país de acogida. La Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar) tenía registradas a diciembre pasado más de 123 mil solicitudes de asilo, estadística que superaba por mucho el último récord de 2019, de 70 mil solicitudes.
Aunque tal como también publicó este medio el pasado 9 de enero, en el último año y medio se están registrando también mecanismos de expulsión irregulares.
Desde agosto pasado, Estados Unidos envía en avión a cientos de migrantes con destino a las localidades de Villahermosa, Tabasco, y Tapachula, Chiapas. Allí son recogidos por autobuses del INM y expulsados a Guatemala y Honduras. No hay cifras oficiales sobre cuántos fueron expulsados irregularmente, aunque el Instituto Nacional de Migración de Guatemala tenía calculadas más de 22 mil solo por el paso de El Ceibo, en Tabasco, hasta finales de noviembre pasado, por lo que la cifra es aún mucho mayor.
Es decir, oficialmente se deporta a un porcentaje menor que en otros gobiernos, pero también existe una vía irregular que ninguna otra administración utilizó.
A pesar de todo, el gobierno de López Obrador ha asegurado en múltiples ocasiones que su política migratoria tiene como objetivo “garantizar los derechos humanos” de los migrantes y protegerlos.