Más de 300 investigadores dirigieron una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador para advertirle de las consecuencias ambientales del proyecto del Tren Maya; piden que detenga las obras y se haga una evaluación seria y cuidadosa de los impactos que ha ocasionado.
Destacaron que desde que se anunció el proyecto, en 2018, han buscado diálogo con el gobierno federal y le han expuesto las razones por las que la obra no debía llevarse a cabo, con argumentos y datos que provenían tanto de estudios científicos y del diálogo con los habitantes; sin embargo, nunca hubo respuesta, ningún acercamiento ni diálogo.
“No somos pseudocientíficos, no somos conservadores, no somos adversarios. Somos académicos con trabajo de campo y de gabinete, que tenemos un profundo compromiso con el bien de México”, señalaron ante los constantes dichos del mandatario que los cuestiona por haberse quedado callados en el pasado o los califica de ser “pseudoambientalistas sin convicciones y sin escrúpulos morales”.
Los investigadores aseguraron que no buscan una confrontación sino un diálogo constructivo que permita encontrar alternativas sustentables, respetuosas con las condiciones ecológicas, con la cultura y con la realidad social de los pueblos y las comunidades.
“En la actualidad, las obras de construcción del Tren Maya ya afectan los modos de vida, la biodiversidad, la sustentabilidad, la calidad ambiental y los derechos humanos y existenciales de los pueblos y comunidades que habitan toda la región que dicho proyecto pretende beneficiar”, apuntan.
En la carta, enviada este martes al mandatario, también exponen su preocupación porque se haya otorgado el mando a las fuerzas federales para el desarrollo del Tren Maya. “Al militarizar el proceso y la construcción del megaproyecto, se reducen aún más los mecanismos de protección a la naturaleza y se coloca en situación de vulnerabilidad a los habitantes de la región”.
Asimismo, solicitaron que se destine financiamiento para la restauración social y ecológica de la región y que se realice una profunda discusión, que incluya prioritariamente a los pueblos y comunidades indígenas regionales, sobre la pertinencia de éste y otros proyectos que tiendan a recuperar sus valores ambientales y culturales.
Detallaron que el uso excesivo y la contaminación del agua subterránea, así como el aumento de basura
inorgánica sin procesamiento alguno, ya amenazan desde ahora el abasto de agua; y ven una gran preocupación en la falta de planeación, discusión y evaluación que por ley debió tener esta megaobra.