La apuesta del gobierno federal para brindar atención a la población sin seguridad social, a través ahora de IMSS-Bienestar, es fortalecer en los estados el primer nivel de atención y, sobre todo, el segundo, para evitar que las personas deban canalizarse a los institutos nacionales y hospitales de alta especialidad, de los que hay muy pocos en las entidades.
Así lo explicó Zoé Robledo, director del IMSS, en una conferencia magistral en la Cámara de Diputados durante la Semana de Seguridad Social. El funcionario precisó que todavía se está analizando cómo se dará la atención de tercer nivel o alta especialidad a la población que no es derechohabiente.
Pero de entrada, el planteamiento no es operar el modelo en los estados solo con las cinco especialidades troncales que tiene el IMSS-Bienestar, más tres que lo complementan. La reforma que se hizo en 2019 a Ley General de Salud, explicó Robledo, estableció “que la Secretaría de Salud tiene que plantear un programa estratégico, que es el que estamos trabajando, y ese programa estratégico tiene que tener tres elementos: el modelo, la cobertura y la progresividad”.
Por cobertura, se entiende cuántas especialidades son el piso mínimo y no van a ser, recalcó, las del IMSS-Bienestar. “Serán las especialidades que se atienden en segundo nivel en un hospital regional del Seguro Social, que puede llegar a tener hasta 60 especialidades y subespecialidades”, dijo.
Lo más importante de este planteamiento, aseguró, es que no se puede seguir en la lógica de atender las enfermedades de alta especialidad con el fondo de gastos catastróficos, como lo hacía el Seguro Popular.
“Estos padecimientos deben tener protocolos y guías de práctica médica desde el primer nivel, incluso desde acción comunitaria para la detección. Cuántas personas hay en sus casas con esclerosis múltiple sin detectar, que se pueden detectar con un modelo de ir casa a casa, incluso en coordinación con instituciones como la coordinación de programas sociales del bienestar”, argumentó Robledo.
Respecto de la falta de infraestructura en los estados, aseguró que lo primero es tener personal capacitado que pueda atender a los pacientes. “Por falta de personal no se usan todas las instalaciones, hay espacios muertos en quirófanos, cuando hay una necesidad de atención enorme. El punto es cómo hacemos más eficiente la infraestructura. En Nayarit, donde el modelo ya opera, lo más importante ha sido hacer las residencias para los médicos, porque no había en los hospitales urbanos de segundo nivel, el de Tepic y Santiago”.
Los residentes (médicos que se están formando en una especialidad) serán en buena medida la respuesta para dar atención a los pacientes sin seguridad social. Robledo dijo que muchos hospitales comunitarios se construyeron para 12 camas y no pueden tener médicos residentes porque la norma establece que para eso es necesario tener por lo menos 30 camas. “Fue un error haber construido esos hospitales porque no puedes tener médicos especialistas”, aseveró.
También mencionó que una opción pueden ser los Centros de Atención Temporal, que durante la pandemia le permitieron al IMSS crecer hasta en mil 700 camas y que podrían ser la solución para atender lo más apremiante en cada estado.
Respecto del cambio de estafeta que se hizo, después de que el Insabi se creó para dar atención a la población sin seguridad social, pero al final se eligió para esto al IMSS-Bienestar, Robledo explicó que previo a la pandemia ya había un planteamiento de federalización del sistema de salud y se pensó que el Insabi podría convertirse no solo en un actor concurrente con los gobiernos estatales, sino incluso operador del sistema. Sin embargo, “la pandemia llegó y ese esfuerzo no se interrumpió, pero sí se pospuso, y la misma crisis sanitaria demostró que se debía partir de un modelo ya creado, el IMSS-Bienestar”.
Hasta el momento, la ruta que se ha seguido en 14 estados, a los que probablemente se sume San Luis Potosí este año, es plantear la federalización de los servicios de salud a los gobiernos de los estados; después, se ha estado trabajando en cédulas de levantamiento de datos sobre la operación.
El director general del #IMSS, Mtro. @zoerobledo, participó en la inauguración de la Semana de la #SeguridadSocial, en el @senadomexicano.
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— IMSS (@Tu_IMSS) April 25, 2022
Estos trabajos, en más de 4 mil 200 unidades médicas, no son evaluaciones ni auditorias, dijo Robledo; lo que se está haciendo es verificar, por ejemplo, las brechas en personal en los diferentes días y turnos, cómo es el programa de enfermería y los contratos de servicios, entre otros aspectos.
Esas cédulas de información sirven, agregó, para establecer qué hace falta en ese sistema en atención médica y a partir de ahí saber qué recursos e inversiones se necesitan para cubrir las brechas.
A partir de ese diagnóstico, el siguiente paso es la firma de convenios con los estados respecto de cómo es la implementación, todo sin excluir a los trabajadores de salud de los gobiernos de los estados. La garantía es que no se va a despedir a nadie, afirmó Robledo.
El objetivo es que para 2024 en los estados que así lo hayan decidido, porque la federalización del sistema de salud es voluntaria, ya esté operando la atención a la salud para la población sin seguridad social a través del IMSS-Bienestar.
“Es difícil pensar que el acceso a la salud se iba a resolver con 32 sistemas diversos que tenían alguna rectoría de la Federación, pero que está comprobado que hicieron una fragmentación, por eso la respuesta ahora es federalizar”, dijo Robledo.
En Nayarit, el único estado donde este modelo ya arrancó, el 1 de abril de 2022, en 221 clínicas de primer nivel y 16 hospitales, Robledo presumió que, para solventar la falta de personal, se puso en marcha la Operación Aztlán. “Se convocó a 125 médicos y médicas especialistas provenientes de hospitales y unidades de Baja California, Baja California Sur, Centro Médico Siglo XXI y La Raza de la CDMX, Colima, Edomex, Jalisco, Puebla y Sonora”, dijo.
Para garantizar la atención y los medicamentos, añadió, se pusieron en marcha cinco estrategias: abasto emergente de medicamentos y material de curación, jornada de abatimiento del rezago en estudios de diagnóstico, consultas y cirugías, sustitución y mantenimiento de equipo, capacitación y supervisión en la operación, y ampliación de horarios en el primer nivel de atención.
En la primera jornada de recuperación de servicios en Nayarit al mando del IMSS-Bienestar, se realizaron 131 consultas en unidades médicas, 44 en hospitales y 203 acciones de prevención.