El señor José Burgos lleva varios días más pendiente del cielo que del mar que le da de comer. Es lunes 18 de abril y el hombre dice aliviado que, por fin, el fuerte viento que viene del norte del estado de Quintana Roo ha comenzado a amainar después de semanas sin tregua en las que arrastró hacia el sur toneladas de sargazo.
Aunque más que aliviado, el veterano pescador que es presidente de la cooperativa pesquera Xaman Ha, de Playa del Carmen, parece más bien resignado, pues con viento o sin viento, lo cierto es que la postal ha sido casi idéntica en los últimos siete años: playas llenas de sargazo, un alga marrón que al descomponerse en la orilla ha originado, especialmente el corredor que va de Playa del Carmen a Puertos Morelos y Tulum, escenas de embarcaciones chapoteando sobre un caldo denso de color chocolate.
Ese es el caso de la playa El Recodo, la bahía donde el señor José tiene su base y las embarcaciones turísticas permanecen amarradas flotando sobre aguas pestilentes, en buena parte debido a que la forma geográfica del lugar favorece la concentración de algas.
“Antes teníamos arenales muy amplios, pero con la operación del personal y de las máquinas se ha ido perdiendo toda esa arena blanca”, lamentó José, quien como muchas otras personas lleva años advirtiendo que las medidas para evitar que se repitan una y otra vez las mismas postales de playas fangosas no están dando resultados, aunque hay que matizar que no todas las playas de los más de 90 kilómetros de litoral están en la misma situación.
“En administraciones pasadas no resolvieron este asunto y ahora seguimos a la espera de que sí hagan algo, porque esto nos afecta a todos: a los restauranteros, a los hoteleros, a quienes dan masajes en la playa y a los que tenemos embarcaciones turísticas. Acá, por ejemplo, abordamos a los turistas en otros puntos porque en El Recodo ya está feísimo y la gente de fuera, el turista extranjero, no está acostumbrado a estas condiciones y se pueden hasta enfermar por respirar ese aire”, contó el pescador.
Esteban Amaro es hidrobiólogo y director de la Red de Monitoreo del sargazo de Quintana Roo,kjkk v una organización civil que cuenta con acceso a imágenes de satélite y de un equipo de drones que tiene desplegados por el litoral, así como de cientos de fotografías y videos que a diario mandan turistas, asociaciones de hoteleros y pescadores. Esto, señala Amaro, les permite analizar el avance del sargazo por las aguas caribeñas casi en tiempo real. Y la perspectiva para este 2022 no es nada alentadora.
“La naturaleza no tiene palabra de honor y en este año lo que estamos viendo es que los recales masivos de sargazo se adelantaron mucho más que otros años”, dijo en entrevista para Animal Político.
“En años pasados, la llegada fuerte empezaba hasta junio o julio. En cambio, ahora empezó desde enero, mientras que en marzo y abril estamos teniendo unos recales nunca vistos. Para el mes de febrero llegaron a nuestras costas unos 4 millones de toneladas de algas y para marzo subimos a 6 millones, es decir, hubo un gran incremento y seguramente para abril el aumento será todavía mayor. Las cifras nos indican que este año va a ser un año muy fuerte de sargazo”, explicó Amaro.
La Red de Monitoreo publica diariamente un ‘semáforo del sargazo’ en el que se muestra que, salvo la zona norte de Quintana Roo, en lugares como la zona hotelera de Cancún, Holbox, Isla Contoy, Isla Mujeres, Chiquilá y una parte de la isla de Cozumel, el resto del litoral de la Riviera Maya se ha visto muy afectado durante el arranque del 2022.
El 15 de abril, las autoridades de los tres niveles de gobierno dieron por instalada en Playa del Carmen, la Mesa de Coordinación para la Atención del sargazo en las costas de Quintana Roo, en la que Efraín Villanueva, titular de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente, anunció que en pocos días llegarían al estado 11 buques sargaceros costeros, 16 embarcaciones menores y tractores con barredoras. Además de que comenzaría la instalación de nueve kilómetros de barreras antisargazo.
El contralmirante Alejandro López Zenteno, coordinador de la Estrategia de Contención de Sargazo, informó que ya se habían instalado 97 anclajes y 500 metros de barreras en la zona de Mahahual, así como casi tres kilómetros de barreras para proteger las playas públicas de Playa del Carmen. Además de que ya se estaban desplegando brigadas de limpieza en los municipios.
Todo esto forma parte de la estrategia tripartita para combatir el fenómeno del sargazo que, básicamente, consiste en que la Secretaría de Marina recolecta el sargazo en mar abierto con el buque Natans, especialmente habilitado para ello, mientras que los municipios se hacen cargo de la recolecta en las costas de las playas públicas y los hoteles hacen lo propio en las playas privadas y concesionadas.
La recolecta de sargazo ha ido en aumento año con año, pues de acuerdo con una solicitud de información realizada por este medio, en 2019 la Marina recolectó 542 toneladas, en 2020 aumentó a 808 y en 2021 sustrajo 1 mil 483, esto es hasta 173% más que en 2019. Pese a estos resultados, los esfuerzos parecen insuficientes, pues hay que sumarle que la puesta en marcha del operativo antisargazo llegó tarde este año.
“Pusieron las barreras ya cuando vamos por la tercera oleada de sargazo y cuando la ciudad está otra vez muy lastimada”, lamentó José Burgos, de la cooperativa pesquera Xaman-Ha.
Amaro coincide con esta afirmación: “Esta temporada ha sido muy prematura y quiero pensar que eso ha pillado desprevenido a las autoridades, aunque nosotros, desde inicios de este 2022, advertimos que el sargazo venía en cantidades muy importantes, y aun así no se hizo nada para prevenir esta situación”, denunció.
Más allá de que se reaccionó tarde, el hidrobiólogo advierte que la estrategia antisargazo continúa sin dar resultados a gran escala, luego de que fuera anunciada en 2019 por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Llevamos años viendo que la estrategia no funciona, que ha mostrado una y otra vez las mismas deficiencias. Por ejemplo, ya vimos que las barreras no sirven porque el sargazo pasa por encima, son barreras diseñadas para la contención de manchas de hidrocarburos”.
Amaro plantea que en lugar de dedicar buena parte de la estrategia a recolectar el sargazo ya en la arena, lo cual está generando la contaminación de las playas por los gases que emiten cuando se pudre, se deberían focalizar los esfuerzos en instalar barreras más extensas y robustas en mar adentro y que ello facilite a los buques de la Marina la recolecta de una manera más eficiente.
“Hay que instalar las barreras en la misma orientación que la corriente marina y que sea esta la que se lleve el sargazo mar adentro. Yo siempre digo: ‘al mar lo que es del mar’. Porque, ¿para qué estamos queriendo sacar una cantidad tremenda de biomasa de algas? ¿Para contaminar las playas, la selva y el mar? Ya hemos visto que eso no está funcionando. Hay que replantear la estrategia”.
Laura Artemisa Patiño, presidenta de la organización civil ambientalista Moce Yax Cuxtal, coincide con Amaro: “Lo que pedimos es que el sargazo se recolecte mar adentro porque el impacto es mucho menor; el sargazo en la costa se convierte en lodo y la arena blanca deja ser arena, ya es fango que provoca que todo el ecosistema de alrededor se muera. Por eso la primera alternativa tiene que ser la recogida en mar adentro”.
Rosa Elisa Rodríguez, maestra en Ciencias de la UNAM, lo resume así: “La respuesta de las autoridades frente a la problemática del sargazo continúa siendo reactiva”. En parte, porque la prevención de un fenómeno como el del sargazo es prácticamente imposible. “O sea, de que va a llegar sargazo, va a llegar. Porque para erradicarlo tendrías antes que resolver el problema del cambio climático y eso es francamente difícil”.
Para la académica, el verdadero problema es cómo se le hace frente a este fenómeno, y la respuesta tampoco está en el uso de barreras y de buques.
“Los kilómetros de barrera antisargazo son muy pocos. Son como 15 kilómetros por 800 de litoral en Quintana Roo. Por eso solo se están abocando a las playas públicas. Pero aun así, utilizar un barco, dos o tres para recolectar del mar una cantidad tan infernal de sargazo… pues es nada”, expuso Rodríguez.
Pese a esta realidad, la experta concede que en estos últimos tres años se han producido algunos avances. Por ejemplo, la creación de una plataforma en línea por parte de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) que va a permitir recabar información en tiempo real de cuánto sargazo llega y en qué zonas de Quintana Roo. Esta plataforma aún se encuentra en la fase de pruebas, pero se espera que la puedan utilizar investigadores, empresarios y autoridades.
Otro avance, recalca la investigadora, es el nacimiento de una incipiente industria del sargazo a partir del surgimiento de empresas que recolectan en tierra toneladas de estas algas para convertirlas en fertilizantes y combustibles e incluso en materiales de construcción.
Laura Artemisa Patiño, de Moce Yax Cuxtal, añade otro avance a la lista: la Secretaría de Marina solicitó un muelle en Playa del Carmen para que ahí puedan atracar sus buques y sacar por esa zona el sargazo recolectado.
“Para nosotros es mejor que la Marina tenga un muelle específico para estas labores y que ya no utilicen las llamadas ‘playas de sacrificio’, donde entra la maquinaria pesada a sacar el sargazo, provocando graves afectaciones al ecosistema”, resaltó la activista.
También hizo hincapié en una petición ya añeja de la sociedad civil quintanarroense: se necesita una nueva normativa que regule el uso integral del sargazo.
En julio de 2021, numerosas organizaciones civiles, entre ellas la propia Moce Yax, y otras como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), o el Colectivo Ciudadano Voces Unidas de Puerto Morelos, lanzaron a través de la plataforma change.org la campaña ‘SOS Nos hundimos en sargazo’, que recabó casi 25 mil firmas, en la que solicitaron a autoridades de los tres niveles de gobierno la atención de 10 puntos básicos para atender la crisis del sargazo, entre los que se encontraba la creación de una Norma Oficial Mexicana para el Manejo Integral de Sargazo, así como la solicitud de “recursos económicos suficientes” para que cada municipio pueda instalar barreras de contención y comprar maquinaria marina y terrestre, así como contratar a más personal de limpieza para las playas.
Entre esos puntos también se pedía a las autoridades de la Secretaría de Salud federal, así como a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que analizaran el riesgo para la salud que puede suponer el manejo del sargazo putrefacto en las líneas de costa y que dicho manejo del sargazo se considerara una tarea “de alta prioridad”.
Sin embargo, Fabiola Sánchez, del colectivo Ciudadano Voces Unidas de Puertos Morelos, lamentó que a pesar de la gravedad del tema, ninguna autoridad de ningún nivel les dio una respuesta satisfactoria.
“Se dedicaron a aventarse la bolita unos a otros”, aseguró en entrevista para Animal Político.
Por ello, el sentimiento que permanece en buena parte de la ciudadanía de Quintana Roo y en la sociedad civil es que el problema continúa siendo igual o más grave y que año con año las mismas postales se repiten ante lo que consideran es una estrategia “insuficiente e ineficiente”.
“El sentimiento es que seguimos hundidos en sargazo. Que los avances son muy pocos y que, por el contrario, hay mucha palabrería, mucho ruido, y pocas nueces”, dijo Sánchez.
“Apenas estamos en abril y nos preocupa que no hay las condiciones de infraestructura en los municipios, ni tampoco en la Secretaría de Marina. Vemos que hay muchas notas de prensa de que van a invertir aquí y allá, que van a traer buques. Pero el tema es que, desde hace un año, las autoridades ya sabían que para febrero de este 2022 tenían que estar completamente listos y preparados con todo el equipo, para no tener que reaccionar ahora, cuando ya estamos con el sargazo otra vez encima”, concluye la activista.