En Michoacán, la violencia no cede: los homicidios dolosos suman siete años con tendencia al alza

En Michoacán, pese a los cambios de partido en el gobierno del estado y del despliegue de fuerzas federales —incluyendo a la Guardia Nacional—, la violencia no para. De 2015 a 2021, los homicidios dolosos en la entidad tuvieron un incremento de 186.97%, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Este delito ha mantenido una tendencia al alza a lo largo de los últimos siete años. En 2015 —cuando el SESNSP cambió la metodología para contabilizar los delitos en el país—, se registraron 952 asesinatos; en 2016, fueron mil 450; en 2017, Michoacán cerró con mil 481, y en 2018, con mil 623.

Este año, la más reciente muestra de los problemas de violencia en la entidad ocurrió el pasado domingo 27 de febrero en la comunidad de San José de Gracia, municipio de Marcos Castellanos. Un grupo armado atacó a las personas que se encontraban en un velorio, lo cual, según Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad federal, fue por una “venganza” entre jefes de células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Tras esta agresión, las autoridades aún desconocen el número de víctimas. Reportaron que, al llegar al lugar, no encontraron cuerpos y el sitio estaba recién lavado. Pero de acuerdo con videos y testimonios, el ataque pudo dejar al menos una decena de personas asesinadas.

Michoacán, foco rojo

En México, de acuerdo con un reporte del gabinete de seguridad, son 16 los grupos criminales que actualmente disputan el control de las rutas del narcotráfico y el narcomenudeo. Según el documento, estas organizaciones también tienen la capacidad para lavar dinero obtenido de estas y otras actividades ilícitas.

El pasado 8 de febrero, elementos del Ejército, en coordinación con la Guardia Nacional y la policía de Michoacán, ingresaron al municipio de Aguililla, que desde abril de 2021 se encontraba bajo asedio del grupo criminal y donde los habitantes pedían ayuda por los constantes enfrentamientos.

Además, los grupos de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, combatidos durante el sexenio pasado, tampoco están del todo desarticulados. Aunque están divididos, ambos mantienen presencia en Michoacán, Guerrero y Estado de México.

Aunque el presidente López Obrador ha asegurado en repetidas ocasiones que en su gobierno “ya no hay masacres”, la realidad para los michoacanos es otra.

En Michoacán, son varios los enfrentamientos y las masacres registrados en los últimos años. El 20 de agosto de 2021, un enfrentamiento entre civiles armados y militares en Tangamandapio dejó siete muertos. Dos meses después, seis personas murieron y dos más resultaron lesionadas luego de un ataque armado afuera de un bar en Morelia.

Otro hecho en noviembre pasado fue el asesinato de nueve jóvenes —de entre 14 y 17 años— y de dos adultos en Tangamandapio. Eran jornaleros, estudiantes, deportistas y padres de familia sin relación con el crimen. Una semana después, los cuerpos de siete personas fueron encontrados dentro de un vehículo en el municipio de Hidalgo.

En enero de 2022, sobre la carretera La Trasquila-San Ángel, fueron hallados los cuerpos de cinco personas y otras siete fueron asesinadas en una agresión a un domicilio en la ciudad de Zamora.

Dentro de este contexto, ambientalistas y activistas se ven amenazados por su labor, y productores aguacateros se vieron afectados recientemente al no poder enviar durante varios días su producto a Estados Unidos, debido a amenazas criminales contra un oficial estadounidense que realizaba labores de inspección.

A la fecha, pese a la estrategia del gobierno federal para combatir la inseguridad, Michoacán se mantiene entre los estados con un mayor número de homicidios a nivel nacional.