La justicia estadounidense condenó este miércoles a 10 años de cárcel a Iván Reyes Arzate, excomandante de la Unidad de Investigación Sensible de la policía federal mexicana y uno de los principales contactos de la DEA en México, informó el tribunal de Brooklyn.
Reyes Arzate se había declarado culpable el pasado octubre de conspirar para enviar cocaína a Estados Unidos.
Según las autoridades judiciales, recibió al menos 290 mil dólares a cambio informar sobre el estado de las investigaciones conjuntas estadounidense-mexicanas al grupo narcotraficante El Seguimiento 39, asociado con el cártel de Sinaloa, el del todopoderoso Beltrán Leyva, y otras bandas en México, para introducir cocaína a Estados Unidos.
“Reyes Arzate cerró los ojos con los traficantes de droga, haciendo que pudieran operar con impunidad, cuando era jefe de la policía federal de México”, dijo en el juicio el agente de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) Ray Donovan.
Un jurado lo declaró culpable el 24 de enero de 2020 de tres delitos de conspiración internacional para distribuir cocaína en Estados Unidos entre septiembre y noviembre de 2016.
La justicia determinó que el contacto de la DEA en México “abusó de su posición al otorgar asistencia a carteles mexicanos de la droga a cambio de al menos cientos de miles de dólares”, entre 2008 y 2016, dijo el entonces fiscal de distrito Richard Donaghue.
El expolicía estuvo asignado desde 2003 a 2016 a la Unidad de Investigación Sensible (UIS). En 2008 fue nombrado jefe de la unidad y principal contacto para compartir información con el personal de Estados Unidos y otros colegas de la agrupación.
La UIS está integrada por policías mexicanos que luchan contra el narcotráfico, el lavado de dinero y otros delitos en cooperación con agentes de la DEA estadounidense. Sus integrantes reciben entrenamiento en la sede de la agencia en Estados Unidos y tienen información sobre las investigaciones en marcha del país vecino.
Reyes Arzate se entregó en 2018 en Chicago tras ser acusado de filtrar información sensible a cárteles de la droga mexicanos.
Fue condenado ese año en Chicago a 40 meses de cárcel. Según la Oficina de Prisiones de Estados Unidos, debía ser liberado el 27 de enero de 2020 para ser deportado a México, pero un gran jurado de Nueva York decidió acusarlo de conspiración para traficar drogas hacia Estados Unidos.
El caso recayó en el juez Brian Cogan, quien presidió el juicio contra el exjefe del cartel de Sinaloa Joaquín “Chapo” Guzmán, y lleva adelante el caso por narcotráfico contra el exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna.