La recuperación económica mundial se frenará a consecuencia de las nuevas oleadas de infecciones de COVID-19, los problemas del mercado laboral y las crecientes presiones inflacionistas, informó este jueves la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En específico, los países de la región de América Latina y el Caribe se enfrentarán a un panorama difícil para 2022 y 2023, como resultado de la desaceleración del crecimiento económico exterior. Esto, tras el fuerte repunte económico que hubo el año pasado.
Así lo reportó el organismo en el informe de la Situación y Perspectivas de la Economía Mundial (WESP, por sus siglas en inglés) 2022, publicado este 13 de enero.
En este reporte se prevé que la producción mundial crezca sólo un 4% en 2022 y un 3.5% en 2023, después de expandirse un 5.5% en 2021.
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Y en el caso de América Latina y el Caribe, se pronostica un crecimiento del PIB del 2.2% este año, por debajo del 6.5% que se obtuvo en 2021 cuando las actividades económicas se recuperaron de la recesión ocasionada por el coronavirus.
“Además, la región se benefició de unas condiciones externas favorables (en 2021), como la fuerte demanda de China y Estados Unidos, los altos precios de las materias primas y el aumento de las entradas de remesas”, indicó la ONU.
Sin embargo, ni el 2022 ni el 2023 pintan mejor para la región, ya que muchos de los bancos centrales seguirán subiendo los tipos de interés para controlar la inflación, mientras que los gobiernos se irán apartando cada vez más del estímulo fiscal.
El informe advierte que aunque la actividad económica se recuperó en 2021, la creación de empleo ha sido insuficiente en términos de cantidad y calidad.
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Lo anterior ya que en la mayoría de los países de la región las tasas de desempleo siguen siendo significativamente altas, las tasas de participación más bajas que antes de la pandemia y el empleo informal representa una gran parte de los puestos de trabajo creados durante la recuperación.
La ONU apuntó que quienes han sido más afectados por el deterioro del mercado laboral son los jóvenes, las mujeres y los trabajadores con menor nivel de formación.
Por otro lado, el organismo señaló que en 2021, la inflación media de los precios al consumo en la región alcanzó su nivel más alto en dos décadas, impulsada por la liberación de la demanda reprimida, la escasez de oferta, el aumento de los precios de los bienes y servicios importados debido a la depreciación del tipo de cambio y, sobre todo, el aumento de los precios de los alimentos y la energía.
Como consecuencia, los bancos centrales de la región han subido los tipos de interés para frenar la inflación y evitar el desanclaje de las expectativas de inflación, algo que continuará en 2022.
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La cuestión, se aseguró en el informe, es la agresividad con la que los bancos centrales elevarán los costes de los préstamos en vista de una recuperación todavía frágil e incompleta.