Médicas residentes de los servicios de terapia intensiva, cirugía y anestesiología del Hospital de Las Américas de Ecatepec, en el Estado de México, denuncian que tanto médicos adscritos, como jefes de servicio y residentes de mayor jerarquía les gritan, las insulta, las castigan y las acosan sexualmente.
Tres médicas que están haciendo en este hospital su especialidad (lo que se conoce como residencia médica y que incluye tanto actividades académicas como operativas en la atención de pacientes y procedimientos), quienes pidieron omitir sus nombres reales por temor a represalias, contaron a Animal Político las malas experiencias que han tenido y como cuando tratan de levantar quejas, las mandan al psicólogo, porque “son ellas las que están mal” o les dicen que así es y se tienen que aguantar.
Irma, residente de Cirugía, cuenta que en este servicio en el Hospital de Las Américas hay mucha misoginia y malos tratos hacia las médicas en formación. En una ocasión, asegura, un médico adscrito les preguntó qué películas les gustaba ver en su tiempo libre, cuando una de las residentes respondió que veía películas de Tarantino, el médico respondió: “por eso las matan”.
“Nos dicen muchas cosas muy ofensivas –prosigue Irma–, una vez, por ejemplo, un médico adscrito del turno nocturno me dijo que debería hacerme una TAC (tomografía computarizada de la cabeza) porque seguro tenía un hematoma cerebral. Desde entonces el jefe de residentes hace comentarios al respecto, burlándose de la forma en la que el doctor me insultó”.
Ese mismo jefe de residentes, que en realidad también es un médico en formación pero que cursa ya el tercer año de la especialidad, asegura Irma, le impide entrar a cirugías, con el pretexto, dice, de que ella no está pendiente del quirófano, además, acusa que le ha impuesto guardias de castigo.
“Me castigó con asistir todos los días, en los meses de abril y mayo de este año, a pasar visita a todos los pacientes de cirugía, incluyendo terapia intensiva, COVID y piso de neurotrauma, porque según no hice una nota médica que en realidad él debió hacer, así que tenía yo que llegar a las 4:30 de la mañana y salir a las 8 de la noche para poder cumplir con el castigo, a pesar de que en ese tiempo solo se realizaban guardias mínimas por la pandemia y pese a lo inseguro que es la zona donde está el hospital, en Ecatepec”.
Aunque son pocos los residentes que se atreven a denunciar públicamente lo que viven en los hospitales, este maltrato es una realidad común para muchos y se replica de una generación de estudiantes a otra, sin que las instituciones actúen para corregirla, salvo en casos particulares.
En las últimas semanas, varios hechos han puesto en el ojo público este problema. El 28 de octubre pasado, por ejemplo, El Instituto de Seguridad del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) dio de baja a cinco residentes, y se suspendió temporalmente a otros 17, derivado de la “novatada” a sus compañeros de recién ingreso en el Hospital Regional de Tlalnepantla.
Entérate: Internos, médicos residentes y prestadores de servicio social: héroes anónimos o carne de cañón
En un comunicado, el ISSEMyM indicó que las agresiones contra médicos residentes de la especialidad en ortopedia y cirugía articular habrían sucedido el 8 y 9 de julio, mismas que fueron dadas a conocer por el diario Reforma.
En septiembre se estrenó, en el Shorts México, Festival Internacional de Cortometrajes, el documental Resiste Residente en el que justamente se denuncian las agresiones y malos tratos que viven estos médicos en formación en los hospitales y cómo esto afecta su salud mental.
“Querer llorar cada vez que tienes que venir al hospital no es normal”, dice una de las residentes en este documental.
De acuerdo con datos de la Encuesta de Médicos en Formación 2021, realizada por las organizaciones de la sociedad civil Nosotrxs, y el Colectivo de Médicos en Formación, a 2 mil 458 personas en los 32 estados de la república, el 40.2% señaló haber sido acosado sexualmente durante sus actividades formativas, y el 40.5% reportó haber sufrido algún tipo de agravio a su persona en la universidad y campo clínico.
Francisco Zapata, presidente de la Asociación Mexicana de Médicos Residentes e Internos, señala que de 2015 a la fecha han recibido 200 denuncias formales, que se ingresaron ante las autoridades de Salud o de las instituciones educativas, por casos que van desde el maltrato hasta la violación y el abuso sexual o el secuestro.
Denuncias informales que los residentes solo interponen ante esta asociación, Zapata asevera que tienen más de mil. “El maltrato es algo cotidiano, muy regular, donde los que tienen mayor jerarquía, desde adscritos hasta residentes de cuarto o tercer año, ejercen violencia sobre quienes consideran de menor rango, además las amenazas para callar esto también son muy frecuentes”.
Amparo Vera, integrante de la Asamblea Nacional de Médicos Residentes, explica que el sistema en el que están inmersos es muy jerárquico, “y los residentes de mayor jerarquía, los de cuatro o tercer año, que sufrieron castigos y burlas le hacen lo mismo a los de primer o segundo año, en lugar de romper el círculo. A eso se suma que los residentes no se toman como un recurso humano en formación sino para suplir las faltas de personal y hacer el trabajo de los adscritos, que también abusan y los castigan”.
Andrés Castañeda, del Colectivo de Médicos en Formación y la organización Nosotrxs da un ejemplo de por qué los residentes más que para formarse en una especialidad están en los hospitales en la línea de batalla.
“En el Instituto Nacional de Pediatría, por ejemplo, hay 215 médicos contratados, de ellos, en las tardes, noches y fines de semana solo trabajan 17, esto hace que los residentes tengan una enorme carga de trabajo y genera también un ambiente tóxico, donde los residentes de mayor jerarquía se vuelven dueños del piso porque los adscritos no se quieren meter”, sostiene Castañeda.
En el Hospital de Las Américas en Ecatepec cuando los residentes se quejan con el profesor titular de la especialidad de cirugía general o con la jefa de enseñanza, la doctora Perla Saucedo, lo que obtienen son más malos tratos o el señalamiento de que están percibiendo las cosas peor de lo que son y que deben ir a valoración psicológica en el hospital, asegura Irma.
En eso coincide “Hortensia”, residente del área de terapia intensiva en este hospital. A ella también la han enviado al psicólogo cuando se ha quejado de los malos tratos que recibe en la institución. “La doctora Perla incluso nos dice que nos tenemos que aguantar, que por algo decidimos hacer la residencia, que es parte de esto, que a ella la trataban peor, siempre nos dice lo mismo”.
Hortensia dice que su jefe de residentes también le grita y que incluso una vez le levantó la mano. “Me grita porque según él no hago lo que me dice, pero es que, por ejemplo, me pide entrar al área COVID, cuando acabo de salir o que vaya a una interconsulta COVID y después que me regrese otra vez a esta área, cuando se supone que no se hacen las dos cosas, pero me dice que si él me da una orden tengo que callarme y hacerlo”.
En este servicio de terapia intensiva, Hortensia afirma que se han dado casos de acoso sexual por parte de residentes hacia las compañeras, pero cuesta mucho trabajo que les hagan caso ante las denuncias y que las cambien de guardias para no estar con los compañeros agresores.
Los castigos con jornadas más largas por procedimientos o labores que supuestamente deben hacer, pero que en realidad son responsabilidad y decisión de los médicos adscritos, y el trato diferenciado también son la norma. “A quienes se llevan bien con el jefe de residentes los ponen de guardia con quienes ellos quieren, es el efecto simpatía y eso está muy mal, al resto nos rolan y nos rolan y nos ponen con compañeros de quienes ya nos hemos quejado”, asegura.
En el servicio de anestesia del Hospital de las Américas las quejas también se acumulan. “Los médicos que nos reciben el turno nos regañan o nos castigan por la forma en que se hacen los procedimientos, cuando nosotros no decidimos eso, sino el adscrito; es decir, pretenden que nosotros le digamos al médico responsable que eso no se hace de tal o cual forma, ¿para qué, para que entonces sea él el que nos regañe o nos castigue?”, dice Sonia, una residente de este servicio.
Ella también habla de un trato marcadamente diferenciado entre quienes tienen la simpatía de los jefes y quienes no. “Si yo llego un minuto tarde, me castigan, pero hay quien puede llegar media hora tarde. Cuando mis padres han estado enfermos y yo me retraso para llegar o pido ausentarme, la jefa de servicio me dice que mis problemas personales no le interesan a nadie, que yo decidí hacer una residencia y tengo que cumplir; mientras que a otros compañeros los dejan faltar hasta cuando su perro está enfermo”.
Andrés Castañeda, del Colectivo de Médicos en Formación y Nosotrxs, señala que los residentes se encuentran en un limbo, en el que no saben a quién acudir para poner sus quejas. En la encuesta realizada a residentes y médicos internos, el 54.3% dijo no saber a qué autoridades dirigirse para atender cualquier situación de violencia.
Esto pese a que la NORMA Oficial Mexicana NOM-001-SSA3-2012, Educación en salud. Para la organización y funcionamiento de residencias médicas estipula que estas deben contar con el reconocimiento de una institución de educación superior y que la organización y el funcionamiento de las mismas debe tener como base la celebración de un convenio específico de colaboración entre la institución de salud y la de educación superior, en el que se especifiquen las obligaciones que ambas asumen.
Para coadyuvar a la organización y funcionamiento de las residencias médicas, dice la NOM, los responsables de enseñanza de las unidades receptoras de residentes deben mantener una relación funcional con las instituciones de educación superior que avalan las residencias médicas.
Pero “en muy pocos hospitales, las universidades verifican lo que pasa con los residentes y ellos no saben bien a bien con quién quejarse, además tienen miedo: en este país cuesta mucho trabajo conseguir un lugar para hacer una residencia médica y una autoridad (en los hospitales) puede decidir terminar con esa oportunidad si te quejas”, señala Castañeda.
Por eso desde estos colectivos se brinda acompañamiento a los residentes. “Lo que les pedimos es que se unan entre compañeros e ingresen escritos a sus universidades y a las instituciones de salud reportando las situaciones que viven, así en colectivo es más fácil porque se exponen menos a un mayor acoso y a los castigos. Es algo difícil y largo, pero es el camino para ir sentando precedentes para un cambio”, dice Vera.
Eso hicieron los residentes del servicio de anestesiología del Hospital de Las Américas, ingresaron una queja que llegó al Comité de Enseñanza e Investigación de esta institución, por los malos tratos y castigos sobre todo durante las guardias de fines de semana.
Además, residentes de cirugía y terapia intensiva han ingresado quejas, de las que Animal Político tiene copia, a la Jefatura de Enseñanza e Investigación del Hospital de Las Américas y han pedido su cambio a la Coordinación de Residencias Médicas en el Departamento de Enseñanza de la Unidad de Enseñanza, Investigación y Calidad del Instituto de Salud del Estado de México.
Sin embargo, la Secretaría de Salud de esa entidad, a la que Animal Político le solicitó una entrevista para hablar de las quejas de los residentes en el Hospital de Las Américas de Ecatepec, respondió, a través de una tarjeta informativa, que solo hay una queja ingresada por parte del servicio de anestesiología.
“En relación a las supuestas denuncias por malos tratos a médicos residentes de la especialidad de anestesiología, adscritos al turno especial diurno, en el Hospital General “Las Américas” en Ecatepec – dice la tarjeta- la Secretaría de Salud del Estado de México informa que el Comité de Enseñanza e Investigación del nosocomio dio atención puntual al documento signado por médicos residentes, en el que manifiestan un supuesto abuso de autoridad, el incremento de horas extras a su horario de guardia, así como faltas de respeto hacia su persona y/o apariencia por parte de médicos adscritos al área de anestesiología”.
La dependencia señala que el pasado 12 de noviembre, autoridades del hospital, en sesión extraordinaria del Comité de Enseñanza e Investigación, determinaron iniciar, a través del área de Recursos Humanos, los procedimientos administrativos para fincar las responsabilidades correspondientes a las y los servidores públicos que resulten responsables.
Además, en la tarjeta se señala que con el fin de salvaguardar a las y los médicos residentes y evitar cualquier situación a su persona, se determinó como medida precautoria reubicarlos en otros turnos y que la Secretaría de Salud no tolerará ningún acto que vaya en detrimento del desarrollo de los residentes.
Pero sobre las quejas en otros servicios como cirugía o medicina interna, la oficina de comunicación de la dependencia negó tener algún registro.