El anuncio del hallazgo de un centro de exterminio en Nuevo Laredo, Tamaulipas, ha generado incertidumbre en decenas de familias que buscan a sus desaparecidos en la zona. Según dijo Karla Quintana, de la Comisión Nacional de Búsqueda, en una zona cercana al kilómetro 26 de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo fueron hallados construcciones con indicios de crematorios ilegales de cuerpos, palas, hachas y otros objetos que permiten pensar que el lugar todavía estaba activo.
La situación de inseguridad en el área, las inconformidades de algunas familias por el flujo de la información y la petición de la CNB de integrar las carpetas de todos los desaparecidos en la zona marcan un hallazgo que vuelve a situar a Tamaulipas como un foco rojo dentro del mapa del horror en México. Por el momento hay varios familiares colaborando con la Fiscalía General del Estado de Tamaulipas en las exhumaciones y otros tantos que han decidido no sumarse y que son críticos con el manejo de los datos. Un grupo se manifestó el jueves en Monterrey para mostrar su inconformidad por la confirmación pública. “Se debía hacer con más tacto”, dijo Juana María Prado Vega, esposa de Pedro Jesús Castro Villarreal, desaparecido el pasado 23 de abril. Otras asociaciones, como el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, solicitaron más información para las familias.
El hallazgo tuvo lugar a mediados de agosto en una brecha ubicada cerca del kilómetro 26 de la carretera entre Nuevo Laredo y Monterrey. Ahí, según dijo la comisionada Karla Quintana, en un lugar de casas abandonadas, había material preparado para hacer desaparecer cuerpos, lo que le llevó a pensar que se trata de un centro de exterminio. El espacio podría tener su analogía con La Bartolina, el predio ubicado a escasos kilómetros de Matamoros que fue descubierto en 2016 y donde se trabaja diariamente desde el mes de agosto. Aquí, sin embargo, no se han hecho públicos el número de cuerpos o los restos que se podrían haber hallado. Hay dos elementos relevantes en este descubrimiento: por un lado, que se trataría de un centro que todavía estaría activo. Por otro, la fuerte presencia del crimen organizado en la zona, lo que convierte la búsqueda en una labor muy peligrosa.
Te puede interesar: Hallan sitio de exterminio en carretera Monterrey-Nuevo Laredo, zona de decenas de desapariciones
En junio de este año, el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos Nuevo León (FUNDENL) lanzó una alerta: se estaban multiplicando las denuncias de desapariciones en la carretera entre Monterrey y Nuevo Laredo. En un primer momento las autoridades reconocieron una veintena de casos, pero dos semanas después ya eran 70 personas a las que se busca. Actualmente no hay una cifra oficial aunque el colectivo Todos Somos Uno, fundado por familiares de desaparecidos en esta carretera, tiene 158 familias en sus filas. Las víctimas tienen algo en común: la mayor parte de ellas son hombres que trabajaban en el transporte, tanto manejando tráileres como vehículos de aplicaciones como Uber o Didi.
El hallazgo ha generado gran incertidumbre entre las familias que buscan a sus desaparecidos. El anuncio realizado por Karla Quintana supuso, para Juana María Prado Vega, la confirmación de lo que ya conocían: que allí había un lugar usado para asesinar personas. Y eso desató el terror en muchas de sus integrantes, temerosas de que los restos que se hallaran en la zona pudiesen ser de alguno de sus familiares. Integrantes de Todos Somos Uno se manifestaron en Monterrey y reclamaron que haya una mayor intervención de las autoridades federales.
El Comité por los Derechos Humanos de Nuevo Laredo hizo público un comunicado en el que solicitaba al gobierno federal y al de Tamaulipas más información. Raymundo Ramos, su presidente, solicitó “que se abra un espacio de comunicación y se informe sobre el resultado de la diligencia sin comprometer la carpeta de investigación”.
Otros grupos como FUNDENL, que es quien primero levantó la voz sobre las desapariciones en la carretera, denuncian que las autoridades no les han brindado datos.
En el lugar sí hay algunos familiares que están colaborando con la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas y las comisiones estatal y nacional ya que desde febrero se estaban realizando labores de búsqueda.
La CNB emitió un comunicado en el que pidió que se pudiesen integrar todas las carpetas de investigación de las personas desaparecidas para que nadie quede fuera. Con esto se buscaría evitar una situación como la registrada en La Bartolina, donde en el mes de agosto hubo diferencias entre dos colectivos a cuenta de quién debía estar en las labores de exhumación.
Fuentes de la Fiscalía de Tamaulipas explicaron que, por el momento, no está previsto informar públicamente de los hallazgos pero que se están realizando reuniones con las familias, la última el 3 de septiembre.
En medio del hallazgo y del incremento de los operativos policiales en la zona hay un hecho demoledor: que las desapariciones se siguen produciendo a pesar de la presencia policial.