La Auditorías Superior de la Federación (ASF) gastó 2 millones 992 mil pesos para hacer remodelaciones en su sede de Avenida Morelos –a una cuadra de Reforma– que se encuentra en desuso desde 2017 para empleados, pero que el auditor federal, David Colmenares, utiliza como oficina alterna.
Las remodelación consistió en rehabilitación de espacios y la instalación de regadera, cocineta con parrilla eléctrica y clóset en el inmueble de la calle Morelos, número 82 en la colonia Centro. Una adecuación similar a la hecha en el despacho de Colmenares en el edificio del Ajusco, como reveló Animal Político este lunes.
De acuerdo con fuentes de la ASF, el auditor David Colmenares también despacha en el inmueble de Morelos alternándolo con su oficina del edificio en el Ajusco, pese a que este último debía ser la única sede, pues su construcción costó alrededor de 2 mil millones de pesos y solventaba las necesidades para albergar a los 2 mil 500 empleados de la Auditoría, que hasta antes de 2017 trabajaban en las sedes de Morelos y Coyoacán.
Aunque Animal Político solicitó postura a la Auditoría respecto a esta remodelación en un edificio donde ya no hay empleados, tampoco hubo respuesta.
De acuerdo con el contrato final, la rehabilitación en el edificio de Morelos ascendió a 2 millones 992 mil pesos con impuestos, pero de acuerdo con el arquitecto y desarrollador Marco Gutiérrez, quien revisó la convocatoria, los planos y fichas técnicas de la obra, se trata de un monto superior a la cotización para una remodelación de esa naturaleza.
Esto porque, según los documentos, utilizaron materiales sencillos para “cambios muy por encima” y sin nada suntuoso que pudiera elevar el costo, como sí ocurrió con el despacho del Ajusco que tuvo zoclos de mármol, recubrimientos de encino y una puerta de altísima seguridad, entre otros, que tuvieron un costo total de 2.6 millones de pesos.
Por las fichas técnicas de los materiales y las obras del contrato, explica Gutiérrez, la cotización sería de 4 mil 500 pesos el metro cuadrado y por una intervención de hasta 250 metros cuadrados mencionados en los planos, el costo ascendería a un millón 300 mil pesos, aproximadamente, pero la Auditoría habría pagado 2.6 millones pesos de más.
La empresa que realizó las obras fue Construideas Innovación y Desarrollo S. A. de C. V., la misma que hizo el despacho del auditor en el Ajusto y que es administrada por Lucio Revilla Pérez. Para este contrato, otra vez, la Auditoría no hizo una licitación, sino que invitó a tres empresas a presentar cotización y eligió a la misma en las dos ocasiones. La empresa no respondió a la llamada de este medio.
Además, se trató de una erogación en un edificio que no ocupan más empleados, pues los funcionarios del Instituto de Capacitación y Desarrollo en Fiscalización Superior (ICADEFIS) que trabajaban ahí, fueron enviados al nuevo edificio desde 2017.
Animal Político acudió al inmueble para ver las obras de remodelación, pero el guardia aseguró que no había ningún funcionario que pudiera atender la petición porque nadie trabajaba ahí y solo permitiría el acceso por órdenes de funcionarios del Ajusco.
Esto está confirmado por el directorio oficial de la Auditoría, pues no hay ningún funcionario registrado en esa sede. Todos están en oficinas del edificio del Ajusco en la colonia Fuentes del Pedregal, según consta en listado publicado en su página de internet.
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La ‘optimización y rehabilitación de espacios’ ocurrió entre el 6 de noviembre y el 5 de diciembre de 2020, según consta en el contrato, es decir, en pleno periodo de pandemia de COVID por lo que, además, la mayoría de empleados trabajaban desde su casa.
De acuerdo a los planos, habilitaron una oficina principal con baño completo, con regadera y accesorios marca Helvex, una cocineta con parilla eléctrica marca Teka y un clóset de madera. Además de un área para sofá con mesa de centro, una sala de juntas y añadieron una recepción.
En el resto de áreas colocaron cubículos, cambiaron plafones, rehabilitaron muros, cambiaron puertas en varias áreas de la planta baja, pero en ninguna parte del contrato y las fichas técnicas se habla de materiales de lujo ni intervenciones de mayor complejidad.
Las obras, además, sí se hicieron, según reconoció la misma Auditoría, pues el acta de entrega recepción firmada el 14 de diciembre de 2020 por Mauricio Sánchez y Sergio García, director de Infraestructura y coordinador de Auditores Administrativos de la ASF, respectivamente, establece que tanto la institución como el contratista “realizaron la verificación de la debida terminación de los trabajos conforme a las condiciones establecidas en el contrato”.
Mientras que el acta de finiquito, del 17 de diciembre de 2020, se asienta que hubo una “segunda verificación de la debida terminación de los trabajos, determinándose que su ejecución cumplía cabalmente con las condiciones del contrato”. Además, se explica que el monto final, después de un convenio modificatorio, ascendió a 2 millones 992 mil pesos.