La Auditoría Superior de la Federación (ASF) “remodeló” el piso 12 de su edificio, donde despacha el auditor David Colmenares, para instalar servicios como regadera, calentador de agua, extractor de vapores, clóset y vestidor, todo con acabados de lujo, que sumaron 2 millones 646 mil pesos de recursos públicos.
De acuerdo con el contrato realizado en diciembre de 2019, se trató de una “optimización de espacios” pero implicó retirar el baño para personas con discapacidad, muros, cancelería, pisos de mármol, recubrimientos de madera, accesorios eléctricos, de voz, datos y aire acondicionado, que apenas tenían dos años de uso, toda vez que el edificio, ubicado en el 167 de la Carretera Picacho-Ajusco, en la colonia Ampliación Fuentes del Pedregal, había sido inaugurado en 2017 con todo lo necesario para albergar a 2 mil 500 empleados, y cuyo costo ascendió a casi mil millones de pesos.
El área intervenida fue de 165 metros cuadrados, según se establece en el requerimiento para colocar falso plafón como parte de los acabados, además del zoclo de mármol, recubrimientos de encino y piso de cerámica. Dicha extensión es equivalente a cuatro casas de interés social de hasta 48 metros cuadrados.
Esta “remodelación” ocurrió a un año y nueve meses del nombramiento como Auditor Federal de David Colmenares, quien es originario de Oaxaca y tiene casa en la colonia residencial San Felipe, misma que visita con regularidad los fines de semana, según han atestiguado residentes oaxaqueños y personal de la Auditoría.
Animal Político solicitó entrevista a la Auditoría pero se negaron a dar algún posicionamiento al respecto y tampoco permitieron la entrada al piso 12 para poder observar el espacio remodelado, pese a que se trata de un edificio de la administración pública y las obras fueron pagadas con presupuesto público.
Sin embargo, la autoridad facultada para revisar la actuación de la Auditoría es la Comisión de Vigilancia de la ASF de la Cámara de Diputados, toda vez que la Auditoría un órgano técnico que depende del Legislativo y -si lo determina necesario- podría citar a comparecer al Auditor Federal. La comisión está presidida por el diputado del PRI, Guillermo Angulo Briceño y como secretarios, Raymundo Atanacio, Lidia García e Inés Parra, de Morena.
Por el momento, el único con acceso al área remodelada es el auditor, relatan empleados que pidieron anonimato por temor a represalias. Además, el paso está restringido por una puerta corrediza de cristal templado de 12.7 milímetros de grosor, con sistema de mando con funciones ‘selft-learning & self monitoring’ y electro-cerradura para bloquear la puerta en modo noche o con control de acceso.
Esa puerta por la que la Auditoría pagó 174 mil pesos, más 23 mil pesos de instalación, también tiene un selector de cinco posiciones (auto-apertura, parcial, solo salida, apagado, cerrado), además de un sistema de amortiguación de sonido y vibraciones.
El arquitecto Sergio Beltrán-García revisó los documentos y explicó que se trata de una puerta de “altísima especialidad y tendría que justificarse por qué una institución como la Auditoría necesitaría una puerta con ese nivel de seguridad”.
Otro investigador urbanista, que pidió no publicar su nombre, concluyó que “al desmantelar la oficina anterior, quitar mobiliario, cambiar canceles de lujo y poner lambrín de madera de encino es claramente la remodelación de una oficina personal. Eso no lo pones en una oficina de atención al público, por el cuidado y mantenimiento que requiere, sino en una de lujo”.
En esto coincidió el ingeniero Luis Gallo socio de la desarrolladora Sequoia con más de 20 años de experiencia. Los requerimientos fijados en la convocatoria de la Auditoría, afirmó, corresponden al tipo de oficina de lujo que la iniciativa privada dispone para sus más altos directivos.
El procedimiento de la obra ocurrió a través de la invitación a tres empresas en la convocatoria ASF-DGRMS-OP-02/2019 publicada el 12 de diciembre de 2019 y la empresa ganadora fue Construideas Innovación y Desarrollo S. A. de C. V., según consta en el contrato obtenido por Animal Político, firmado el 20 de diciembre del mismo año.
Desde la convocatoria, la ASF hizo requerimientos muy específicos sobre las obras incluso precisando marcas, como la mezcladora para regadera modelo e-50, barra de seguridad recta modelo br-470, regadera de plato cuadrado h-3013 y manerales modelo C-69, todos marca Helvex; además de un sistema extractor de vapores marca Systemair para regadera en baño y suministro e instalación de coladera.
También suministro e instalaciones del calentador de agua de salida de agua potable para alimentación de calentador de agua marca Bosh modelo Tronic 4000C 9.5 & 12 kW., advierten los anexos de la invitación para participar en el contrato.
Entre los “muebles sobre diseño” estuvo un clóset con vestidor de madera por el que Auditoría pagó 51 mil 923, mientras que por otro mueble de madera referido como “guarda grande” pagó 88 mil 812 pesos y por la “guarda chica”, 28 mil 238 pesos. Mientras que el equipo de extracción de olores y gases en cocina, incluyendo una campana decorativa para pared marca Teka, costó 36 mil 196 pesos.
Los acabados solicitados fueron loseta cerámica marca Interseramic, zoclo de mármol, cancelería con cristal templado y lambrín de madera de encino (recubrimientos de muros) y bastidor de madera de pino.
Estas obras fueron realizadas en 15 días -entre el 20 de diciembre y el 5 de enero de 2020 durante el periodo vacacional decembrino- según consta en el documento firmado por José Ignacio Silva Márquez, director general de Recursos Materiales y Servicios de la ASF; Gerardo Gangoiti, director de recursos financieros; Laura Sosa, subdirectora de Apoyo Jurídico y el administrador único de Construideas, Lucio Revilla.
El primer contrato, del 20 de diciembre, ascendió a 2 millones 282 mil pesos, pero el 5 de febrero de 2021 firmó un contrato adicional por requerimientos adicionales por lo que el monto total ascendió a 2 millones 646 mil pesos.