Han pasado nueve meses del incendio en las instalaciones centrales del Metro de la CDMX -lo que dejó inoperante la mitad del sistema- y es hora que ni la aseguradora ni el Sistema de Transporte Colectivo (STC) logran conciliar a cuánto ascienden los daños, razón por la cual hasta la fecha el Metro no ha recibido ningún pago.
Animal Político solicitó -vía transparencia- conocer cuánto pagó Grupo Mexicano de Seguros S.A. de C.V. al Metro por los daños a las instalaciones luego de que el 9 de enero el fuego afectara el inmueble de seis pisos y un sótano en donde se encontraba el Puesto Central de Control (PCC) que controlaba la operación de las líneas 1, 2, 3, 4, 5, y 6 de la red.
En respuesta, este medio recibió un oficio -con fecha de 10 de septiembre- firmado por Óscar José Cadena Delgado, encargado de despacho de la Gerencia Jurídica del Metro, en el que confirma que “el STC y la Aseguradora aún se encuentran en análisis y valuación de los daños del siniestro”, por lo que no se podía proporcionar más información.
Año con año, el Metro renueva su póliza de seguro a través de un contrato denominado “Todo bien todo riesgo” que lo protege de cualquier accidente. Para este 2021 la póliza se contrató al Grupo Mexicano de Seguros S.A. de C.V por la cantidad de 346 millones 152 mil pesos. Esta cantidad, hay que subrayar, se debe cubrir en 12 mensualidades de 24 millones 867 mil pesos sin IVA.
En junio pasado, Animal Político informó que de acuerdo con el contrato STC-CNCS-060/2020 -correspondiente a la póliza de seguro del Metro- el límite máximo de responsabilidad que tiene la aseguradora con el STC es de 5 mil 328 millones 230 mil pesos, es decir, si se confirma que los daños en el edificio central donde se encontraba el PCC son mayores a esta cantidad, la aseguradora no podría pagar el excedente pues ambas partes acordaron que esta cantidad sería el límite.
Aunque el Metro no ha recibido ningún pago, con presupuesto público firmó un contrato por 4 mil 500 millones de pesos con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que lleve a cabo las labores necesarias a fin de recuperar la alimentación de energía eléctrica controlada en las seis líneas que tras el incendio quedaron sin servicio y que hasta la fecha operan en modo “contingencia” -con menos trenes y a menor velocidad- a fin de evitar algún otro accidente.
También es importante mencionar que esta misma póliza de seguros es la que aplica para dar atención a la tragedia del 3 de mayo cuando una parte del viaducto elevado de la línea 12 colapsó y provocó la muerte de 26 personas y dejando a más de 100 heridas.
Según lo que estipula el contrato, incluso la aseguradora deberá pagar otras afectaciones, por ejemplo, el impacto económico que ha significado al Metro, por ejemplo, que las línea dorada no esté dando servicio.
Antes de la pandemia, el Metro movilizaba un promedio de 5.5 millones de usuarios diariamente, sin embargo, con la crisis sanitaria el número de pasajeros bajó hasta en un 70%. Según datos del organismo, actualmente están transportando a 2.65 millones de personas y poco a poco, con la apertura de actividades en la ciudad y el regreso a clases presencial, el número de usuarios aumenta poco a poco.
Luego del incendio en el “cerebro” del Metro, seis líneas quedaron inoperantes, y aunque conforme pasaron los días se pudieron poner en marcha, no están operando en condiciones regulares.
Meses atrás, antes del siniestro, desde el Puesto Central de Control (PCC) los reguladores veían en tiempo real la ubicación de cada uno de los trenes, en caso de emergencia podían cortar la energía de toda la línea o de un tramo y además tenían comunicación directa, a través del sistema Tetra, con los conductores.
Ya que todo ese equipo fue consumido por las llamas se decidió retomar el servicio de las líneas afectadas, pero con un menor número de trenes a fin de que en caso de urgencia el tiempo y espacio entre trenes sea mayor y permita tomar decisiones a tiempo, por lo que actualmente el Metro no está en condiciones de movilizar a los usuarios que trasladaba antes de la pandemia.