Alumnas del Tecnológico de Monterrey levantaron la voz y organizan más protestas virtuales luego de que las autoridades educativas de esa institución avalaran la creación de “Vitae”, un nuevo grupo estudiantil que dice promover ‘la dignidad humana desde la fecundación hasta la muerte natural’. Es decir, un grupo antiderechos, que está en contra de que las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo y recurrir al aborto, si ellas lo desean.
Ante este reclamo, la institución anunció en un comunicado que, al igual que con otros grupos estudiantiles, realizará “una revisión a su misión, visión y plan de trabajo, así como la congruencia entre su propuesta de valor y sus voces públicas”; esto sin decir de forma concreta si considera quitar o no la validación a ese grupo, con que puede, entre otras cosas, utilizar las instalaciones del Tec para organizar eventos, o incluso tener el aval de la institución para obtener patrocinios para su causa.
“Reconocemos que necesitamos seguir fortaleciendo y corrigiendo el proceso de grupos estudiantiles”, señaló el Tecnológico, una de las principales instituciones educativas del país, insistiendo en que en todo momento ha buscado ser una escuela que fomenta la tolerancia “y la diversidad de ideas, siempre y cuando se den en un marco de respeto”.
Aunque según alumnas que firmaron un comunicado conjunto para expresar su rechazo a Vitae, este caso se suma a otros en que no han sido escuchadas, y en donde el Tec, denuncian, ha puesto en cambio trabas a la conformación de grupos estudiantiles que promueven derechos reproductivos de las mujeres, o de personas LGBT.
La institución dice que se busca el diálogo, pero el sentir de las alumnas es distinto
Consultado sobre los distintos reclamos, el Tecnológico de Monterrey señaló que están buscando que “se genere el diálogo” entre sus estudiantes, como ha sucedido en eventos como las Jornadas Feministas, donde “han tenido oportunidad de tomar la palabra voces expertas y desde distintos” enfoques.
Pero a decir de las estudiantes, la realidad es distinta.
“El TEC, y lo sabemos los alumnos, ha cerrado la puerta muchas veces a tener este tipo de discusiones sobre el aborto y ha cerrado la puerta a la plática LGBT”, comenta Renata, quien denuncia que al mismo tiempo existen limitantes para los grupos feministas.
“Si de cierta manera están apoyando un discurso que es sumamente violento para nosotras, entonces es como ir en contra de todo lo que profesan”, sentencia.
Su opinión no es distinta a la de Samara, quien destaca que a otras propuestas de grupos estudiantes se les han puesto “trabas”, por lo que no logran consolidarse. Mientras que al mismo tiempo se establecen limitantes para los grupos que ya existen y que se posicionan a favor de los derechos de la mujer o de la comunidad LGBT .
“No me imagino la cantidad de ansiedad o la cantidad de dolor que le puede producir a una persona que está pasando por un embarazo no deseado. El ver esta clase de iniciativas surgir y el verlas ser respaldadas por la institución”, destaca Samara.
Otras jóvenes acusan que persisten las fallas para atender casos de acoso.
“Es que no nos escuchan y tengo amigas también que han denunciado por acoso y ha quedado en nada. Su denuncia ha sido de casi maltrato porque igual las ven llorando y pidiéndoles auxilio, y no se hace nada, o si se llega a hacer algo como lo más leve y también en el proceso súper tardado, súper cansado, súper estresante”, narra Betsaida.
La estudiante también denuncia que no se les permitió abrir un diario estudiantil, y que otros grupos a favor de la comunidad LGBT han sido censurados.
“Censuran a todas, no permiten a las mujeres tocar derechos reproductivos, no dejan a los de AIRE hablar con los de prepa sobre sexualidad”, destaca. AIRE es un colectivo LGBT, que promueve la inclusión.
Las estudiantes manifiestan que si se permite la existencia y actividades de este tipo de grupos como Vitae, también debe darse oportunidad a otro tipo de proyectos como los que se pronuncian a favor de los derechos de las mujeres y personas gestantes a decidir sobre su cuerpo, el aborto seguro y la educación sexual con perspectiva género.
Ante las críticas, la presidenta del nuevo grupo estudiantil, Cynthia C., negó a Animal Político que se tratara de un grupo que difunde ideas pro-parto o del movimiento “provida”, y que su agenda de trabajo está enfocada en apoyar a todas las personas “nacidas y no nacidas”.
“Es un grupo estudiantil que surgió de la idea de que en el Tec hablamos mucho de dignidad humana, de sentido humano, pero muy pocas veces sentimos que como comunidad hacemos algo realmente por la dignidad de todas las personas” , dijo.
A pesar de esto el vicepresidente de Vitae declaró en su Twitter que se trataba del “primer grupo estudiantil provida del Tec de Monterrey”.
Cynthia C. también negó que este semestre tuvieran “planeado tocar el tema del aborto”. Pero, en contraste, en redes sociales se autodefinen como un grupo que defiende la dignidad desde la fecundación.
Este lunes 6 de septiembre, las estudiantes llamaron a protestar utilizando el hashtag #tecantiderechos, y piden a las personas compartir sus opiniones al respecto de que se permita la creación de un grupo estudiantil que vaya en contra de los derechos reproductivos de la mujer.
Además, invitaron a las alumnas y alumnos a utilizar fondos de pantalla en Zoom durante clases, con leyendas como “Era azul Tec, no azul antiderechos” y “Tec no toleres la intolerancia”, o “Tec respeta mis derechos”.
Las protestas de este lunes se llevaron a cabo el mismo día en el que la SCJN discutió y se posicionó en su mayoría a favor del aborto legal en Coahuila, mientras que en Texas este derechó acaba de ser reprimido.
No es la primera vez que las alumnas del Tec de Monterrey tienen que recurrir a las protestas virtuales para reclamar el apoyo de la institución a sus derechos. Hace exactamente un año, las alumnas denunciaron casos de acoso y declararon que el protocolo de la institución para atender la violencia de género no estaba funcionando.
La Institución, como respuesta a las protestas del alumnado, revisó el Protocolo de Atención a la Violencia de Género y publicó una nueva versión en noviembre de 2020.
También se sumó a la campaña ÚNETE, de Naciones Unidas, para poner fin a la violencia contra las mujeres, y llevo a cabo el “fortalecimiento” de la capacitación, sensibilización y formación en perspectiva de género.
Estás omisiones en materia de género y derechos humanos que las alumnas de la institución han descrito, llevaron al cuerpo estudiantil a formar la alianza feminista Grito Violeta, colectiva que se formó hace un año tras la revelación de los casos de acoso.
La Alianza Grito Violeta pronunció en su comunicado sus inconformidades tras la aprobación del grupo estudiantil Vitae. Este comunicado ha sido firmado por 124 grupos y asociaciones, y 6,127 alumnos. Entre otros puntos, exigen al Tecnológico ser congruente con sus ideales, puesto que se comprometió a impulsar la agenda 2030 de las Naciones Unidas y a defender los derechos de las mujeres.
“Estas personas que formaron este grupo estudiantil (Vitae) el día de mañana serán profesionistas que discriminen por razones de género y que nieguen un derecho humano o un derecho al acceso a la salud pública. ¿No es alarmante?”, cuestiona Claudia San Andrés, activista de ALTO, Asociación Civil feminista regiomontana.
Organismos internacionales como la OMS ya han señalado en diversas ocasiones que “el aborto en condiciones peligrosas pone en peligro la vida de un gran número de mujeres y representa un grave problema de salud pública, puesto que son las mujeres más pobres y jóvenes las que corren más riesgos”.
De hecho, destaca que “la mayoría de las muertes y problemas de salud se pueden evitar, mejorando el acceso a servicios adecuados de atención, incluidos los métodos de planificación de la familia y la atención obstétrica.”
Para la activista, existe una contradicción entre el discurso institucional del TEC y sus acciones. “Esa tolerancia a grupos antiderechos da una mala señal y recalca la urgencia de la perspectiva de género en las entrañas de la institución, algo no está bien, es un foco rojo, rojísimo, una señal de alarma”, señala.
También destaca que el acceso a una educación sexual es imprescindible, y que “lo único que se logra con este tipo de discursos es cegar y negar el acceso a esta información a las personas”.
Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos son parte de la agenda 2030 que promueve la ONU.
“Los derechos humanos de la mujer incluyen su derecho a tener control sobre las cuestiones relativas a su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva, y decidir libremente respecto de esas cuestiones, sin verse sujeta a la coerción, la discriminación y la violencia”, destaca el organismo internacional.