En solo 30 días, de julio a agosto, el número de casos de mujeres embarazadas con confirmación de tener COVID-19 en México pasó de 2 mil 947 casos a 4 mil 767, un incremento de 61.7%. Es el peor registro de toda la pandemia.
De acuerdo a un análisis de la base de datos de la Secretaría de Salud -realizado para esta nota por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), en el que se consideraron los casos confirmados ya sea por prueba, por asociación clínica epidemiológica o por Comité de Dictaminación- ni en el pico de la segunda ola de COVID en el país, en enero de 2021, se registraron cifras así.
En el primer mes de este año, el número de casos de mujeres embarazadas fue de 2 mil 255. Los casos de agosto, 4 mil 767, casi duplican esa cifra.
Este incremento se debe a que hay circulando variantes del virus más contagiosas, como la delta, las medidas sanitarias se han relajado, la población se expone más y ha habido una resistencia a vacunarse por parte de muchas embarazadas que no tienen la información correcta y creen que hay algún riesgo para el bebé o para ellas al hacerlo, cuando el verdadero peligro es estar sin vacuna, dice Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia por el Coronavirus de la UNAM.
La información sobre el número de embarazadas que se han inmunizado en el país no es pública, la Secretaría de Salud federal no da ese dato. Animal Político lo solicitó a través de la oficina de comunicación, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.
En Ciudad de México, por ejemplo, el viernes 10 de septiembre se informó que se han vacunado contra COVID-19, 32 mil 904 embarazadas con una dosis y 17 mil 062 con esquema completo. El gobierno de la capital no ha proporcionado datos del total de la población objetivo a inmunizar en este grupo ni la cobertura.
Este portal solicitó esos datos a la oficina de prensa del gobierno de la CDMX y la respuesta fue que no los tienen porque no hay un padrón de mujeres embarazadas.
Rodriguez, el vocero de la Comisión para el coronavirus de la UNAM, señala que tomando el promedio de nacimientos en CDMX de los últimos 5 años se puede estimar un universo de embarazadas en la capital del país de aproximadamente 119 mil.
“Con lo reportado de vacunación en embarazadas en CDMX hasta la semana pasada y ese estimado resulta que se han vacunado 14.3% con esquema completo y 27.5% con una dosis, son porcentajes muy bajos, tomando en cuenta que la primera causa de muerte materna en 2020 fue COVID”, dice Rodriguez.
Sin vacuna, las personas gestantes están expuestas a un alto riesgo. Del total de casos confirmados en agosto de mujeres embarazadas con COVID, 4 mil 767, el 20%, 971, ingresaron al hospital.
La mayoría de las mujeres embarazadas que se están hospitalizando por COVID son no vacunadas o con esquema incompleto (una sola dosis), confirma la doctora Zarela Lizbeth Chinolla Arellano, especialista en ginecología y obstetricia y académica de la División de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De hecho dice que en el hospital de tercer nivel donde ella trabaja, de mayo para acá solo ha ingresado por COVID una mujer gestante con esquema completo de vacunación, y no fue un cuadro grave.
Por eso la recomendación es vacunarse. “Hay muchos estudios que sustentan que aplicarse la vacuna, en cualquier trimestre del embarazo, es seguro: no genera ninguna repercusión perjudicial a nivel embrionario, ni fetal, ni al momento del nacimiento”, explica Chinolla Arellano.
En una investigación multinacional liderada por el Hospital de Oxford, en Londres, sobre morbilidad y mortalidad relacionada a COVID-19 en mujeres embarazadas y sus recién nacidos, en el que participaron 43 hospitales de 18 países, entre ellos el Hospital Regional Adolfo López Mateos del ISSSTE, se demostró que no se detectaron malformaciones en los bebés que pudieran estar asociadas a riesgo de COVID o de vacunación.
Esta evidencia científica, dice la ginecobstetra y neonatóloga, Perla Karina García-May, quien participó en la investigación, ha servido como base para recomendar que es totalmente conveniente que las mujeres embarazadas reciban la vacuna contra el COVID-19, lo que de entrada evitará que la primera causa de muerte en este grupo poblacional sea este padecimiento.
Además, dice, hay beneficios indirectos de la vacunación de la madre hacia sus bebés, al transmitirles anticuerpos contra el COVID-19 que los protegerán durante las primeras semanas de vida y que se refuerzan a través de la lactancia materna.
De acuerdo a los resultados del estudio multinacional, si una mujer embarazada se contagia de COVID-19 tiene dos o tres veces mayor probabilidad de ingresar a la terapia intensiva de adultos y la probabilidad de tener un parto prematuro es casi dos veces más alto que el de una mujer sana.
El embarazo es por sí solo un factor de riesgo para que se complique un cuadro de COVID. “Hay una predisposición a complicaciones, sobre todo en el segundo y tercer trimestre, por los cambios normales durante la gestación, como la compresión del abdomen, la disminución en la capacidad ventilatoria, las transformaciones en los mecanismos de defensa, el aumento en el gasto cardiáco”, explica la doctora Chinolla Arellano.
El cuadro propio del COVID, añade, que causa una respuesta inflamatoria ha generado en algunos casos cambios en la presión arterial de la mujer embarazada y un síndrome similar a la preeclampsia (una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y signos de daños en otro sistema de órganos, más frecuentemente el hígado y los riñones) si esto se presenta, hay que hospitalizarlas, compensarlas y verificar que no haya un deterioro agudo, una lesión a un órgano o alteraciones en el bienestar fetal.
El sobrepeso antes del embarazo, dice García May, es también un factor de riesgo importante, “este se presentó en 48.6% de las pacientes que contrajeron la enfermedad; de acuerdo al estudio realizado en 18 países”.
En cuanto a los neonatos de mujeres que padecieron COVID-19 durante el embarazo, se confirmó que tienen dos veces mayor riesgo de presentar una patología grave al nacer, como dificultad para respirar, infección o neumonía.
De acuerdo al análisis de la base de datos COVID de la Secretaría de Salud realizado por CLIP para esta nota, del total de casos de mujeres embarazadas (4 mil 767) que se confirmaron en el mes de agosto, 62 fallecieron, mientras que en julio el número de muertes por esta causa fue de sólo 22, es decir, de un mes a otro subieron 181%.
El principal factor de riesgo para morir para una embarazada en este momento es tener COVID, dice la doctora García May. En la investigación en la que participó se determinó que el riesgo de fallecer si se contrae esta enfermedad para las personas gestantes es mucho mayor.
“Solo el hecho de tener COVID y estar embarazada sube 22 veces el riesgo de fallecer, 22 veces”, subraya la especialista del ISSSTE.
De hecho, hasta antes de la epidemia, señala Chinolla Arellano, la principal causa de muerte en el embarazo eran las enfermedades relacionadas con la hipertensión, con presión alta, ahora es el COVID.
Por eso los especialistas insisten en que las mujeres embarazadas deben vacunarse. “En un estudio realizado en Israel se determinó que con la vacuna se lograron bajar 89% las hospitalizaciones entre embarazadas, así que es necesario que se vacunen, por ellas y por sus bebés”, subraya García May.
Aunque los especialistas recomiendan, aún con la vacuna y dado que esta no evita al 100% la enfermedad sino los cuadros graves y la muerte, seguir con las medidas sanitarias principales: cubrebocas, lavado de manos, sana distancia y ventilación.