La organización civil Comité de los Derechos Humanos de Nuevo Laredo denunció que las autoridades estatales y federales de policía tardaron entre 60 y 90 minutos en atender los llamados de auxilio que pobladores realizaron al 911 el pasado sábado 19, cuando integrantes del crimen organizado asesinaron a 15 personas indefensas en Reynosa, Tamaulipas.
“De acuerdo con testimonios recabados, durante más de una hora se generaron angustiosos llamados de auxilio a las autoridades al 911, y otros más fueron compartidos por mensajes de Whatsapp o redes sociales para denunciar los ataques armados. Pero ninguna autoridad federal o estatal respondió a estos llamados”, denunció Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.
En entrevista con Animal Político, el activista apuntó que “hubo una evidente descoordinación entre las autoridades federales (Guardia Nacional) y las estatales para ver cuál iba a ser el primer respondiente ante los llamados de auxilio, lo cual generó mucha incertidumbre entre la población civil”.
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Según Ramos, los testimonios recabados por el Comité de los Derechos Humanos de Nuevo Laredo apuntan que los primeros ataques de los grupos del crimen organizado empezaron alrededor de las 12.30 de la tarde del sábado, y que las autoridades estatales no intervinieron hasta, al menos, las 14 horas, 90 minutos después.
Por ello, la organización civil informó que desde el pasado lunes solicitó a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que abra un expediente de queja “por el vacío de autoridades” que se registró en Reynosa entre las 12 y las 13 horas del pasado sábado, mientras presuntos integrantes del crimen organizado iban recorriendo hasta cinco colonias de la ciudad fronteriza atacando a balazos a ciudadanos indefensos.
También le solicitaron a la CNDH que pida a cada autoridad policiaca un informe de su participación detallada el día de los hechos. Y también solicitaron a la Fiscalía General de la República (FGR) que esclarezca cuál fue la participación de cada corporación.
Raymundo Ramos expuso que, de acuerdo con testimonios de familiares de víctimas que documentaron, hubo casos en los que los cuerpos de las víctimas civiles permanecieron más de tres horas tirados en la calle, sin que ninguna autoridad se apersonara en el lugar del homicidio para acordonar el lugar o para atender a los familiares de las víctimas.
“Nunca hubo un operativo conjunto entre Policía Estatal y la Guardia Nacional”, subrayó el activista. “Y según las familias, lo que pasó fue que se tuvo que agrupar la Fiscalía del Estado, el grupo de operaciones especiales, y la policía estatal, para empezar a salir a levantar los cuerpos. Por eso se demoró mucho tiempo la atención”.
Por su parte, el fiscal tamaulipeco, Irving Barrios, aseguró que la policía estatal tardó solo 13 minutos en llegar al primer reporte de emergencia al 911.
Sin embargo, precisó que los ataques a la población civil se extendieron al menos durante cinco horas en nueve diferentes eventos que se desarrollaron hasta en cinco colonias de Reynosa. Por lo que dijo que aún están investigando cuál fue la actuación de la policía estatal en todo ese periodo de tiempo, para determinar si hubo alguna responsabilidad o retraso en el suceso del pasado sábado, en el que, en total, hubo 19 personas muertas: 15 civiles y 4 presuntos integrantes del crimen organizado.
De acuerdo con la versión ofrecida ayer martes por la Fiscalía de Tamaulipas, todo empezó a las 12.38 de la tarde del sábado 19 de junio.
A esa hora, sujetos armados que se desplazaban en al menos tres vehículos -un Ford Fusion blanco, una Ford Ranger, y una Frontier color guinda- salieron de la brecha ‘El Berrendo’ y se detuvieron en un negocio en la colonia Bienestar, a escasos kilómetros del Aeropuerto General Lucio Blanco.
Ahí, las personas armadas llevaron a cabo un robo en el negocio. Y de inmediato, se produjeron las primeras llamadas de auxilio al 911.
Dos minutos más tarde, a las 12.40 pm, el agente que monitorea los números de emergencia habló a las diferentes autoridades que tienen que ver con el delito o incidente reportado.
“En este caso particular, (el agente) habló a la Policía Estatal y a la Guardia Nacional”, aseguró el fiscal Irving Barrios en entrevista ayer martes con Gabriela Warkentin y Javier Risco, en W Radio.
Tres minutos más tarde, a las 12.43 pm, tuvo lugar el segundo ataque, también en la colonia Bienestar, donde los presuntos integrantes del crimen organizado asesinaron a tres civiles e hirieron a otro, que falleció después en un hospital.
A las 12.51 pm, es decir, 13 minutos después del primer reporte de emergencia al 911, la Fiscalía tamaulipeca asegura que se produjo el arribo de elementos de la Policía Estatal a la colonia Bienestar de Reynosa para atender el primer reporte de ataques y para iniciar la persecución de los sujetos involucrados.
De acuerdo con el mapa del posible recorrido de vehículos involucrados en los homicidios, que presentó ayer la Fiscalía, tras el segundo ataque los criminales asesinaron en su recorrido a otras dos personas en la colonia Bienestar.
Luego, mataron a otras dos personas en la colonia Almaguer, a otras cuatro en la colonia Fidel Velázquez, a otra en la colonia Lampacitos, y a otras dos en la colonia Unidad Obrera. No obstante, la Fiscalía no detalló en su mapa los horarios en los cuales se produjeron estos asesinatos, por lo que no hay claridad acerca de si los ataques se produjeron en sitios diferentes de manera simultánea, o si se fueron produciendo a medida que los criminales se movían de una colonia a otra, versión que, de acuerdo con testimonios recabados por el Comité de los Derechos Humanos de Nuevo Laredo, fue lo que sucedió ese día.
A las 13.15 horas, se produjo un primer enfrentamiento entre autoridades y los presuntos agresores en la Avenida Puente Pharr, en la colonia 21, que dejó como saldo la muerte de un agresor, un herido -que fue detenido-, y la liberación de tres personas privadas de su libertad.
También se aseguró la Ford Ranger de los presuntos homicidas y una Nissan Murano que éstos robaron durante los ataques luego de asesinar a una familia integrada por dos mujeres y un hombre que viajaban en el vehículo.
De ahí, la Fiscalía da un salto en su cronología de los hechos hasta las 19.30 horas de la tarde; es decir, más de seis horas después del reporte del primer enfrentamiento entre criminales y autoridades.
A esa hora, en el Bulevard Colosio de Reynosa, se produjo el segundo enfrentamiento: ahí fueron abatidos otros tres agresores. La policía aseguró armas AR-15 y el vehículo Ford Fusion.
El medio digital tamaulipeco Elefante Blanco publicó que la búsqueda del resto de responsables se extendió hasta el Río Bravo, ubicado a 23 kilómetros de Reynosa, por la noche del mismo sábado.
Soldados y policías estatales recorrieron varios sectores y encontraron una granada sin detonar en la esquina de las avenidas Madero y Acapulco. Ya en la madrugada del domingo hubo persecuciones, pero sin ningún detenido reportado por las autoridades.
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El fiscal tamaulipeco dijo que entre las líneas de investigación está la hipótesis de la “desestabilización social del municipio de Reynosa” por parte de las distintas fracciones del ‘Cártel del Golfo’, los llamados ‘Ciclones’ y ‘Escorpiones’.
Estos dos grupos están asentados en Matamoros y el Río Bravo, donde disputan el control del Puente Internacional Pharr con otra fracción criminal antagónica del mismo cártel, denominada ‘Metros’.
El lunes 21, el Gobierno de Tamaulipas informó que la Fiscalía General de la República (FGR) participará en la investigación del multihomicidio del pasado 19 de junio en Reynosa, en el que murieron 15 civiles.
Entre las personas asesinadas hay adultos mayores, obreros de la construcción y de la maquila, taxistas, un joven recolector de basura, comerciantes, familias, y un enfermero de apenas 19 años.
Una de las primeras víctimas fue, precisamente, Fernando Ruiz Flores, el técnico de enfermería. El joven originario de Río Bravo trabajaba en una cuadrilla de obreros de la construcción de la empresa Tracotamsa, cuando el grupo armado le disparó y le quitó la vida a él y a otros dos compañeros.
Fernando había acordado con su padrastro, Jesús Martínez, laborar de albañil para pagar los estudios en medicina. Su tutor estuvo en el lugar del asesinato y, al escuchar los disparos, ordenó a la cuadrilla protegerse, pero tres de ellos no lo lograron, entre ellos hu hijastro.
Vecinos de la colonia Bienestar aseguraron que dos de las víctimas ultimadas dentro de una tienda de abarrotes, eran el dueño y un cliente, hombres de 55 y 24 años, respectivamente.
Otra víctima de la masacre fue Eduardo, un trabajador de maquilas de Reynosa.