Tania Lezama, la quinceañera herida en el accidente de la Línea 12 del metro, tuvo que esperar casi dos días y pasar por cuatro hospitales: el General de Tláhuac, el Pediátrico de Coyoacán, el de Xoco (los tres de la Secretaría de Salud de la CDMX) y el Hospital Grand Roma (privado) para que le hicieran una cirugía de pelvis.
La joven tiene múltiples fracturas y un sangrado interno. “Mi hija Tania dice que en la confusión, la oscuridad de los vagones y el querer salir y sacar heridos, hubo personas que pisaron a los que estaban tirados en el piso, como ella, por eso también tiene tantos huesos rotos”, cuenta su madre, la señora Bernarda Salgado López, afuera del hospital donde está internada la adolescente.
Después del accidente en el que colapsaron dos vagones del metro de la Línea 12, este lunes 3 de mayo a las 10:25 de la noche, a Tania, quien venía en el transporte con su hermana mayor, la trasladaron al Hospital General de Tláhuac.
“Ahí la llevaron primero los paramédicos. Después me dijeron que tenían que pasarla al Pediátrico de Coyoacán, por ser menor de edad. Pero de ahí se la llevaron al Hospital de Xoco para hacerle unos estudios y ya decidieron que mejor se quedara ahí”, cuenta doña Bernarda.
La señora ha tenido que estar en las últimas horas dividida entre estar pendiente de la atención médica para Tania y el adiós a su otra hija, Nancy, quien falleció a causa del accidente en el metro, provocado por el derrumbe de un paso elevado.
En Xoco, un médico le pidió a la familia que compraran insumos para la atención de la paciente. La queja de doña Bernarda ante esto se viralizó en redes sociales y medios.
“Creo que el médico, como acababan de trasladar a Tania y él iba llegando, no sabía que era de los accidentados en el metro y quería que compráramos cosas. Ya cuando se enteró que era de los heridos de la Línea 12, cambió de parecer y ya no tuvimos que comprar nada”, dice la mamá de la adolescente.
La señora asegura que, de hecho, en Xoco le estaban dando buena atención a su hija y que ella quería que se quedara ahí. Pero le dijeron que el seguro del metro cubría la atención en el Hospital Grand Roma e iban a trasladar a Tania allá.
Así es como la familia llegó a este sanatorio, a donde ingresaron a Tania a las 5 de la mañana de este miércoles 5 de mayo y la programaron para cirugía de pelvis a las 6 de la tarde.
“Parece que la están atendiendo bien -dice la señora Bernarda. Y no, no hemos pagado nada. Cuando llegó aquí querían que firmáramos un contrato para hacernos responsables del pago. Pero eso se aclaró. Llegó gente del gobierno y se aclaró”,
Además de las múltiples fracturas, la señora Bernarda cuenta que Tania está muy afectada por el impacto de lo que vivió. “No puede dormir. Se duerme y revive lo del accidente. Nos cuenta que en la oscuridad, la confusión, tocó partes expuestas del cuerpo de otra persona y está traumatizada. No le he dicho que su hermana falleció. Así como está no le puedo decir”.
La adolescente pregunta por su hermana y su madre le dice que está en el Hospital de Tláhuac, con el pie lastimado, pero bien.
Tania cumplió 15 años el 29 de abril. Nancy no había recibido la quincena en su trabajo, en una tienda de ropa en el Centro Comercial Las Antenas. No le había podido comprar regalo de cumpleaños a su hermana. Así que le propuso comprarlo ese lunes 3 de mayo.
Las dos hermanas estaban de compras en el centro comercial donde trabajaba Nancy. A las 8 de la noche se comunicaron con su madre para avisarle que estaban ahí. Al salir tomaron la misma ruta que la mayor de las hermanas usaba todo el tiempo para volver del trabajo a la casa, la Línea 12 del metro.
Entre la estación Tezonco y la de Olivos, el vagón donde venían las hermanas, y otro más, colapsó. Tania le cuenta a su madre que escuchó un tronido muy fuerte y después todo se fue para abajo. Vino la oscuridad, los pisotones. Un señor que estaba también herido se paró como pudo y ayudó a la adolescente a arrastrarse, hasta que un bombero llegó para auxiliarla.
El teléfono celular de la señora no deja de sonar. Después de que su caso se hiciera mediático, muchos quieren ayudar y entrevistarla. Afuera del hospital hay personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, del Gobierno de la Ciudad de México y de la Fiscalía. Todos le ofrecen apoyo y estar al pendiente de lo que necesiten.
La señora Bernarda está exhausta. La madrugada del miércoles la pasó acompañando el cuerpo de su hija, Nancy, y después se trasladó al hospital para quedarse con Tania hasta la mañana de este jueves, cuando será el sepelio de su hija mayor.
“Nancy quería ser maestra”, dice la señora con el llanto ahogándole la voz. La joven estaba estudiando psicopedagogía. Le faltaba un año para terminar. Había tenido que dejar los estudios por falta de dinero. Consiguió trabajo y se pagaba una parte del costo de la escuela. Sus papás le ayudaban con el resto.
“Tania quiere ser médico forense -dice la señora Bernarda. Yo siempre le decía que para eso hay que ser muy valiente. Ayer, en la fiscalía, cuando tuve que ir a reconocer a Nancy, comprobé que es muy triste todo eso”.
La señora guarda silencio, y luego dice que la fiesta de quince años de Tania sería el próximo diciembre. “Le dije que me esperara porque ahorita no había dinero. Todas sus tías iban a ayudar para la fiesta. Ayer me dijo que ya no quiere nada. Se ha quedado muy mal y aún no sabe lo de su hermana”.
La platica la corta la llegada de la prima de Tania, Adriana Martínez Lezama, quien ha podido colarse a verla unos minutos. Sale con la noticia de que hay algo que la adolescente sí quiere. “¿Sabes qué me pidió? Dice que quiere que le traigan flores. Le dije que sí, y que hay muchas personas que están felices porque ya la van a operar”.