Más del 90% de los elementos de la Guardia Nacional (GN) que hoy están desplegados en el país no cuentan con el certificado que avala que tienen las habilidades, conocimientos y aptitudes suficientes para realizar de manera segura y eficiente su labor como policías.
Se trata de una violación a la ley de la propia Guardia Nacional que había establecido un plazo de dos años, el cual culminó el pasado viernes, para que el 100% de sus efectivos fueran evaluados y certificados como aptos. Pero hoy 9 de cada 10 no lo están.
En México, la Constitución Política establece en su artículo 21 que todos los integrantes de una fuerza de seguridad pública en activo, incluyendo la Guardia Nacional, deben estar completamente certificados.
Sin embargo, cuando el Congreso aprobó en 2019 la puesta en marcha de esta nueva corporación, se estableció que era urgente agilizar su conformación y despliegue en el país con elementos de las fuerzas armadas que ya estaban reclutados en el Ejército, aunque no contaban con la formación y evaluaciones que acreditaran que podían ser policías.
Por este motivo, en uno de los artículos transitorios Ley de la Guardia Nacional se fijó una prórroga especial de dos años como máximo para que dicha corporación concluyera con la evaluación y, en su caso certificación de todos sus elementos desplegados en el país. Este plazo concluyó el pasado 28 de mayo.
Datos oficiales obtenidos por Animal Político a través de solicitudes de transparencia revelan que ese objetivo está muy lejos de alcanzarse. De los 101 mil 746 elementos en activo en dicha corporación, solo 8 mil 97 contaban a principios de mayo con el Certificado Único Policial (CUP) expedido y vigente. Es apenas el 8 por ciento de todo el estado de fuerza.
Este medio solicitó a través de la vocería de la GN un dato más actualizado sobre los elementos certificados. La información proporcionada fue de 10 mil 396 elementos que cuentan con CUP, y que equivalen al 9.9 por ciento del total de los efectivos.
Estos datos colocan además a la Guardia Nacional como la corporación policial con la menor cantidad de elementos evaluados y certificados en el país. Por ejemplo, las policías estatales en su conjunto promedian un 65.9 por ciento de sus elementos ya certificados, mientas que las corporaciones municipales promedian un 63.8 por ciento; es casi seis veces mas que la GN.
Para obtener el CUP que lo avala como apto para ser policía, un aspirante debe cumplir con la aprobación de cuatro aspectos distintos: la formación inicial, la evaluación de competencias, la evaluación de desempeño y la aprobación de los exámenes de control de confianza.
El control de confianza, por su parte, incluye una batería de evaluaciones entre las que se encuentran pruebas físicas, toxicológicas, psicológicas, de entorno social, y poligráficas (detector de mentiras).
La información proporcionada por la Guardia Nacional muestra que del periodo de julio de 2019 a marzo de 2021 se evaluaron a un total de 2 mil 435 aspirantes en el Centro de Evaluación de Control de Confianza de la institución. De todos ellos 1 mil 92 obtuvieron un resultado aprobatorio y 1 mil 343 un resultado reprobatorio.
Lo anterior significa que el 55 por ciento de los aspirantes a la GN que son evaluados, poco más de la mitad, no superan los procesos de evaluación y por lo tanto no pueden ser incorporados a dicha fuerza.
Animal Político solicitó a la corporación conocer este mismo porcentaje de resultados, pero para los militares que fueron transferidos a la Guardia, sin embargo, no se proporcionaron esos datos.
El proceso de formación y evaluación de los elementos de la Guardia Nacional en el país no solo ha sido lento sino también opaco. Desde su puesta en marcha el gobierno federal ha dado periódicamente datos de su despliegue, pero no del avance en la certificación de sus elementos.
El 30 de abril de 2019, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) anunció la implementación de un esquema especial de evaluación para los elementos de la GN que, entre otras cosas, priorizaba que sus efectivos fueran evaluados antes que los de otras corporaciones en los centros de evaluación, y que el proceso durara un solo día.
Además, se aprobó que las fuerzas armadas se encargaran de realizar, por su cuenta, una parte de las evaluaciones con la finalidad de agilizar aun más el procedimiento.
Sin embargo, a partir de ello no se ha informado proactivamente del avance en este procedimiento. En la página del SESNSP se publica bimestralmente un avance de las evaluaciones de control de confianza de todas las corporaciones policiales municipales, estatales y federales, con excepción de la GN.
Solo a través de solicitudes de transparencia se han podido obtener balances de las evaluaciones, aunque contradictorios. Por ejemplo, en la solicitud folio 2800100033121 la Guardia Nacional indicó que 8 mil 97 de sus elementos contaban con su CUP expedido y vigente, pero en la solicitud folio 280002000332021 indicó que había 5 mil 593 efectivos con el referido certificado. Ambas fueron respondidas en las mismas fechas.
Tanto la Constitución Política como la Ley de la Guardia Nacional definen a esta corporación como “una institución de seguridad pública, de carácter civil, disciplinada y profesional, adscrita como órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana”.
Sin embargo, a dos años de su nacimiento oficial esta corporación se encuentra conformada mayoritariamente por elementos de las fuerzas armadas, y subordinada operativamente a mandos del Ejército Mexicano.
Los datos oficiales proporcionados por la propia GN muestran que de sus 101 mil 746 efectivos totales 60 mil 38 son efectivos provenientes de la secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), 16 mil 351 de la Secretaría de Marina (Semar), y 25 mil 357 de la extinta Policía Federal. Esto significa que el 75 por ciento de sus efectivos son elementos de las fuerzas armadas.
La información muestra además que el reclutamiento de nuevos elementos es exclusivamente militar. De los 37 mil 768 nuevos reclutas que se han incorporado a esta fuerza desde 2019 un total de 31 mil 431 provienen de la Sedena y 6 mil 337 de la Marina.
Animal Político reveló en octubre pasado que mandos de la Defensa Nacional controlan y dirigen operativamente esta corporación que, por definición, debería ser civil.
De acuerdo con la reforma constitución que dio pie a la creación de la Guardia Nacional, se tiene previsto que a finales de 2024 deje de contar con apoyo de las fuerzas armadas y todos sus elementos deberían ser cien por ciento civiles. Ya ha transcurrido casi la mitad de ese plazo.
Alejandro Hope, experto en temas de seguridad y quien ha dado seguimiento cercano a la conformación de la Guardia Nacional advierte que el incumplimiento en el que ha caído dicha corporación respecto a la certificación de sus elementos es una muestra más de que dicho proyecto ha sido, desde el inicio, una “simulación”.
Según el especialista, el actual gobierno federal nunca tuvo interés conformar una policía civil y profesional. Lo que buscó fue una ruta que permitiera que las fuerzas armadas intervinieran permanentemente en tareas de seguridad pública, como lo prueba también su reclutamiento exclusivamente militar.
“El hecho de llegar a dos años de la Guardia Nacional sin haber cumplido con los compromisos de certificación policial es una muestra más de que el proceso fue una simulación desde el arranque. Nunca hubo la intención de construir una policía civil. El proyecto siempre fue tener una extensión de las fuerzas armadas haciendo labores de policía”, señaló.