Al cierre de febrero pasado casi 218 mil hombres y mujeres estaban privadas de su libertad en cárceles municipales, estatales o federales del país. Más del 40 por ciento de ellos de forma preventiva, sin que se haya probado si cometieron o no un delito.
El crecimiento ha sido tal que tan solo en los últimos doce meses se sumaron cerca de 16 mil personas más a las cárceles lo que ha provocado que, por primera vez desde 2016, haya más reos que espacios disponibles. Es decir, que a nivel nacional haya otra vez condiciones de hacinamiento.
Esta alza sostenida en la población penitenciaria coincide con la reforma constitucional que se aprobó y publicó justamente hace dos años para incrementar el catálogo de delitos denominados coloquialmente como “graves”, que ameritan la imposición de la prisión preventiva automática a los probables responsables.
Un informe actualizado y publicado esta semana por el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) confirma el ingreso cada vez mayor de personas a las cárceles de forma preventiva, contrario a lo que sucede con los reos condenados que, de hecho, han disminuido.
Los datos oficiales arrojan que al cierre de febrero pasado la cifra de personas en reclusión en México era de 217 mil 969, de las cuales 189 mil 897 son internos acusados de delitos del fuero común, y 28 mil 72 son reclusos del fuero federal.
En comparación con febrero del año pasado, cuando la cifra de personas en cárceles era de 202 mil 337, se trata de un incremento del 7 por ciento en apenas un año, equivalente a 15 mil 632 internos más. Esto confirma el crecimiento a ritmo récord de la población penitenciaria que ya se advertía desde el año pasado.
La cifra de personas presas actualmente, de acuerdo con el mismo informe, es la más alta de los últimos cinco años. Aunque por escaso margen, supera ya la cantidad de reclusos con la que cerró 2016, que fue de 217 mil 868 internos.
Se confirma además que el crecimiento de las personas que ingresan a prisión es una tendencia sostenida por tercer año consecutivo. Luego del abrupto descenso registrado en el periodo de 2015 a 2018, donde la cifra de reos cayó de 247 mil 488 a 197 mil 988, a partir de 2019 el ingreso ha ido en ascenso.
El crecimiento de la población penitenciaria se ha concentrado en el sector de las personas en prisión preventiva sin condena, no en el universo de los sentenciados.
Los datos oficiales muestran que la cifra de presuntos culpables presos al cierre de febrero pasado ascendía a 92 mil 821, que equivalen al 42 por ciento de toda la población en reclusión. Dicho de otra forma: 4 de cada 10 reos actuales son personas presas sin condena.
Es este universo de reos el que ha crecido de manera considerable ya que, un año antes, los reos en prisión preventiva sumaban 75 mil 644, es decir, eran 17 mil internos menos.
En contraste, la población de internos sentenciados se ha reducido. En el último año cayeron de 126 mil 693 a 125 mil 148, que son mil 500 internos menos actualmente.
Los datos además muestran que la proporción de mujeres presas ha crecido casi al doble que la de hombres. Al cierre de febrero pasado había en los penales del país 12 mil 253 mujeres privadas de su libertad, un incremento del 15.7 por ciento respecto a las 10 mil 589 mujeres internas un año antes.
En cambio, el universo de hombres presos también subió, pero solo en un 7.2 por ciento. Pasó, en el referido lapso, de 191 mil 748 internos a 205 mil 716.
Otro dato importante es que el avance de la población penitenciaria se concentra en las personas procesadas o sentenciadas por delitos del fuero común, como son los robos de distinto tipo. En un año pasaron de 173 mil 192 a 189 mil 897. Lo contrario sucede con los internos del fuero federal como delincuencia organizada o narcotráfico, que cayeron de 29 mil 145 a 28 mil 72.
De acuerdo con el informe publicado por el OADPRS, hasta febrero pasado había en el país 288 cárceles con capacidad para albergar, en total, a 217 mil 16 personas. Dicha capacidad se sobrepasó en febrero, ya que la cifra total de internos supera por 953 personas a los espacios disponibles. Es la primera vez que esto ocurre desde 2016.
Para poner en proporción este crecimiento basta decir que un año antes aun existían casi 14 mil espacios disponibles en los reclusorios del país. Todo ese margen se ha esfumado.
La distribución de la población penitenciaria no es homogénea en todo el país y hay entidades en una situación mucho peor que otras. El estado de México es el foco rojo pues en dicha entidad hay más de 33 mil personas presas, pero solo 14 mil 327 espacios, lo que representa un nivel de hacinamiento superior al 130 por ciento.
Durango es la segunda entidad con el mayor nivel de sobrepoblación: su número de reos supera en un 84 por ciento los espacios disponibles. Le sigue Morelos con una sobrepoblación carcelaria del 79 por ciento, Nayarit con un nivel de hacinamiento del 78 por ciento, y Puebla con un 37 por ciento.