Tras ser cuestionado por la ejecución extrajudicial cometida por el Ejército contra un joven en Nuevo Laredo, Tamaulipas, durante su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que los del Alto Comisionado quieren equipararlo con gobiernos anteriores.
“Los del Alto Comisionado quisieran equipararnos con los gobiernos anteriores, nosotros no somos autoritarios, no somos represivos. El Ejercito Mexicano está cuidado y protegiendo los derechos humanos”, sostuvo.
Dijo que si hay algo que cuida su gobierno son los derechos humanos. “No somos iguales”.
“En gobiernos anteriores se permitieron las masacres y los defensores de los derechos humanos de la llamada sociedad civil se quedaron callados ante las masacres, incluso los organismos de la ONU defensores de derechos humanos de la OEA, y ahora lo que les urge es tener pretextos o excusas para señalar que somos iguales, y eso no”.
. @lopezobrador_ afirmó que su gobierno no permite la represión, "no somos iguales a los gobiernos anteriores".
En el pasado se permitieron las masacres, y tanto los defensores de DDHH de la sociedad civil como la ONU y la OEA se quedaron callados; añadió. pic.twitter.com/7pHDFjqKuJ
— Animal Político (@Pajaropolitico) March 24, 2021
Sin embargo, organismos como el Centro Prodh han hecho un posicionamiento a favor de las acciones de la ONU-DH, pidiendo que su trabajo sea respetado, ya que ha mantenido su objetividad ante todos los gobiernos.
Mencionaron a casos como la desaparición de los 43 normalistas en Ayotzinapa, en el que el organismo internacional colaboró a evidenciar la práctica de la tortura en el sexenio de Peña Nieto, y en el que actualmente siguen trabajando con el gobierno.
📍En #Ayotzinapa, la @ONUDHmexico sigue ayudando al actual gobierno por ejemplo con la contratación de expertos internacionales.
El trabajo de lxs defensorxs de derechos humanos de la sociedad civil es igualmente fundamental.
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— Centro Prodh (@CentroProdh) March 24, 2021
“Nunca hemos callado ante masacres del pasado”, aseveró el Centro, destacando su trabajo en casos como el de la masacre de Tlatlaya, la cual en su momento también fue condenada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Hechos como las ejecuciones extrajudiciales del Ejército en Nuevo Laredo muestran que las inercias de uso indebido de la fuerza e impunidad castrense no se han roto”.
El organismo cerró su posicionamiento afirmando que para que el Ejército pudiera revertir su historial de impunidad, debía ordenar que se respeten los derechos humanos, lo cual, aunque sería necesario, resultaría insuficiente.
El presidente indicó que el caso de Nuevo Laredo está en investigación y se está revisando para ver si hubo uso indebido de la fuerza, está abierto el expediente.
Aseguró que no quiere pasar a la historia como un presidente que no quería que se violaran los derechos humanos, por eso no puede haber ni un caso de masacres ni ejecuciones extrajudiciales.
“En los periodos en que estuvo gobernando el conservadurismo, en los enfrentamientos eran más los muertos que los detenidos, porque remataban a los heridos. Eso nunca jamás”, destacó.
El caso al que hizo referencia el reportero es el de Damián Tercero, quien murió a manos de elementos del Ejército Mexicano durante un operativo realizado en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
La versión de los militares es que sus unidades fueron atacadas por personas armadas y que ellos solo repelieron la agresión, matando a 12 de ellos. Sin embargo, al menos tres de los ocupantes del vehículo eran civiles con las manos atadas que habían sido secuestrados por un grupo del crimen organizado. Damián, de 18 años, era uno de ellos. Desapareció el 24 de junio junto a su hermano Alejandro, al que todavía siguen buscando.
Un video hecho público el lunes por El Universal contradice la versión de la Sedena. En él se observa cómo, tras ser atacados, los militares persiguen a una pick up a la que logran dar alcance. El vehículo recibe más de 200 impactos de bala de alto calibre. Al menos en ese momento no se observa ninguna respuesta desde la camioneta. De hecho, uno de los uniformados observa que alguien ha sobrevivido. “¡Mátalo, a la verga!”, grita otro de los militares antes de que se vuelvan a escuchar disparos.