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Detenidas y violentadas: mujeres sufren violaciones de derechos humanos en protestas
Detenidas y violentadas: mujeres sufren violaciones de derechos humanos en protestas
Cuartoscuro
8 minutos de lectura

Detenidas y violentadas: mujeres sufren violaciones de derechos humanos en protestas

03 de marzo, 2021
Por: Arantza Ocampo

Agresiones físicas, amenazas de desaparición, insultos discriminatorios y violencia sexual. Salir a manifestarse en las calles de México, como mujer, implica el riesgo de experimentar todo lo anterior. Aquello que comienza como un ejercicio de libertad de expresión, puede terminar en una cadena de violaciones de los derechos humanos.

Desde mediados de 2019, las manifestaciones feministas han aumentado en el país de la mano con la violencia de género. Y acompañando a estas, la cada vez más agresiva y represiva respuesta de las autoridades en las protestas.

En un informe publicado este miércoles por Amnistía Internacional México, titulado “La Era de las Mujeres”, se constata que la reacción de las autoridades ante estas protestas emplea el uso innecesario y excesivo de la fuerza, con detenciones ilegales, así como abuso verbal, físico y sexual con base en el género.

Desde 2015 a 2020 se ha incrementado la ocurrencia de diversas manifestaciones de violencia de género, presenta el informe. En ese periodo, el número de carpetas de investigación por feminicidio incrementaron anualmente, subiendo de 411 en 2015 a 860 en 2020. 

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Fue el 12 de agosto de 2019 que se organizó una marcha en la Ciudad de México para exigir justicia por el abuso sexual y posterior revictimización de dos adolescentes. Esta fue la pionera de las muchas marchas que serían objeto de estigmatización por las autoridades.

En ese entonces la respuesta de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, fue decir que la manifestación fue un acto de “provocación”.

Cuatro días después, manifestantes volvieron a tomar las calles de la Ciudad de México para pronunciarse en contra de la declaración de la mandataria. Así como en días previos, esta marcha sería la que inauguraría un oleaje de protestas feministas masivas a lo largo de todo el país.

“Calladitas se ven más bonitas”

El 2020 fue el año cumbre de las manifestaciones feministas. Cientos de mujeres se reunieron a lo largo y ancho del país, pidiendo justicia a una sola voz y expresando su enojo respecto a los acontecimientos que arrebataron la vida de niñas, jóvenes y adultas.

El informe hizo un seguimiento de seis marchas feministas, realizadas durante el último semestre del 2020. Sobre estas se recopilaron testimonios de mujeres que asistieron y que experimentaron violencia de parte de las autoridades, ya sea en forma de amenazas,  agresiones físicas y verbales, detenciones arbitrarias e incluso, violencia sexual.

La mayoría de estas agresiones nació de una estigmatización sobre las protestas, las cuales son etiquetadas para su tratamiento como violentas y en donde se toman como referencia aspectos como el uso de cubrebocas o la vestimenta negra para criminalizar a las manifestantes.

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Además, el control social tradicionalmente impuesto a las mujeres se traslada a las calles. Se trata de “ese imperativo de que las mujeres tenemos que comportarnos de una manera socialmente respetuosa, que no nos tenemos que enojar”, afirma en entrevista Tania Reneaum Panszi, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional México.

Y es cuando se rompe tal esquema que las autoridades se proponen restaurar el control y orden social, “para que las mujeres nos comportemos como nos debemos comportar”.  Las acciones violentas son empleadas, también, como “aleccionamiento” en consecuencia del acto de manifestación.

“Lo que quieren y lo que desean las policías y los policías cuando amenazan a las mujeres – de que las van a violar, de que las van a desaparecer – no es otra cosa más que recriminarlas y decirles: salir a la calle no está bien, salir a la calle no es correcto”, dice Reneaum Panszi.

“Seguro van a hacer algo”

  • 10 de septiembre: intento de manifestación en el Palacio Municipal de Culiacán, Sinaloa.

Fue un “escándalo en la vía pública”. A un pequeño grupo de manifestantes las detuvieron la madrugada del 10 de septiembre cuando llegaban al lugar donde se llevaría a cabo una manifestación en la cual protestarían por la revictimización de una funcionaria pública hacia dos adolescentes asesinadas y calcinadas días antes.

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¿La explicación? Portaban cubrebocas al momento de arribar al Palacio Municipal. Policías presentes en la zona las detuvieron, pese a que no estaban realizando delito o infracción alguna, y durante su trayecto en patrulla, una policía les regañaba diciendo que no debían “hacer vandalismo”.

Como ellas, “La Era de las Mujeres” reportó que muchas manifestantes han sido agredidas o detenidas injustificadamente por tener el rostro cubierto o por vestir de negro. Se les atribuye como sospechosas de querer o haber cometido delitos, o las vinculan como líderes de las marchas.

Algunas de las mujeres entrevistadas para el informe afirmaron que en las intervenciones policiales, se suele agredir, golpear o detener primero a las mujeres encapuchadas, bajo la presunción de que “si se cubre el rostro es porque va a hacer algo”.

Sin embargo, las mujeres de Culiacán portaban cubrebocas como medida sanitaria contra COVID, y otras manifestantes afirmaron utilizarlo para evitar que su identidad sea difundida en redes sociales o medios de comunicación.

“Esta no es la ciudad”

  • 10 de septiembre: ocupación pacífica de las instalaciones de la CODHEM en Ecatepec de Morelos, Edomex.

El 10 de septiembre de 2020, un grupo de activistas acudió a las oficinas de la CODHEM, acompañadas de menores de edad víctimas de abusos, para pedir el avance en las investigaciones sobre violaciones de derechos por parte de funcionarias encargadas de la protección de la niñez en distintas instituciones.

Poco después se les unieron otro grupo de feministas. La noche de ese día, se desalojaron las instalaciones de manera pacífica y las manifestantes comenzaron a pintar consignas en el inmueble. Fue hasta la media noche cuando comenzó la verdadera violencia.

Al lugar, llegaron personas vestidas con presuntos uniformes de la Fiscalía, quienes comenzaron a golpear las puertas de entrada. Pese a las advertencias de las mujeres sobre la presencia de menores de edad, los funcionarios entraron a la fuerza para jalar, golpear y detener a las presentes.

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Las manifestantes contaron a Amnistía que mientras eran violentadas, les repetían “ahora sí van a ver” y en el desalojo, también se les decía “ahora sí ya valieron, esta no es la ciudad”.

“La Ciudad de México es el epicentro de las manifestaciones, entonces hay un entendimiento político y un entendimiento técnico de las manifestaciones que difiere profundamente del entendimiento político y técnico que tienen otros Estados de la República”, afirma Tania Reneaum, “incluyendo al Estado de México”.

Entre las autoridades estatales habita el miedo de convertirse o parecerse a la capital, donde las manifestaciones son el pan de cada día, añade Reneaum Panszi. Las crecientes protestas significan, entonces, una amenaza para figuras que desean controlarlas.

“¿Quién te va a cuidar ahora?”

  • 9 de noviembre: manifestación en frente del Palacio Municipal del municipio de Benito Juárez (cuya cabecera es Cancún), Quintana Roo.
  • 22 de agosto: marcha en la Plaza Expiatorio en León, Guanajuato.

En Quintana Roo, cerca de la zona hotelera de Cancún, empezó con la campaña #JusticiaParaAlexis, en Guanajuato nació de la denuncia de Evelyn por violencia sexual de parte de policías. Ambos acontecimientos desataron protestas en las que llegaría a su cumbre la violencia policial.

“Ahí adentro, hasta los calzones les van a quitar”, les mencionaron a las detenidas de León. Uno de los rasgos que compartieron las dos protestas, además del uso excesivo de la fuerza y detenciones arbitrarias, fue el de la violencia sexual como medio de aleccionamiento o intimidación.

Las autoridades de León realizaron tocamientos a una detenida, mientras que a otras las amenazaron con violarlas. En Cancún, dos mujeres fueron abusadas sexualmente durante su detención. 

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La mayoría de estas acciones no fueron castigadas. “Lo que nosotros estamos documentado no sólo son estas violaciones a los derechos humanos sino también documentamos una cultura del no principio de la legalidad”, comenta la Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional México a Animal Político.

Aunado a lo anterior, las detenidas estuvieron en traslados vehiculares donde temieron ser víctimas de desaparición forzada, en los que se les amenazó con castigarlas por sus actos, o en los que se les intimidaba con agresiones físicas y burlas: “¿Dónde están tus amigas? ¿Quién te va a cuidar ahora?”.

Los funcionarios perpetradores se sienten tranquilos y tranquilas al sentir que no les va a pasar nada si amenazan de esa forma a las mujeres, añade la titular, sienten que no les va a pasar nada si ejecutan esa clase de acciones contra ellas.

En vías al 8M

Falta menos de una semana para el Día Internacional de la Mujer. Según el informe “La Era de las Mujeres”, debido a la cotidianeidad de la violencia de género, cada vez más mujeres salen a las calles a manifestarse. Incluso si estas no pertenecían a colectivas, o se identificaran como feministas, o no hubieran salido antes a marchar.

Uno de los principales objetivos de la investigación hecha por Amnistía Internacional México, es “decirle al Estado que no queremos que estos hechos (de violencia de género en manifestaciones) se vuelvan a repetir”, afirma su directora ejecutiva, Tania Reneaum Panszi.

A los riesgos enumerados anteriormente, este año se suman las restricciones ocasionadas por la pandemia de COVID-19. Y mientras que el gobierno federal ya ha emitido un Decálogo de recomendaciones para evitar la violencia de las autoridades durante las marchas en todo el país, aún queda averiguar cómo actuarán los diferentes estados de la República.

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“En las entidades federativas tienen mucho que hacer para comprender las razones de la protesta social”.

Pese a ello, muchas colectivas y grupos feministas no han cerrado la posibilidad de salir a las calles a protestar por una mejora en el país donde diariamente son asesinadas 10 mujeres y en el cual durante cada manifestación acecha la posibilidad de convertirse en una nueva víctima de lo que se está tratando de erradicar.

“Estos hechos no son anecdóticos. No es la anécdota de seis mujeres, no es la anécdota de tres mujeres o de una mujer, estos hechos son una política que el Estado tiene que cambiar”.

Sí, existen diferentes ‘formas de protestar’, asevera Reneaum Panszi, “pero enojadas también es una forma”.

Conoce más sobre el informe “La Era de las Mujeres” aquí.

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Imagen BBC