La candidata del PAN al gobierno de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, también es investigada por la Fiscalía Anticorrupción por presuntamente haber cobrado “moches” y favores a proveedores de su gobierno como alcaldesa de la capital chihuahuense.
Se trata de una investigación distinta de la llamada “nómina secreta”, en la que Campos Galván es acusada de haber recibido sobornos millonarios de parte del exgobernador César Duarte cuando ella fungía como vicecoordinadora del PAN en el Congreso local, previo a su periodo como alcaldesa.
Ahora, la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción la señala de cohecho y uso indebido de atribuciones y facultades en la carpeta de investigación 19-2020-17757.
La alcaldesa con licencia, conocida comúnmente como Maru Campos, habría recibido de empresas contratistas del Ayuntamiento de Chihuahua pagos mensuales por más de 1.3 millones de pesos entre 2017 y 2018.
Además, en ese mismo periodo, habría utilizado una tarjeta de crédito perteneciente a una empresa a fin de solventar, mes con mes, gastos personales. La tarjeta fue usada en varias ciudades de México y de Estados Unidos, Italia y Francia; la suma de cargos atribuidos a la candidata panista ronda 1 millón de pesos.
La acusación forma parte de la causa penal 3022/2020. La audiencia inicial de vinculación a proceso se había programado para este viernes 5 de marzo, pero, por tercera vez, se aplazó. La defensa de Campos Galván ha logrado diferir el proceso judicial por medio de suspensiones judiciales, en una estrategia legal semejante a la que siguen en el caso de la “nómina secreta”.
En respuesta a una solicitud de este medio, un vocero de la alcaldesa acusó que ésta ha sido víctima de un “linchamiento” mediático por parte de la Fiscalía previo a la audiencia; señaló que la candidata panista no tiene nada que ocultar y que confía en que no existen pruebas que sustenten las acusaciones en su contra.
“Se están haciendo acusaciones, se está haciendo un linchamiento, no de ahorita, desde hace meses se le está acusando, se le está victimizando, sin haberle señalado formalmente las acusaciones”, indicó Arturo García Portillo, coordinador de la campaña de Maru Campos.
“La alcaldesa sabe perfectamente, y es lo que ha dicho una y otra vez, que ella no tiene nada de lo que se le señale, por eso compitió en una interna (del PAN), por eso es candidata, porque no tiene absolutamente nada que ocultar”.
La denuncia de la Fiscalía Anticorrupción se sustenta en declaraciones de testigos y en irregularidades en contrataciones detectadas por la Auditoría Superior del Estado en la Cuenta Pública 2018.
Campos Galván habría ordenado la adjudicación de contratos para limpia y mantenimiento de camellones, parques y jardines municipales a cinco empresas que, de acuerdo con la Auditoría, estaban vinculadas entre sí y simularon competencia en los procesos de licitación.
Los proveedores involucrados son Edificación y Construcción P&G S.A. de C.V., Gesam Soporte Integral S.A. de C.V., Asesoría Alta Gestión Preser S.A. de C.V., Asesores y Consultores SAC S.A. de C.V. y Praga Planeación y Edificación S.A. de C.V.
En 2018, tres de esas empresas obtuvieron del municipio contratos por 5 millones 308 mil 815 pesos sin IVA. El año anterior, en el ejercicio 2017, las otras compañías del grupo ganaron adjudicaciones por 7 millones 884 mil 331 pesos.
Testigos colaboradores declararon a la Fiscalía que, durante los dos años, Maru Campos cobró, mes con mes, un “diezmo” que ascendió a 1 millón 319 mil 314 pesos, esto es, el 10% de los montos de los contratos sin IVA.
Los contratistas pagaron adicionalmente sobornos por 1.4 millones de pesos que fueron repartidos entre otros tres excolaboradres de Campos Galván que participaron en las licitaciones amañadas.
Se trata de Luis Orlando Villalobos Seáñez, que era director del Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte en el Ayuntamiento y que fue subdelegado de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) en Chihuahua durante el sexenio de César Duarte.
También son señalados Félix Arturo Martínez Adriano, exdirector de Mantenimiento Urbano del Municipio (“City Manager”) e integrante del Comité de Adquisiciones, y Luis Carlos Piñón Balderrama, quien era coordinador de Administración en dicha Dirección de Mantenimiento Urbano, donde era subordinado de Martínez Adriano.
Estos funcionarios, previo a las licitaciones para los ejercicios 2017 y 2018, proporcionaron información privilegiada al grupo de empresas -a través de su intermediario, identificado como Miguel Alfredo Aragón Reta- para que pudieran cumplir con los requisitos técnicos y económicos y, así, asegurar las adjudicaciones.
Tras participar en el esquema de corrupción y cobro de sobornos, los tres exfuncionarios municipales se acogieron al “criterio de oportunidad” y ahora son coimputados colaboradores de la Fiscalía, a la que han rendido declaraciones en contra de Campos Galván. Uno de ellos, Félix Martínez Adriano (el ex “City Manager”), incluso ya es candidato a regidor del Ayuntamiento de Chihuahua en la planilla del abanderado del PAN que aspira a suceder a Maru Campos, Marco Bonilla.
Conforme la información recabada, el operador de las negociaciones al interior del municipio fue Orlando Villalobos, quien trató directamente con el bróker de las cinco compañías beneficiadas, Aragón Reta, un priista que fue candidato a regidor en 2016.
Además del intermediario, las empresas compartían a la misma contadora, Kenia Ochoa Venzor, esposa de José Luis Prieto Olivas, que en el periodo de las contrataciones era funcionario de la Secretaría de Economía estatal, según el informe de la Cuenta Pública 2018 elaborado por la Auditoría estatal.
El ente fiscalizador también encontró que las compañías coincidían en algunos nombres de sus propietarios, accionistas y trabajadores dados de alta ante el IMSS.
Una vez que el Ayuntamiento de Chihuahua benefició al grupo empresarial con los contratos en 2017, como un pago de favores, el bróker Miguel Alfredo Aragón Reta facilitó a Campos Galván una tarjeta de crédito que la alcaldesa utilizó para cubrir sus gastos personales, lo que configuraría el delito de cohecho.
Entre marzo de 2017 y octubre de 2018 -durante su gestión como funcionaria- dicha tarjeta fue utilizada para el pago de restaurantes, ropa, muebles y joyas por un valor aproximado de 1 millón de pesos.
La cuenta fue usada en Chihuahua, Monterrey y la CDMX, así como en ciudades de Estados Unidos, Italia y Francia, de acuerdo con la acusación.