Pese a los programas sociales impulsados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los impactos económicos derivados de la crisis sanitaria podrían contribuir a que en México sigan aumentando los niveles de pobreza.
Según el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020, realizado por el Consejo Nacional de Evaluación Política de Desarrollo Social (Coneval), existe el riesgo de que las afectaciones de la pandemia por COVID-19 reviertan los avances obtenidos en cuanto a reducción de carencias sociales logrados hasta 2018.
La suma de afectaciones por las medidas de contingencia, como la reducción de actividades económicas, más la dificultad de acceso a ciertos derechos como la educación o la alimentación, podrían generar un aumento de entre 8.9 y 9.8 millones de personas con ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos y entre 6.1 a 10.7 millones de personas con ingreso bajo la Línea de Pobreza Extrema.
Los programas hechos en 2020 como respuesta a la crisis se enfocaron, principalmente, en transferencias económicas directas, más que en acciones de prevención de más afectaciones.
Y si bien las transferencias presupuestarias directas fueron buenas en un primer momento, es “indispensable considerarlas como medidas temporales e impulsar otras medidas de carácter estructural”, aseguró en Consejo.
“Los Programas Integrales de Bienestar se enfocan principalmente en las transferencias directas de apoyos económicos, más que en la prevención, mitigación y atención de los riesgos que enfrentan las personas en las distintas etapas del curso de vida”.
Según en Coneval, se identificó un total de 53 intervenciones, de las cuales 31 fueron programas presupuestarios y 22 acciones no presupuestarias.
Mientras tanto, en septiembre del año pasado, el porcentaje de población en pobreza laboral (44.5%) fue mayor a comparación de lo registrado en abril (35.7%). Pese a que el pico de contagios se registró en el primer semestre del 2020.
Además, se identificó un aumento de 3.4% a 5.2% en la desocupación registrada entre el primer y el tercer trimestre del mismo año. Sin excluir que el IMSS registró la pérdida de 709 mil 211 empleos formales.
“Las disyuntivas de acción pública en este contexto son de gran complejidad, ya que se tiene que enfrentar en forma simultánea las condiciones preexistentes de desarrollo social del país, con los procesos secundarios a la propagación del virus SARS-CoV-2”, afirmó el Coneval.
Se identificó que el modelo de coordinación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador busca optimizar sus programas mediante la reducción del “número de intermediarios”; lo que significa que se busca un recorte de los canales entre el gobierno y los beneficiarios.
Sin embargo, el Consejo admitió que se debe fortalecer la coordinación entre los programas y en la operación de los mismos para su implementación, así como delimitar las acciones y responsabilidades de cada uno de los actores involucrados.
Asimismo, consideró que los programas gubernamentales deben de cubrir la totalidad de riesgos que se asocian a las cuatro etapas del curso de la vida, mediante una articulación coherente entre sus objetivos, poblaciones y apoyos entregados.
También se identificaron carencias en acciones dedicadas a personas de todas las etapas; entre ellas está la falta de programas asociados a la atención médica para niñas y niños, así como para adultos; etapas en donde tampoco hubo atención a la seguridad de ingreso.