La Auditoría Superior de la Federación (ASF) es la entidad encargada de revisar cómo gastan las dependencias de gobierno, los estados y municipios que reciben recursos federales, y los hallazgos son entregados a la Cámara de Diputados cada año en los Informes de Cuenta Pública. Pero por primera vez en los 21 años de su historia, el titular, David Colmenares, se retractó de un señalamiento hacia la Secretaría de la Función Pública y reconoció haber cometido errores en la auditoría sobre la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.
De acuerdo a sus reglamentos, la fiscalización debe cumplir una serie de pasos a seguir que comienzan con la planeación de los temas a revisar, ejecución de la investigación, encuentros con funcionarios, y emisión de informes; proceso que en total lleva alrededor de 9 meses, y donde están involucrados mandos altos, medios y operativos de la Auditoría.
Además, las dependencias o entidades son notificadas meses antes que serán revisadas. Y al concluir la fiscalización, también participan en reuniones con los auditores para que entreguen más pruebas que puedan subsanar algún señalamiento de irregularidad. Es decir, las dependencias se enteran de los hallazgos antes de que el Informe de Cuenta Pública sea publicado.
El Informe de Cuenta Pública de 2019 que revisó el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue entregada el sábado y uno de los hallazgos más relevantes fue que la cancelación del aeropuerto había costado 331 mil millones de pesos y no 100 mil millones de pesos como había informado el Gobierno Federal.
Ese monto era equiparado a 13 veces el presupuesto para microcréditos de pequeños comerciantes en la pandemia y 11 pagos de impuestos atrasados como el que hicieron 7 empresas como Walmart o FEMSA en 2020.
Sin embargo, dos días después de la publicación, el presidente López Obrador dijo en su conferencia matutina que la Auditoría se había equivocado y que él “tenía otros datos”. Horas después, a las 10 de la noche, la Auditoría emitió un comunicado en el que reconocía “inconsistencias” en su informe y se comprometía a revisar su metodología, aunque no aclaró cuáles habían sido los supuestos errores.
Animal Político consultó con fuentes de la Auditoría y revisó el marco normativo, los lineamientos y el instructivo de la Auditoría Especial de Desempeño, la metodología aplicada en la auditoría 1394-DE sobre la Suspensión y Cierre del Proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Texcoco y al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, S.A. de C.V., para poder entender los procedimientos de revisión al gasto público. Este es el resumen:
Es el arranque de la revisión. Son las propuestas sobre los posibles dependencias, estados y municipios susceptibles de fiscalización por su importancia según el índice de riesgo de acuerdo a los primeros análisis.
Dichas propuestas integran el Proyecto Programa Anual de Auditorías para la fiscalización de la Cuenta Pública (PAAF), que es revisado por parte del Consejo de Dirección de la Auditoría. De acuerdo con la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación (LFRCF), y el auditor federal aprueba el proyecto final.
Después se envía a la Comisión de Vigilancia de la Auditoría de la Cámara de Diputados y se publica en el Diario Oficial de la Federación, para hacer público el número de estudios y evaluaciones de políticas públicas a realizar en el ciclo de fiscalización.
Sin embargo, en la práctica, las propuestas de auditoría recaen directamente en los auditores operadores. “La etapa de planeación se reduce a generar expedientes de propuestas medio al vapor. Nos dicen, ‘necesitamos cuatro propuestas de auditoría de cada quien’, casi de un día para otro, sumado al resto de trabajo de seguimiento a auditorías pasadas”. La evaluación de las propuestas correspondería más a un mando medio, pero ellos sólo presentan las propuestas y el mando superior decide cuáles sí y cuáles no, cuenta uno de los auditores consultados y que solicitó no publicar su nombre para evitar represalias.
Se trata del proceso de desarrollo de la revisión compuesta por tres etapas: programación de la auditoría, ejecución e informes de auditorías, todo acorde al Programa Anual de Auditorías.
La programación de la auditoría incluye enlistar cuáles serán las actividades que llevarán a cabo, la definición de los procedimientos o metodología y la elaboración de la “orden de la auditoría”. Esto último son los oficios enviados a la dependencia o entidad para informarle que será fiscalizada, y también asigne a los funcionarios que harán el seguimiento.
En esta etapa comienza a operar la maquinaria de la Auditoría, pero donde sus mandos altos intervienen poco. El organigrama comienza con el auditor Especial, le sigue el director general, y después el director de área, pero hasta ese nivel básicamente se dedican sólo a autorizar o rechazar proyectos.
Quienes realmente están ejecutando las auditorías son el subdirector, el jefe de departamento y el equipo auditor, integrado por dos o tres personas, aunque en ocasiones hay sólo uno haciendo la auditoría, realizan los estudios, evaluaciones, aplicación de los procedimientos para la fiscalización.
Esta etapa se inicia regularmente en marzo, pero en 2020, la pandemia retrasó los tiempos. También dificultó la entrega de información, toda vez que los auditores piden documentos a la entidad a revisar, pero por el cierre de oficinas, los funcionarios solicitaron prórrogas que alentaron el proceso. “Estando en la oficina de la dependencia hay oportunidad de acercarse a las áreas y aclarar dudas, conciliar cifras. Pero este año varios no pusimos un pie en la entidad, y fue mucho más complicado”, dice uno de los auditores.
De acuerdo con las Instrucciones Metodológicas de la Auditoría de Desempeño, los auditores deben buscar la evidencia para encontrar aquellos aspectos que tendrán mayor énfasis. “Los resultados deben indicar invariablemente el deber ser, el hecho sustentado en evidencia, y la observación que resulta del análisis. Es decir, el conjunto de elementos lógicos, sistemáticos y argumentativos que aportan las pruebas obtenidas”, dice el documento interno de la Auditoría.
Una vez concluida la ejecución, es decir, la investigación, se realiza el proyecto de informe de auditoría, que debe tener como mínimo el título de la auditoría; criterios de selección; objetivo; alcance; áreas revisadas; antecedentes; resultados, y la propuesta de acciones promovidas, dictamen y consecuencias sociales.
De acuerdo con el artículo 15 de las atribuciones de la Auditoría Superior de la Federación, se deben realizar “como mínimo dos reuniones” con los representantes de las entidades fiscalizadas para “darles a conocer la parte que les corresponda de los resultados y, en su caso, las observaciones preliminares de las auditorías”.
La Auditoría, conjuntamente con las entidades fiscalizadas, deben suscribir las actas en las que “consten los términos de las recomendaciones que, en su caso, sean acordadas en la citada reunión, y los mecanismos para su atención, sin perjuicio de que la Auditoría Superior de la Federación pueda emitir las recomendaciones en los casos en que no logre acuerdos con las entidades auditadas”.
Es el documento técnico mediante el cual se presentan los resultados finales de la Auditoría y que es entregado a la Cámara de Diputados y publicado en la página de la Auditoría. Incluye las justificaciones y aclaraciones proporcionadas por el ente fiscalizado como resultado de la reunión de presentación de resultados finales y observaciones preliminares.
En él también se integran “las observaciones” a la entidad fiscalizada, que son la “descripción de las deficiencias o irregularidades detectadas en la revisión. Los resultados con observación de la fiscalización generan acciones, con el propósito de contribuir a mejorar la gestión gubernamental”.
Dependiendo de las irregularidades encontradas, la Auditoría puede formular la promoción de Responsabilidad Administrativa Sancionatoria; Promoción del Ejercicio de la Facultad de Comprobación Fiscal; Pliego de Observaciones; Solicitud de Aclaración; presentación de Denuncia de Hechos y Denuncia de Juicio Político, u otro.