Alrededor de 200 personas fueron desalojadas de una casa en el barrio Tlaltenco de Chimalhuacán, Estado de México, después de que vecinos denunciaran la celebración de una fiesta con música alta, muchas personas, consumo de bebidas alcohólicas y, sobre todo, sin cubrebocas.
La policía municipal llegó a despejar el lugar en el que, según videos difundidos en redes sociales, imperaba la presencia de jóvenes, quienes desalojaron en masa, sin respetar la sana distancia.
Desde el pasado 18 de diciembre, tanto la Ciudad de México como el Estado de México se encuentran bajo el Semáforo Rojo epidemiológico, con el cual queda prohibida la apertura de actividades no esenciales y reuniones masivas.
Al corte del domingo 17 de enero, se registraron tres mil 630 casos positivos de COVID-19 en Chimalhuacán, y un total de 411 defunciones.
Por otro lado, a la misma fecha de corte, el Estado de México albergó 135 mil 747 casos confirmados de la enfermedad y 15 mil 125 decesos.
Estas actividades se han visto replicadas en diferentes puntos de la República, como en Quintana Roo, donde parece que las fiestas, festivales y cenas clandestinas no conocen la COVID-19.
El fin de semana pasado, un club de playa ubicado en Playa del Carmen fue suspendido por permitir la entrada de 700 personas a un festival de música electrónica.
Al lugar, acudieron elementos de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y personal de la Secretaría de Finanzas y Planeación del estado de Quintana Roo (Sefiplan), quienes recibieron reportes de un festival en el que se presentó un famoso DJ.
En el club “El Encanto” se encontraban alrededor de 700 personas, quienes no respetaron la sana distancia, ni llevaban cubrebocas.
Hasta el 17 de enero, la entidad contaba con 17 mil 36 casos positivos de COVID-19 y dos mil 134 defunciones. Es uno de los 19 estados que se encuentran en Semáforo Naranja.