“No cualquier perro puede hacer este trabajo. Si 20 de ellos son testeados, solo dos lograrán pasar la prueba”. Desde hace 12 años,Wesley Visscher es entrenador de canes especializados en conservación ambiental en los Países Bajos y sabe muy bien de lo que habla. Comenzó su carrera como adiestrador de perros detectores de explosivos y narcóticos, pero hace seis años creó Scent Imprint Conservation Dogs, un centro de entrenamiento donde se concentró en formar animales para trabajos de conservación: desde detectar muestras de heces de especies en peligro de extinción hasta encontrar partes de animales silvestres como elefantes, rinocerontes y pangolines. En el 2020, sumó al jaguar a esa lista.
Para Visscher, el rol que juega el sentido del olfato de los perros es vital para detectar partes de jaguar, rastrear su origen y exponer redes criminales de tráfico de vida silvestre. “Con su gran olfato, estos perros están entrenados para detectar incluso la muestra más pequeña del animal que estén buscando”, señala.
El experto explica que se puede entrenar a los canes para que rastreen hasta 15 olores de diferentes especies. En el caso de la detección de partes de jaguar, los animales entrenados solo se han concentrado en ese olor en particular. Tres perros se unirán a las filas del equipo de Operación Jaguar, un proyecto liderado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza de los Países Bajos (UICN NL), para luchar contra el tráfico del gran felino de América. Se espera que comiencen sus labores tan pronto como las restricciones por la pandemia lo permitan.
¿Cómo se sabe que un perro cuenta con las condiciones para convertirse en un detector? En algunas ocasiones es porque fallaron en otras actividades. Ese fue el caso de Boris, un Patterdale terrier de año y medio color chocolate cuyos dueños no pudieron seguirle el ritmo cuando lo adoptaron como mascota. “Estos animales tienen demasiada energía y necesitan ejercicios constantes, estimulación cerebral y juegos mentales. Boris se estaba aburriendo solo con ser mascota”, comenta Visscher.
Cuando tenía un año de edad, a mediados del año pasado, Boris llegó a Scent Imprint for Dogs. “Solo tomó seis meses de entrenamiento para tenerlo listo para la acción”, cuenta el especialista. Desde inicios de 2020, Visscher buscaba un perro pequeño pero atlético, que pudiera subir a las cintas de seguridad de los aeropuertos y puertos o vigilar los carros con equipaje en busca de partes de jaguar.
En estos espacios de alto tránsito, el perro se convierte en el compañero más eficaz, sobre todo porque los humanos no pueden rastrear tan rápido ni están entrenados para hacerlo. “Las autoridades saben en qué vuelos o en qué cargamentos hay alta probabilidad de tráfico de partes de animales silvestres. Sin embargo, a veces hay vuelos que se dan en paralelo o el tiempo para inspeccionar el equipaje y a las personas es muy reducido”, dice Visscher. El experto comenta que los operadores de equipos de rayos X se enfocan más en drogas o explosivos que en contrabando de partes de animales. “En los puertos y aeropuertos, el tiempo lo es todo”, cuenta. La ventaja es que los perros hacen chequeos rápidos y llegan fácilmente al objetivo.
El experto comenta que la sola presencia de estos animales es una herramienta disuasiva para el crimen organizado. “En Asia y en África ya se ha comprobado la efectividad de estos animales [los perros] para detectar cargamentos de animales vivos como monos o tortugas. Esto ha provocado que los traficantes tengan miedo de los perros. Si hay perros en la carretera, no se acercan”, comenta.
Al llegar al país de destino, el equipo de Operación Jaguar tendrá que esperar unos días para que los animales se aclimaten. “Estos perros son como atletas. En los Países Bajos tenemos un clima distinto a los países tropicales y necesitan conocer el terreno en el que trabajarán”, dice Visscher. Para empezar a operar solo necesitan una pelota de tenis, chaleco y botas para regular su temperatura. El objetivo siempre será encontrar el olor para el que fueron entrenados.
“Para ellos esto es un juego, pero necesitan tener pausas”, añade. Por ejemplo, por cada 20 minutos en busca de partes de jaguar en los aeropuertos, necesitan otros 20 para descansar. Lo mismo sucede en el campo: por cada dos días de trabajo, se necesitan dos días de recuperación. “Por eso es importante tener más perros disponibles”, dice el especialista. No obstante, los animales no son los únicos que deben ser entrenados para que esta misión sea exitosa.