La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CDMX) abrió una nueva investigación contra feministas, además de las al menos 13 jóvenes que fueron citadas un día antes de la marcha del 25 de noviembre contra la violencia de género, pero esta vez fue directamente contra Erika Martínez, quien ha sido la cara visible y voz de la toma del edificio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el centro histórico.
Este jueves fue entregado en casa de un familiar un citatorio para Martínez como imputada, aunque no se especifica por qué delitos, como ocurrió con las jóvenes. El número de carpeta de investigación también es distinto y fue abierta en diciembre, mientras que la de ellas era del 18 de noviembre.
La cita para que se presente a conocer de qué se le acusa es para el próximo martes 15 de diciembre a las 10 horas, en la misma Coordinación Territorial de la FGJ CDMX, ubicada a unos pasos de la Alcaldía Cuauhtémoc.
Este nuevo citatorio llega días antes de que varias de las jóvenes tengan que acudir este viernes 11 a ratificar sus declaraciones, presentadas el pasado 4 de diciembre y en las que les preguntaron si se drogan y tienen tatuajes.
Martínez tiene 43 años. Se volvió activista después de que su hija de 7 años fue violentada sexualmente en 2017 por el hermano de su padrastro, tras lo cual, tuvieron que dejar esa casa y desde entonces no tienen donde vivir. Por eso han estado alojadas en el inmueble que era de la CNDH, a pesar de lo cual, el citatorio llegó a casa de otros familiares.
“Cómo es posible que mejor a mí me van a presentar que al abusador de mi hija. Ese proceso lleva 3 años. Yo no sé por qué me estén culpando, creo que el único pecado que he cometido es alzar la voz y pues también estar en apoyo a las muchachas del Bloque Negro ahora en la toma”, comentó en entrevista con Animal Político.
“Es una rabia, es una impotencia, que aquí es más buscada una mujer feminista que un violador, que un asesino. Para el gobierno somos más violentas nosotras”.
Su hija, de ahora 10 años, fue quien intervino el cuadro de Francisco I. Madero que colgaba en el interior del inmueble, lo que provocó que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijera era vandalismo y que quien hubiera hecho era porque no conoce la historia o es un conservador.
El agresor de la niña tiene dos vinculaciones a proceso, por el abuso y por violencia física contra Martínez. Pero no ha sido detenido en estos tres años.