La Universidad del Istmo, en Oaxaca, sancionó a un profesor que besó y tocó a una alumna en su cubículo solo con una amonestación por escrito y, aunque está vinculado a proceso por la Fiscalía del Estado por el delito de hostigamiento sexual, no lo ha separado del cargo argumentando que sería una violación a sus derechos laborales. Por otro lado, a una profesora la acaban de despedir por “falta de probidad u honradez”, al supuestamente dar clases también en otra institución académica, cuando debía tener exclusividad con la Unistmo.
El oficio de la baja de Virginia Ilescas como profesora-investigadora de tiempo completo, asociada B, en la Licenciatura en Administración Pública, da como argumentos que se consultó la página web del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, donde aparece en el apartado “Claustro de Profesores”, y que vía mensajes confirmaron que ella imparte una materia de maestría.
La docente asegura en entrevista que esto es falso, ya que solo acudió a dar unas conferencias y le pidieron dirigir trabajos de titulación sin retribución económica, por lo cual aparece su semblanza en la página web, en la que incluso se señala que es profesora de la Unistmo.
Pero la investigación para sancionarla está vinculada a los casos de acoso sexual. Ella y otra maestra, Monsserrat Sánchez, han dado acompañamiento a las alumnas que decidieron tomar acciones contra profesores que las violentaron y acudir tanto a autoridades internas como externas. Además ayudaron a hacer denuncias públicas de sus casos en el marco del Día Internacional de la Mujer el pasado 8 de marzo.
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Animal Político tiene copia de oficios que el profesor Sivlio “N”, vinculado a proceso por hostigamiento sexual, Guadalupe “N”, denunciado también ante la Fiscalía, y Gabriel S., otro señalado por las alumnas, enviaron entre el 9 y el 10 de marzo a las autoridades universitarias para interponer quejas contra esas profesoras. Con algunas frases casi idénticas, cada uno denuncia que “en contubernio”, ambas docentes “lesionan el buen nombre y prestigio” de la institución, “ocultándose bajo el discurso feminista”.
“Solicito que se investigue a dichas profesoras si han realizado algún delito o falta administrativa dentro de las instalaciones de esta Casa de Estudios y se proceda administrativamente, laboralmente y en su caso penalmente”, señala la carta de Guadalupe “N”.
La universidad, efectivamente, inició procedimientos administrativos en contra de ellas.
No solo los maestros presentaron quejas; también se empezaron a organizar grupos de alumnos que en pronunciamientos públicos, mensajes de Facebook, comunicados a medios e incluso formalmente ante la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, han repetido el discurso de que las dos académicas han generado un ambiente hostil en la universidad. A su vez, caen en discriminación al insinuar, según dicen, que todos en la institución son acosadores sexuales.
También repitieron la acusación de que se están escudando en el feminismo para evadir el hecho de que no tienen las capacidades suficientes para ser docentes. Esto a pesar de que Ilescas, por ejemplo, es integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y llegó a ser coordinadora de una de las maestrías de la Unistmo.
Virginia Ilescas y Monsserrat Sánchez se conocieron apenas hace poco y sí se unieron en la ola de denuncias contra el acoso sexual que ha recorrido universidades de todo el país, pero no son nuevas en el feminismo y la defensa de las mismas causas.
Ilescas recuerda que desde que entró a trabajar a la Unistmo en la carrera de Administración Pública, en octubre de 2015, entabló amistad con una enfermera que era hostigada por un académico y aunque no hicieron denuncia, la ayudaba haciéndose presente en los espacios y horarios en los que la trabajadora estaba expuesta al acecho. Y así enumera varios casos en los que ha apoyado a mujeres que han sido incomodadas o agredidas por maestros o compañeros.
Sánchez se incorporó en noviembre de 2017 para dar clases en la Licenciatura en Derecho y cuando se dio cuenta de la gran cantidad de académicos varones que tienen una relación de pareja con alumnas o exalumnas, empezó a hablarle a sus estudiantes de lo que es el acoso sexual. Entonces hubo jovencitas que tuvieron la confianza de acercarse a ella y contarle experiencias de hostigamiento que habían vivido: fue así que dos casos terminaron en las denuncias que actualmente está procesando la Fiscalía del Estado de Oaxaca.
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Tampoco son nuevas las quejas contra ellas por sus actitudes y desempeño académico, que aseguran, responden a una persecución desde la misma Unistmo.
La estudiante “Mar”, quien tiene la carpeta de investigación contra Silvio “N”, contó a este medio que ella misma llegó a firmar una carta en contra de una de ellas bajo la presión de un profesor que les decía que en la universidad no hay lugar para feministas.
Este año, antes de la suspensión de actividades presenciales en marzo por la pandemia de COVID-19, ya se les habían abierto dos procedimientos administrativos internos. Pero el definitivo contra Ilescas, que acaba de terminar en su despido, es apenas de octubre pasado, justo después de que la vinculación a proceso de un maestro el 10 de septiembre se volvió noticia nacional.
Animal Político fue uno de los medios que reportó el caso, para lo cual entrevistó al vicerrector Israel Flores, quien confirmó que internamente solo se había sancionado a Silvio “N” con una amonestación que quedará en su expediente. Pero después de la publicación, criticó que no se hubieran reflejado las voces de otros estudiantes, ante lo cual se le señaló que había apertura para cualquier aclaración o para ampliar el tratamiento del problema de acoso sexual.
En lugar de eso, envió un comunicado señalando que “profesores y los alumnos son ciudadanos mayores de edad, que tienen derecho a establecer y mantener las relaciones que libremente decidan”, y acusando que dos maestras tienen una campaña de desprestigio contra la universidad. Además de que el 16 de octubre, otra alumna se comunicó por teléfono directamente para exponer una serie de quejas sobre actitudes de la maestra Virginia Ilescas, que ni siquiera había sido mencionada en el reportaje original.
Tres días después, la profesora fue notificada del nuevo procedimiento en su contra, que se acaba de resolver en menos de un mes.
En el oficio de notificación no solo se hace referencia a sus supuestas violaciones a la “exclusividad” de trabajar solo para la Unistmo, sino que trae a colación que en su expediente hay, “entre lo más importante y trascendente”, dos quejas en su contra ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca “por presuntas violaciones a sus derechos humanos”, presentadas por alumnos de la carrera en la que da clases y de Derecho, con los que no tiene vinculación.
“Situación que si bien es cierto no forma parte de este asunto, ya que corresponderá a dicha autoridad resolver la procedencia o improcedencia de la queja presentada por esos alumnos, cierto resulta también que servirá para valorar las defensas que hizo valer la Dra. Virginia Ilescas”, consigna el documento.
El titular de la comisión local de Derechos Humanos, José Bernardo Rodríguez Alamilla, explica en entrevista que tienen dos expedientes relacionados con la Unistmo que les preocupan mucho. No son las quejas contra las maestras, sino, por el contrario, las demandas que ellas han puesto ante el hostigamiento laboral y físico del que han sido víctimas, y los expedientes por acoso sexual de los maestros a las chicas que también acudieron a la Fiscalía.
Para las docentes, la Defensoría dictó medidas cautelares, es decir, que se garantizará que no sufran ningún acto de molestia en su trabajo.
Pero la Universidad no las aceptó. El argumento fue que anteriormente las comisiones de derechos humanos no podían intervenir en asuntos laborales, pero desde hace dos años, explica Rodríguez Alamilla, ya no es así.
Por lo que volvieron a emitirlas, y la Unistmo las rechazó una segunda vez.
“Las medidas que nosotros dictamos en su momento no fueron aceptadas por parte de la autoridad universitaria, por el tema este laboral. Ellos lo que dicen es que no tiene que ver con una revancha, sino que es un tema administrativo laboral, y entonces niegan. Evidentemente nosotros hemos vuelto a reiterar estas medidas cautelares, y en algún momento lo hicimos de manera urgente, porque consideramos, presumíamos que hay un asunto de sí probables violaciones a derechos humanos. Es algo que la autoridad puede o no aceptar; el tema es que si no acepta y hay una violación a derechos humanos como tal, ahí nosotros podemos incluso acreditar un tema de responsabilidad directa ya para con la autoridad”, comentó en entrevista.
Además, consideró que el argumento de que es un problema laboral ni siquiera es válido, porque el problema va más allá e implica violencia de género.
Por ahora están en fase de integración del expediente. Si finalmente se acreditan las violaciones a derechos de las docentes, indica, se emitirá una recomendación, con sanciones específicas contra los funcionarios involucrados, y acciones solicitadas a la universidad. Ya que es un problema a nivel institución, afirmó que deben generar garantías de que no se repetirá de nuevo, con medidas como la creación de un protocolo para atender el acoso sexual.
Por ahora, Ilescas dice que teme incluso por su integridad, ya que durante meses, ella, Sánchez y las alumnas que alzaron la voz contra el acoso han estado recibiendo insultos por redes sociales, en la calle o, incluso, han llegado a las puertas de sus casas.
Animal Político trató de contactar nuevamente al vicerrector Flores para conocer su versión de lo ocurrido pero no hubo respuesta ni en el teléfono de su oficina ni por su correo electrónico personal.